Título original: Freedom
Autor: Jonathan Frazen.
Traducción: Isabel Ferrer Marrades.ISBN: 9788498383973
Traducción: Isabel Ferrer Marrades.ISBN: 9788498383973
Editorial: SALAMANDRA
Fecha de edición: 2011
Número de páginas: 672
Número de páginas: 672
En primer lugar y antes de entrar en el análisis de esta compleja y densa novela del escritor estadounidense Jonathan Franzen, me gustaría comentar que me ha llamado mucho la atención que esta novela haya tenido un éxito tan grande de ventas, tratándose de un texto que requiere una lectura bastante exigente por su complejidad, sobre todo en alguno pasajes, tanto formal como incluso temática. No es éste el típico bestseller que se lee en el metro porque, como analizaremos un poco más adelante su lectura en algunos momentos resulta exigente, compleja y difícil de seguir. Estoy seguro que, con toda seguridad, se han vendido decenas de miles de ejemplares de “Libertad”, pero de lo que no estoy tan seguro es de que se hayan leído tantos ejemplares.
Jonathan Franzen es considerado en los Estados Unidos un autor de culto, de hecho la prestigiosa revista “Life” le dedicó una portada. Y como veremos su obra, en consonancia con su fama de autor de culto, resulta, cuanto menos, diferente a lo que estamos acostumbrados.
Antes de nada y como es habitual vamos a intentar hacer un somero resumen de su argumento. “Libertad” nos narra la historia de la familia Berglund, una familia de clase media de Minesotta en el Medio Oeste Americano. Conoceremos a Patty y a Walter, el matrimonio y a sus hijos Joey y Jessica. Patty es el personaje central y nuclear de la novela. Es una demócrata de toda la vida que fue atleta en la universidad y que a lo largo de la novela va evolucionando de ser una mujer con una gran conciencia social y política y muy comprometida e implicada en los problemas de su barrio y de sus conciudadanos para terminar siendo una persona que sólo buscara su satisfacción y bienestar personal. Por el contrario Walter es un hombre tremendamente equilibrado, ecologista comprometido, abogado y de carácter conciliador y familiar, buen marido y padre ejemplar. Pero las cosas empezarán a torcerse cuando su hijo Joey, un adolescente problemático, se marcha a vivir con una vecina republicana. Por otra parte aparece en escena Richard Katz, un músico rockero de muy segunda línea y mujeriego impenitente, antiguo amigo de la pareja, que provocará y acelerará el desastre familiar. Desastre que se hará más palpable con el traslado de la familia a Washington DC.
Con estos mimbres Jonathan Franzen nos construye una magnífica novela, profunda, densa que invita y apremia a una reflexión. A través de la familia Berglund al autor nos teje una inquietante parábola sobre la libertad, su uso y su disfrute. La libertad es una palabra, como bien se ve en la novela, que a fuerza de usarla hemos perdido la noción de su significado y que aún así, y por desgracia, no sabemos como hacer uso de ella. Esta obra indaga en ese modo de entender la libertad por parte del ciudadano y del pueblo americano. Esa creencia de que son dueños de sus destinos y de su libertad. Aunque, como bien se ve, invocando a esa palabra los políticos, generalmente, aunque no exclusivamente, han cometido las mayores aberraciones imaginables. En cualquier caso diría que la novela es la crónica de un hundimiento, de un naufragio matrimonial y personal ya anunciado pero inserta en esta sociedad de principios del siglo XXI.
Como comentaba Libertad es una novela muy densa de mucho calado, de difícil lectura, por la infinidad de tramas y subtramas que pueblan la novela, así como por su manera de narrarla, con diferentes narradores, con diferentes perspectivas, así como por su discurso acronológico, en algunos momentos de la novela. Por lo cual voy a intentar sintetizar y aquilatar del mejor modo posible la reseña de esta novela.
La novela empieza siendo narrada por los vecinos de la familia Berglund y desde el primer momento me pareció un arranque muy interesante porque vamos a entrar en su intimidad, en su núcleo familiar, por las opiniones de sus vecinos. A través de la narración de los vecinos, tomaremos una perspectiva muy interesante sobre la familia. Reconozco que este comienzo puede resultar complejo de leer, porque el lector recibe a bote pronto muchísima información, y dada de un modo aparentemente caótico, sobre personajes a los que aún no conoce de un modo directo y queda un poco descolocado. Pero, sin embargo, personalmente me ha parecido uno de los mejores arranques de novela que he leído.
Del mismo modo el resto del libro está narrado desde diferentes y variados puntos de vista. Por ejemplo: a través de un diario que escribe en su juventud Patty, sin embargo este diario está escrito de un modo impersonal como si la propia Patty contará la historia de otra persona (el efecto artístico que provoca esta técnica narrativa es sorprendente). También recibimos más información cuando Richard Katz es entrevistado por un periodista.
