domingo, 7 de abril de 2013

El sueño del otro. Juan Jacinto Muñoz Rengel

Título: El sueño del otro
Autor: Juan Jacinto Muñoz Rengel
Editorial: Plaza & Janés Editores.
ISBN: 9788401353574
Fecha de publicación: Enero de 2013.
Páginas: 299





“¡Morir..., dormir, no más!. ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne!. ¡He aquí un término devotamente apetecible!.
¡Morir..., dormir! ¡Dormir!...¡Tal vez soñar!. ¡sí, ahí está el problema!. ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida!. ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio!.....”
(Hamlet. William Shakespeare)


“La ficción no consiste en hacer ver lo invisible, sino en hacer ver
 hasta qué punto es visible la invisibilidad de lo visible” (Michael Foucault)


“Vita enim mortuorum in memoria vivorum est posita”.
(Porque la vida de los muertos consiste en la memoria de los vivos)
(Marco Tulio Cicerón. Filípica IX)


“Parece mentira que no lo sepas: la realidad no es nunca lo que parece”
(Juan Jacinto Muñoz Rengel. El sueño del otro”)





Desconcertante, desazonadora, angustiante, agobiante... He querido empezar esta reseña de la última novela publicada por el escritor malacitano Juan Jacinto Muñoz Rengel. “El sueño del otro” con algunos adjetivos que me ha sugerido su lectura. Una lectura atenta y reflexiva ante este texto denso que, en mi opinión, debe ser interpretado como una gran alegoría, en el sentido filológico del termino, como una metáfora continuada a lo largo del tiempo narrativo. Y es bajo esta perspectiva alegórica como debemos considerar y estudiar esta novela. Reconozco que ayer terminé la lectura de la novela y dado su interés analítico e interpretativo la he vuelto a leer, por segunda vez, esta mañana antes de sentarme, ahora, ante el ordenador con la intención de escribir este análisis. Como iremos estudiamos veremos que es una novela que se presta al comentario y que suscitará la reflexión del lector.



Como es habitual, y a modo del marco general en que circunscribir la presente reseña, me gustaría precisar que “El sueño del otro” me ha parecido una novela muy interesante y, sobre todo, valiente en sus planteamientos y novedosa, dentro de este piélago de novelas clónicas que invaden los anaqueles de las librerías. Y más valiente aún considerando, retrospectivamente, su anterior novela “El asesino hipocondríaco” (pulsar el título para leer la reseña que publiqué en este blog literario”), el cambio absoluto de registro narrativo que asume Juan Jacinto Muñoz Rengel. A lo largo del presente análisis me extenderé sobre este y otros particulares de esta “sorprendente” novela que su autor nos propone. Pero, antes de entrar propiamente en materia, tal vez lo más adecuado sería pergeñar una breve sinopsis argumental de la novela objeto de estudio, con el loable fin de situar al eventual lector de esta reseña. Para tal fin voy a utilizar la magnífica recensión que ha preparado la editorial Plaza & Janés que, en mi opinión, satisface más que sobradamente esta pretensión. Me limitaré, pues, a transcribirla literalmente.





Xavier Arteaga es un profesor de instituto que cada noche sueña ser André Bodoc, un director de informativos. André Bodoc es un director de informativos que cada noche sueña ser Xavier Arteaga, un profesor de instituto. Pero ¿quién sueña a quién? ¿Quién es real y quién está siendo soñado?


Xavier es un hombre gris, divorciado y con un hijo, que ha visto cómo lo poco que le daba la vida le ha sido arrebatado. Su deseo es recuperar lo que tuvo una vez o construirse un futuro mejor, pero la crisis nerviosa que le provoca soñar con la vida de otra persona lo terminará empujando a todo tipo de persecuciones. Perseguirá respuestas, perseguirá a personas, perseguirá a André Bodoc. André es alguien que conoce el éxito, un profesional de los medios de comunicación versado en las maneras de contar, interpretar e incluso manipular los hechos. Cuando también acabe perdiendo el control de sí mismo, su obsesión será demostrar hasta qué punto es ilusorio eso que llamamos realidad. ¿Qué es falso y qué es verdadero? En la convulsa sociedad actual, cuyos síntomas no parecen sino el reflejo de la propia enfermedad de los protagonistas, la espiral de progresiva desintegración acabará amenazando todo lo que los rodea”.




