lunes, 28 de enero de 2013

NOVEDADES EDITORIALES EN ESPAÑA: FEBRERO DE 2013

Acabo de publicar en mi blog literario "Las bizarrías de Belisa" la LISTA CON LAS NOVEDADES EDITORIALES EN ESPAÑA durante el mes de FEBRERO DE 2013.

En esta lista se incluyen los próximos libros que se publicarán próximamente y que llegarán a las librerias españolas durante el mes de febrero de 2013. Vienen algunas novelas muy interesantes. Espero que os guste.
 
ENTRAR
 

domingo, 27 de enero de 2013

La sonrisa de las mujeres. Nicolás Barreau.


Título original: Das Lächeln der Fragüen.
Autor: Nicolás Barreau.
Traducción de: Carmen Bas Álvarez.
ISBN: 9788467037135.
Editorial: Espasa.
Fecha publicación: 10 de enero de 2012.
Número de páginas: 272.



“El amor, cuando se acaba, es siempre triste.
Rara vez es generoso.
El que abandona tiene mala conciencia.
El que es abandonado se lame las heridas.
El fracaso casi duele más que la separación.
Pero al final cada uno es lo que era siempre.
Y a veces queda una canción,
una hoja de papel con dos corazones,
el dulce recuerdo de un día de verano”.
(Nicolás Barreau)
 



“La sonrisa de las mujeres” ha sido la primera novela que ha publicado el joven escritor parisino, de origen alemán por parte de madre,  Nicolás Barreau. Y, tengo que reconocer, sin ambages ni paliativos, que para mí ha sido todo un descubrimiento. Un descubrimiento tal que, para asegurarme de mi primera sensación, he tenido que leerla dos veces. Y puedo constatar, después de ambas lecturas, que he disfrutado muchísimo leyendo esta novela, por su exquisita delicadeza, por su simplicidad, por su frescura y, como no, por esa belleza que ha conseguido subyugarme y, en algunos momentos, emocionarme. Como intentaré analizar, detenidamente, a lo largo de esta reseña, precisamente esa aparente sencillez en la historia que el autor nos narra es uno de sus principales encantos. Sin duda alguna, a pesar del día de rigor, casi profiláctico, que me tomo entre la finalización de la lectura de la novela y su desapasionado y riguroso análisis literario, tengo que constatar, en honor a la verdad, que mi “euforia” inicial tras su lectura aún se mantiene después de ese obligado período de introspección y reflexión. Sin embargo, como ya desmenuzaré posteriormente, la obra adolece de algunos defectos, plenamente disculpables por la “insultante” juventud del autor, que sin embargo, en mi opinión, debidamente pulidos nos harían estar ante una obra realmente extraordinaria.



Tras este largo proemio y, a modo de marco general en el que circunscribir el tono del análisis, como es habitual, tal vez lo más adecuado en este momento sería pergeñar, siquiera someramente, la sinopsis argumental de “La sonrisa de las mujeres”, para situar al eventual lector de estas líneas. Para tal fin voy a transcribir textualmente la recensión que publica la propia editorial Espasa.



“En París, de vez en cuando, llueve a cántaros y sopla el viento del norte tan fuerte que parece no haber resquicio donde refugiarse. Como cuando las borrascas llegan al corazón y no sabemos cómo ni dónde esperar a que escampe.
Para Aurélie las casualidades no existen. Una tarde, más triste que nunca, se refugia en una librería y en un libro. Arrebujada en sus páginas, Aurélie reencuentra la sonrisa que creía haber perdido para siempre. Y muchas cosas más.
«Su libro me ha encantado, me ha entusiasmado, me ha hecho reír, y es sencillo y está lleno de sabiduría al mismo tiempo. En una palabra: su libro me hizo feliz»



Tengo que reconocer que, para mí, ha sido todo un placer y una agradable sorpresa leer esta “La sonrisa de las mujeres”. Una novela fresca, diferente, en definitiva amable y reconfortante que, como bien dice en la portada y, al menos, mientras la leemos: “Este libro te hará feliz”. Dada mi actividad profesional es un auténtico oasis, en medio de tantas novelas pretenciosas, encontrarme con esta historia tan sencilla pero con la que Nicolás Barreau consigue llegarnos al corazón. Dada su riqueza, desde un punto de análisis literario, intentaré ser lo más sistemático posible a la hora de abordar esta reseña e intentar explicar por qué mi entusiasmo ante esta novela.