La obra está repleta de personajes torturados, que se creen incomprendidos, y tal vez lo sean, que no saben vivir su libertad y que no están dispuestos a pagar ese peaje que su uso puede conllevar . Inmersos en esa lucha entre lo que desean, lo que pueden y lo que la sociedad espera de ellos. Este es el principio de todo el drama. Los personajes tienen libertad pero temen usarla, por las consecuencias que les traerán, fundamentalmente la soledad. Franzen analiza con frialdad, entre otros muchísimos temas, la soledad en la que vivimos y el miedo cerval que nos provoca la propia soledad. Veremos que los personajes actuarán lastrados por el miedo a la soledad, a la culpabilidad. Es una novela de una gran penetración psicológica de los personajes. Magnífico el estudio de los celos y de la culpabilidad, y del hundimiento de las relaciones de pareja.
Franzen no dejará títere con cabeza en su crítica, feroz y acerada al sistema norteamericano. Vemos cómo la justicia es “injusta” valga la paradoja, como las relaciones personales están tejidas por la mentira, la injusticia y la falsedad. Pero sin embargo se nota cierto conformismo, cierto darlo todo por bueno. Porque saben que, a pesar de todo, tienen “libertad”. Esta falsedad, este puritanismo queda muy reflejado en la escena en que se enteran los padres de Patty que con 17 años ha sido violada por un amigo. El amigo es hijo de un hombre poderoso e influyente y cómo la familia le quita hierro e importancia al asunto para no tener problemas. Y ese es por donde la libertad empieza a naufragar. Nadie quiere problemas, la gente huye de todo lo que pueda ser un problemas incluso a cambio de que se conculquen su libertad y sus derechos. Como dice el propio Franzen como ejemplo, todas las medidas tomadas por el Gobierno republicano tras la caída de las torres gemelas.
Novela intimista y muy cinematográfica en el aspecto de que hace uso de muchas formulas propias de la gramática cinematográfica. Es curioso pero al principio del cine las películas no dejaban de ser novelas, o textos literarios filmados. Con el paso de los años y de los grandes directores poco a poco se fue configurando un lenguaje propio del cine. Y precisamente vemos como ahora el séptimo arte influye en la literatura, en su gramática particular. Libertad es un ejemplo de literatura netamente norteamericana, por su temática y su modo de tratarla. Es indudable que la literatura al otro lado del Atlántico es muy diferente de la que se hace por Europa. En este caso es una novela muy Americana, en su concepción, en su lenguaje, en su alineidad y en su temática. Sin embargo, independientemente de todos esos condicionantes localistas Jonathan Franzen sabe crear una novela universal, que más allá de esos condicionamientos locales y culturales y nos habla de una temática universal.
Otro elemento que me ha parecido muy acertado es el uso que hace de la novela “Guerra y Paz” de León Tolstoi, como un elemento vertebrador del propio relato. Al principio de la novela Franzen nos cuenta que ésa es una de las novelas que siempre le recomendaba Walter a Patty que debía leer. Patty según va leyendo la novela va viéndose reflejada en ella, pero, evidentemente, la sociedad tan férrea y estanca de la Rusia del siglo XIX, poco tiene que ver con la sociedad “libre” de los Estados Unidos de siglo XXI. Pero en el fondo los personajes no saben “vivir” su libertad, porque la libertad exige compromiso y responsabilidad. La libertad no es poder elegir en las urnas entre Demócratas y Republicanos, como bien apunta el libro de Franzen poniendo el dedo en la llaga. La libertad es, y debería ser, mucho más. En este fragmento que voy a reproducir el autor pone el dedo en la llaga:
“¿Crees que George Bush de verdad detesta a los gays? ¿Crees que el aborto le importa un carajo personalmente? ¿Crees que Dick Cheney se cree de verdad que Sadam Hussein tramó el 11-s?”.
El mérito de esta novela es que el autor nos habla de todo esto, pero no de un modo abstracto o filosófico, aunque no por ello deja de ser una novela con una fuerte carga política. Vemos cómo a personas concretas, a ciudadanos concretos les afecta en su vida diaria todo esto. Como curiosidad me gustaría añadir que esta novela fue escrita durante el primer año de mandato del Presidente Obama, de hecho el propio Obama fue una de las primeras personas que leyó la novela. Lo que no sabemos, al menos yo, es qué le pareció.
Necesitaría decenas de páginas más para escribir una reseña que haga justicia a una novela tan compacta y tan densa. Pero entiendo que desbordaría ampliamente la finalidad y el objeto de este blog literario. Como resumen, y para terminar, me gustaría comentar que Libertad es una de las grandes novelas escritas en los últimos años. Pero sí me gustaría prevenir, una vez más a los eventuales lectores de la novela, que por otra parte recomiendo, que es una novela de lectura difícil. Sin duda alejada de los bestseller al uso. Pero aún así creo que merecería la pena hacer el esfuerzo. En la parte negativa, añadiría el exceso de localismo de sus tramas, novela escrita por un norteamericano para lectura de sus compatriotas. Y ese mensaje final de conformismo que se trasluce en la novela.
Con todo lo apuntado con anterioridad creo que la puntuación más adecuada a la hora de enjuiciar la novela “Libertad” de Jonathan Franzen sería de un 8,00/10.
© Luis Alberto Cao