Resulta evidente leyendo esta novela que Muñoz Rengel, independiente de su profesión como profesor de escritura creativa, es un autor con un amplio bagaje de conocimientos literarios, que subyacen y evocan a lo largo de su obra. En “El sueño del otro” es imposible sustraerse de evocar algunas obras de algunos grandes autores de la literatura universal, como pudieran ser: Franz Kafka, Aldous Huxley o Albert Camus, entre muchos otros.  Estas evidentes influencias ya darían, en mi opinión, una clara idea del tipo de novela que estamos analizando. “El sueño de otro” nos plantea una novela existencialista, con una fuerte carga nihilista a través de la lectura que, entrelíneas, nos plantea esta distropía, esta alegoría “intemporal”. Tengo que reconocer que, según avanzaba en la novela encontraba un cierto paralelismo con la magnífica novela “La peste” del gran escritor francés, Premio Nobel de literatura, Albert Camus. Dicho lo cual tengo que precisar que “El sueño del otro” nos plantea, en el fondo, una apocalíptica distropía que lanza una pesimista mirada a la realidad de esta sociedad en descomposición, fruto, o tal vez fuente, de esta grave crisis que sufrimos (y no sólo económica). Esta novela es un palmario ejemplo de lo que llamaría “literatura de la crisis”. Al final de esta reseña, en la parte dedicada más al comentario me extenderé un poco más sobre las características que aglutinan esta, así denominada por mí, literatura de crisis.




Intentaré ser lo más sistemático posible a la hora de analizar esta “compleja” novela, tanto desde un punto de vista formal o estructural como desde un punto de vista narrativo, porque tengo que reconocer que mi cuaderno de apuntes está repleto de notas que me han sugerido ambas lecturas. Empezando por el análisis formal me gustaría resaltar que, a lo largo del texto, el autor va a utilizar una prosa extremadamente simple y cortante. Frases breves con poco más que sujeto y verbo. Esta prosa tan sucinta resulta determinante para trasladar al lector esa zozobra, esa inquietud y esa agilidad con la que suceden los acontecimientos. Voy a aprovechar para transcribir el primer párrafo de la novela en el que Muñoz Rengel ya nos aboca desde el primer instante, sin concesiones, en este desconcertante texto. Aprovecharé dicha trascripción para detenerme en el análisis interno de su prosa.




“Tenía miedo de salir a la calle. Y tenía miedo de quedarse allí solo, en aquella casa, en casa. Por eso razón había invitado a cenar a unos compañeros de trabajo. Pero había cerrado la puerta de la entrada dando una vuelta doble y no encontraba la llave. Ahora no podía salir. Tampoco nadie iba a poder entrar.”




En este breve párrafo inicial vemos que aparecen 6 frases, lo cual ya da idea de la economía lingüística de su prosa, con un evidente sentido dramático de agilidad. También podemos observar la alternancia entre los aspectos perfectivos e imperfectivos de los verbos, lo que provoca una cierta inquietud al lector. Por otra parte, a pesar de tratarse de frases breves, podemos ver que el autor se sirve, para encabezar cada frase,  de conjunciones (y, pero), adverbios (tampoco, ahora), para dar continuidad y coherencia a la frase.  Evidentemente un análisis morfo-sintáctico con una mayor profundidad desbordaría, totalmente, el objeto de una reseña literaria. Me he permitido, tocar un poco por encima este aspecto filológico, para satisfacer todos esos correos electrónicos que me pedían que comentase este particular de la estructura interna de un texto literario, atendiendo, también, a la vocación pedagógica que, desde sus inicios, ha mantenido este blog literario. Resulta un aspecto realmente interesante el estudio de cómo los autores a partir de la estructura lingüística modifican y modelan el relato y de la intención estética y literaria de su uso (permítaseme este uso fuertemente retórico del polisíndeton).




Después de esta pequeña digresión, cuya finalidad era mostrar el uso de esta prosa “sintética” con la que Muñoz Rengel cimenta la escritura de su novela y su importancia, me gustaría destacar la habilidad del autor para entretejer esos dos niveles narrativos (el relato de Xavier Arteaga y de André Bodoc) manteniéndose siempre en ese inestable y bien construido equilibrio entre la conciencia real de lo “real” y el mundo onírico. Los personajes están bien construidos y nos permiten ahondar en su interior y en su psique consiguiendo mantener al lector en un “limbo” de permanente estupefacción, porque siente que constantemente pierde pie en este inquietante relato.  La estructura del relato es magnífica y esa angustia vital que desprende está perfectamente reflejado. Como decía al principio el autor nos plantea en “El sueño del otro” un texto existencialista, con fuerte matiz nihilista que, por ejemplo, se ve en todo lo que destila esta frase, a poco que nos detengamos un poco en reflexionar sobre ella.