Para comenzar voy a transcribir el comienzo de la novela. Fundamentalmente porque es un ejemplo de la importancia que tienen las primeras líneas de un libro. En ese comienzo reside la esencia de la novela y cumple con la importante labor de fijar la atención del lector, de excitar su curiosidad para que continúe su lectura. Llegado a este punto me voy a permitir un pequeño inciso para responder a muchos amig@s que me escriben sobre este particular de la importancia del primer párrafo en una novela. Para las personas que sientan curiosidad me gustaría recomendarles que leyesen los comienzos de estas novelas, todos ellos soberbios: El gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald, Historia de dos ciudades de Dickens, Lolita de Navokov, Ana Karenina de León Tolstoy... sólo por citar un pocos ejemplos. Pues bien, volviendo a nuestra novela, “La sonrisa de las mujeres” arranca con este interesante párrafo:



“El año pasado, en noviembre, un libro me salvó la vida. Sé que suena inverosímil. Algunos considerarán exagerado, o incluso melodramático, que diga algo así. Pero eso fue justo lo que ocurrió.

No es que alguien me disparara al corazón y la bala se quedara milagrosamente incrustada en las páginas de una gruesa edición en cuero de los poemas de Baudelaire, como sucede en las películas. Tampoco tengo una vida tan excitante.

No, mi estúpido corazón había resultado herido antes. Un día que parecía ser como otro cualquiera”.



“La sonrisa de las mujeres” está estructurada en 17 capítulos, un epílogo y un curioso recetario de cocina, al final de la novela, titulado Menu d´amour de Aurélie (para dos personas). Los capítulos están narrados, alternativamente, por los dos protagonistas de la novela Aurélie Bredin y André Chabanais. Partiendo desde este supuesto narrativo de contarnos esta historia, por cada uno de los protagonistas, el autor va cimentando el éxito de esta novela. El lector va poder ir siguiendo la acción desde el punto de vista de cada uno de los protagonistas lo que, sin duda alguna, dota de profundidad narrativa al texto. También me ha interesado mucho la novela por uno de los temas que trata: el funcionamiento de una pequeña editorial y las dificultades de los autores en relación con sus editores. Nicolás Barreau logra mostrarnos toda esa trastienda que conlleva el mundo editorial. En algunos momentos asistiremos a la dureza con la que la industria editorial trata a los nuevos autores:



“—Me temo que tiene usted razón, querida —dijo con paciencia—. Pero no se preocupe. Mucho de lo que se recibe para leer es basura. Lees el comienzo: basura. Echas un vistazo por la mitad: basura. El final: basura. Cuando algo así llega hasta tu mesa te puedes ahorrar el esfuerzo de… —alzó un poco más la voz—, bueno, no merece la pena seguir hablando de ello. —Sonrió”.


“Lancé una mirada al manuscrito de la hija del galardonado con el Goncourt, que estaba guardado en una carpeta de plástico transparente y tenía el melancólico título de Confessions d'une fille triste (Confesiones de una chica triste). Eran como mucho quinientas páginas y, probablemente, bastaría con leer cinco de ellas para estar harto de la habitual introspección narcisista que en la actualidad se presenta tan a menudo como literatura trascendental....
—...Magnífico, André. ¿Sabe? Eso es lo que me gusta de usted. Es tan poco pretencioso… No es grandilocuente, no hace preguntas innecesarias, hace fáciles las cosas. —Me miró con sus brillantes ojos azules y me dio una palmada en el hombro—. Llegará lejos. —Luego me hizo un guiño—. En caso de que sea una basura, escriba un par de frases constructivas sobre el argumento, ya sabe, tiene un gran potencial y se espera con impaciencia lo que la autora pueda escribir, etcétera, etcétera, y rechácelo con delicadeza.”


 
Sin duda alguna en una novela tan intimista como ésta, no cabe duda que uno de los puntales fundamentales sobre las que se sustenta son sus personajes. Nicolás Barreau sabe crear unos personajes bien definidos que, desde un primer momento, sabrán ganarse el corazón de los lectores. Sin duda alguna tengo que destacar la pareja protagonista que a través de sus relatos nos mostrarán toda la riqueza de la que el autor les ha dotado. Será difícil no enamorarse de un personaje de la belleza de Aurélie que, a veces, da la sensación de que cobra vida y se independiza de su autor tomando vida por cuenta propia.  Obsérvese en este ejemplo con ese mimo, con ese cariño de orfebre con el que Barreau nos da una pincelada sobre el personaje y que, simplemente, con ese simple trazo consigue caracterizarlo a la perfección y con una  belleza plástica conmovedora.



“Yo, por ejemplo, colecciono reflexiones. En mi dormitorio hay una pared llena de papeles de colores con reflexiones que he recogido para que, en su fugacidad, no se pierdan. Reflexiones sobre conversaciones escuchadas sin querer en un café, sobre los rituales y por qué son tan importantes, reflexiones sobre los besos en el parque por la noche, sobre el corazón y las habitaciones de hotel, sobre las manos, los bancos del jardín, las fotos, sobre los secretos y cuándo se revelan, sobre la luz en los árboles y sobre el tiempo cuando se detiene.

Mis pequeñas notas se agarran al papel pintado como mariposas tropicales, momentos capturados que no tienen otra misión que permanecer a mi lado, y cuando abro el balcón y una suave corriente de aire barre la habitación, tiemblan un poco, como si quisieran echar a volar”.



Pero es que Barreau no se centra exclusivamente en los personajes principales desbordándose en esa esmerada pincelada a la hora de dibujar a todos los personajes que aparecen. En mi opinión Nicolás Barreau se ha vaciado, creativamente, en esta novela y no sé si, por desgracia, será capaz de volver a escribir una novela de la belleza de esta. Dentro de los personajes no puedo evitar referirme a París. Esa maravillosa ciudad que es uno de los personajes principales de la novela y cómo, tanto la ciudad como su climatología, van “influyendo” en el devenir de los personajes.



Otro de los puntos favorables de la novela es que al autor no intenta alargar de un modo artificial la novela (por desgracia ya estamos muy acostumbrados a leer novelas en las que sobran decenas de páginas que, artificialmente, han sido añadidas). En “La sonrisa de las mujeres” después de una segunda lectura atenta y muy crítica sólo he podido detectar un par de escenas que serían perfectamente prescindibles pero que, al fin y a la postre, no representarían más allá de 10 páginas. Por lo tanto a través de sus 272 páginas está  perfectamente descrita y narrada toda novela.




Si centramos la atención de nuestro análisis desde un punto de vista léxico, creo que Barreau ha utilizado un vocabulario “funcional”, en algunos momentos tal vez un poco pobre en la expresión, pero entiendo que, tal vez, la intención estética del autor sea, precisamente, evitar el uso de una expresión más elaborada en aras a la efectividad y la fijación de la atención del lector en el propio relato. Sin embargo la novela es un texto rico en imágenes. Por así decirlo es una novela muy plástica, muy cinematográfica. Un ejemplo de esta prosa cinematográfica y sensorial podría ser, sin duda alguna, este fragmento.



“Hay algo en las Navidades que siempre nos hace volver a nosotros mismos, a nuestros recuerdos y deseos, a nuestro espíritu infantil, que sigue esperando impaciente y con los ojos muy abiertos ante las misteriosas puertas tras las cuales se esconde el milagro.


El crujido del papel, palabras susurradas, velas encendidas, ventanas adornadas, el olor a canela y clavo, deseos escritos en una hoja o lanzados al cielo que tal vez se cumplan… las Navidades despiertan, se quiera o no, ese deseo eterno de lo maravilloso. Y eso tan maravilloso no es algo que se pueda poseer o retener, no pertenece a uno, pero está siempre ahí como algo que se recibe como un regalo”.



Me ha resultado un poco molesto, aunque tal vez sea más achacable a la traducción o la edición de la novela, que aparecen muchas citas tanto en francés como en inglés que no aparecen traducidas al castellano, cuanto menos en unas notas del traductor al pie de página. Lamentablemente muchos lectores que no entiendan estas lenguas perderán el hilo del relato. Y es una auténtica pena, cuando hubiera sido fácilmente subsanable. Aprovecho en este momento para decir que no he encontrado prácticamente errores de expresión en la novela, por lo que tengo que felicitar a Carmen Bas Álvarez por su correcta traducción.


Sin embargo, como comentaba al principio de la reseña he encontrado un “recurso”, al menos esa es mi opinión, que suelen utilizar bastante los escritores y que a mí me parece pobre y chabacano para excitar el interés de lector para que siga leyendo. Como bien sabrán mis lectores habituales me refiero a esas frases que utiliza el narrador de la novela diciéndonos, como decía aquel viejo personaje de dibujos animados, “no se vayan todavía que aún hay más”. Voy a transcribir algunos ejemplos, sobre este particular, en el que se aprecia ese uso torticero o, cuanto menos, pobre.