“ El sonido de los aparatos de televisión de las otras habitaciones aumentaba su desasosiego, porque le traía noticias de otras soledades como la suya”.




“El sueño del otro” como comentaba al principio es una compleja alegoría y cómo tal debemos considerarla y analizarla. A través de este relato Muñoz Rengel nos va a proponer un análisis sobre las bases de la actual crisis, probablemente más sistémica y de civilización que, propiamente, de índole económica. El texto está lleno de interesantísimas reflexiones sobre esta problemática, voy únicamente a citar, que ilustran perfectamente la realidad que se esconde tras esta formidable alegoría sobre esta inminente distropía.



“ -¿ O crees que tiene sentido un mundo en el que las agencias de calificación y los intermediarios financieros derrocan gobiernos? No, es un chiste. ¿O en el que las familias más ricas del planeta duplican su patrimonio durante los períodos de crisis? Dime Claire, ¿no te parece que alguien en algún lugar tiene que estar riéndose de nosotros? Las promesas y los programas electorales no implican ningún tipo de compromiso legal. Los políticos no dimiten. Los ineptos y los bufones copan las televisiones y son seguidos en masa. Los empresarios exconvictos cobran cantidades millonarias por conceder entrevistas. Hay gente que se enamora de personas que nunca ha visto. Hay perros que tienen sus propios armarios vestidores. Hay quienes prefieren tener acceso a internet a tener pareja. Un ochenta y dos por ciento, en concreto, de los solteros prefiere tener acceso a internet a tener pareja. No es posible. ¿Dónde está la cámara oculta? Esto no puede ser la realidad”.



“ – A mí lo que me parece increíble es que sigamos viviendo, así, sin más, sabiendo que no vamos a ninguna parte. Sabiendo que nada tiene sentido, que no hay ningún significado detrás de las cosas. Me parece alucinante que ahora mismo no estemos haciendo algo para quitarnos la vida. Sólo por cobardía. Sólo por un instinto de conservación que hace tiempo que sabemos que traemos de serie. Suicidarse es el acto más humano que puede realizar una persona. Los animales no se suicidan”.




Lamentablemente, y como es lógico por otra parte, no voy a entrar en el fondo de la novela para no destriparla, sino que más bien, por el contrario, recomiendo su lectura. La recomiendo porque es una novela diferente, en algunos aspectos con un cierto tono experimental y, sobre todo, porque es una novela valiente. También soy consciente de que, tal vez, no sea apreciada por todos los lectores porque, insisto una vez más, hay que entender esta novela en su significado simbólico, propio, como ya he comentado, de un texto alegórico. “El sueño del otro” es un texto duro, sin concesiones, que plantea descarnadamente una realidad, o tal vez sea un sueño, por el que está sociedad está transitando. Hay algunos momentos particularmente duros y que me han conmovido especialmente. Sin intención de “reventar” la novela ruego al lector que repare en el descarnado relato de la madre y su bebé, en su crueldad y en la pasividad ante ello de la sociedad.




Lamentablemente se deslizan algunos errores en la novela que, como ya sabéis los lectores habituales de este blog, me enfadan especialmente no sólo por el autor sino por el error de edición que eso supone. Pondré un par de ejemplos (aunque tengo que reconocer que hay muy pocos errores en el texto):




“... yaciendo sin vida en el vano del ataúd....”




“ Podía sentir en el brazo la presión de unos dedos menudos y gruesos”




En el primer caso me resulta muy extraño, en esa frase, el uso de la palabra vano ya que no parece apropiado su uso amparándose en la segunda entrada del diccionario de la RAE de la palabra vano. Por otra parte en el segunda caso la palabra “menudo” puede tener varias acepciones entre ellas: pequeño, chico o delgado. Precisamente para evitar la acepción delgado que resultaría antónimo de grueso y, por lo tanto, haría absurda la frase (unos dedos delgados y gruesos). Creo que hubiera sido más adecuado poner: “Unos dedos pequeños y gruesos”.





“El sueño del otro” como decía ya desde el principio es una novela profunda y que, por lo tanto, se presta a un análisis muy profundo. Sin embargo, creo que no sería procedente, por la propia razón de ser que impone una reseña, que me deba alargar mucho más en su análisis. Y es una pena porque en mi cuaderno quedan decenas de notas y comentarios que van a quedar inéditos. Pero, tal y como comentaba al principio me gustaría, antes de terminar esta reseña, y entrando en la parte más propia del comentario literario decir algo sobre el tema de la, por mi llamada, “literatura de la crisis”.




Si estudiamos la Historia de la literatura universal y sus grandes corrientes comprobaremos que, ya desde sus comienzos, la literatura no sólo se planteaba la distracción de sus lectores sino que también, y por motivos espurios, fue utilizado por los poderosos para influir en el pensamiento del pueblo. Esto, por ejemplo, se aprecia muy bien, dentro de la literatura castellana, en muchos ejemplos. Por ejemplo en la literatura medieval. Un paradigma de esta manipulación es “Los milagros de Nuestra Señora” en este caso por parte de la Iglesia católica, pero existentes decenas de ejemplos. Sin embargo también la literatura ha servido para orientar, corregir y anticipar momentos de cambios en la civilización.  Al principio comentaba que al leer (releer) esta novela notaba una cierta similitud con Kafka (La metamorfosis), con Huxley (Un mundo feliz) o bien con Camus (La peste). En estos tres casos, al igual que en “El sueño del otro”, se comprueba que todas ellas son novelas escritas en grandes períodos de crisis, de grandes incertidumbres por unos u otros motivos. Kafka escribió “La metamorfosis” en 1915 (en plena crisis con el telón de fondo de la 1ª Guerra Mundial). Huxley escribió “Un mundo feliz” en 1932 (en plena depresión económica y con el nacimiento de los grandes totalitarismos en Europa). Y Camus escribió “La peste” en 1947 (en un mundo en “crisis”, en cambio después del horror de la 2ª Guerra Mundial). Como comprobará el amable lector todas estas obras tienen un trasfondo histórico y filosófico común. Para interpretar un período histórico generalmente sólo solemos tomar la Historia para entenderlo, pero desde siempre la literatura nos da otro punto de vista, tan valido como el primero, para entender un momento histórico, en este caso, como el presente.




Por último, y a modo de resumen, me gustaría decir que “El sueño del otro” de Juan Jacinto Muñoz Rengel me ha resultado una novela muy interesante, tanto en su planteamiento como por su afán innovador. Un texto que a pesar de tener un final abierto, cosa por otra parte lógica, por el propio planteamiento de la novela, que dejará al lector, sin duda, un sabor de boca agridulce que le suscitará la reflexión, porque “El sueño del otro” es una novela que hay que leer “entrelíneas”. También entiendo que se trata de una novela que, a lo peor, no gusta a todo el mundo por su crudeza y por su estructura “deconstruida”. Sin embargo creo que es una lectura necesaria para intentar entender, dentro de esta alegoría, qué es lo que nos está “pasando”.




 Dicho todo lo cual y atendiendo a todo lo ya referido, y de acuerdo a mi conciencia y a modo de entender el arte literario, creo que la puntuación que más ajustada y que haría más justicia a la novela “El sueño del otro” del joven autor malacitano Juan Jacinto Muñoz Rengel, sería de un 8,00/10.


© Luis Alberto Cao


(Os dejo una intersante entrevista realizada a Juan Jacinto Muñoz Rengel con motivo de la publicación de su novela "El sueño del otro".


3 comentarios:

  1. Uuuy, quizás sea demasiado densa para lo que nos apetece leer últimamente.

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  2. Uf, "Los milagros de Nuestra Señora", acabas de rescatarlo de mi memoria. Tuve que leerlo cuando estaba en el colegio (de monjas, claro) y no sé cómo soy tan amante de la lectura después de eso, que hacer leer a unos niños un libro así... Perdona el inciso, me ha gustado mucho tu reseña, muy instructiva, y pese a que el libro no me llamaba la atención has despertado mi curiosidad, un libro que hace reflexionar y que se sale de los moldes de la literatura comercialoide es bueno que tenga su hueco. Un abrazo.

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  3. Muchas gracias por vuestros comentario amigos míos. Y para tí Rebeca creo que, siguiendo el ejemplo de literatura medieval castellana, creo que, sin duda alguna, tanto por su calidad artística y temática, no gustaría más "El libro del Buen Amor" del arcipreste de Hita. Un beso

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