“ Pero no tan excitante como lo que luego ocurrió”

“ Pero todo aquello fue un verdadero placer con lo que le esperaba el lunes”

“Ese era el plan pero nada salió según lo previsto”



No me cabe duda, a la vista de las magníficas novelas que nos están llegando del país vecino, que en estos momentos  la literatura francesa está pasando por un gran momen-to. De hecho las últimas novelas galas que he leído me han sorprendido gratísimamente ( Nada se opone a la noche de Delphine Vigan y La delicadeza de David Foenkinos). En todos los casos se trata de historias sencillas, pero narradas con primor, que tras su aparente “sencillez” esconden un importante trabajo de contención y de síntesis literaria. Sin duda alguna las mejores novelas son aquéllas en las que no se nota todo ese trabajo y parece que han sido escritas con toda naturalidad y sin, “aparentemente”, mucho trabajo. No es el caso de “La sonrisa de las mujeres” en la que Nicolás Barreau no deja ni un solo fleco de la novela sin atar, ofreciéndonos una novela redonda que satisface plenamente al lector. Por supuesto no voy a ocultar que me ha gustado mucho todo el tema de la creación literaria. Con esto no creo descubrir mucho, ya que el propio Barreau nos dice al principio de la novela que el personaje del editor André Chabanais es escritor. Sin embargo uno de los momentos más “emocionantes” del  libro es cuando el autor, ya en epílogo, nos deja esta reflexión acerca del proceso creativo del escritor y ese encariñamiento que siente por sus criaturas:



“Cuando se termina de escribir una novela se siente un gran alivio por haber acabado. (¡Gracias por escucharme, Jean!). Y precisamente por eso también se está muy triste. Escribir las últimas líneas de una novela significa siempre despedirse de los protagonistas que le han acompañado a uno durante mucho tiempo. Y aunque sean, en mayor o menor medida, inventados, están muy cerca del corazón del autor”.



“La sonrisa de las mujeres” se podría calificar como una novela romántica, pero no como una novela almibarada. Estoy seguro que esta novela le puede gustar a todo el mundo porque, como comentaba un poco más arriba, el autor prende la atención del lector desde el primer párrafo. No me duelen prendas al reconocer que me he sentido muy emocionado leyendo esta historia de amor enmarcada en una ciudad tan maravillosa como París.



Releyendo la reseña no puedo evitar sentirme frustrado por no conseguir hacer plenamente justicia, con mis palabras, para glosar esta magnífica novela. También lamento tener que dejar tantas y tantas notas y detalles que me han conmovido tras las dos lecturas de “La sonrisa de las mujeres” y que, por desgracia, quedarán inéditas en mi cuaderno de notas.  Y aún me ha gustado más cuando he entrado en un análisis más profundo de la novela, tanto por su estructura narrativa como por su desarrollo dramático. Como comentaba más arriba, y ojalá me equivoque, no creo que Nicolás Barreau consiga volver a escribir una novela como ésta, en un estado de gracia tan conseguido.



Ya no me queda mucho más que recomendar encarecidamente la lectura de este libro. Sé, por los múltiples correos y comentarios que recibo, que muchos de los seguidores de este blog toman muy en cuenta mis recomendaciones. Pues bien ahora que se acerca “San Valentín” puedo recomendar, con toda seguridad este libro porque será un regalo ideal, con el que seguro cualquiera de vosotros quedaréis muy bien. Siempre es bonito regalar libros; regalar cultura.



Dicho todo lo cual, y tomando en consideración todo lo referido con anterioridad, así como intentando ser le más fiel posible a mi conciencia y a manera de entender el arte literario, creo que la puntuación que haría más justicia, a la hora de valorar y juzgar la novela “La sonrisa de las mujeres” del escritor franco-germano sería de un 8,75/10.

© Luis Alberto Cao

 (Para ilustra la reseña de esta novela os dejo un bonito video sobre París)


martes, 22 de enero de 2013

El secreto del Nilo. Antonio Cabanas


Título: El secreto del Nilo.
Autor: Antonio Cabanas.
Editorial: Ediciones B.
ISBN: 978-84-666-5120-2
Páginas: 848.
Fecha de publicación: Octubre de 2012.




“Ella nunca comprendería los motivos que llevaban a un hombre a perder su voluntad en pos de la concupiscencia, pero la realidad era que podían llegar a volverse locos, a tirar por tierra la felicidad de los que les rodeaban, a renunciar a cuanto pudieran haber conseguido con esfuerzo. Bien conocía ella las consecuencias de la barbarie”. (El secreto del Nilo. Antonio Cabanas)



“Ten mucho cuidado con las palabras que digas con el corazón, pues nunca regresan. Mantén ocultos tus deseos, ya que el hermetismo es un escudo formidable; y sobre todo escucha. Deja que los demás hablen cuanto deseen; de este modo los conocerás y tendrás ventaja sobre ellos. —Ahora el niño parecía atemorizado—. Recuerda mis palabras y algún día me lo agradecerás”. (El secreto del Nilo. Antonio Cabanas)





“El secreto del Nilo” es la colosal y extensa última novela publicada por el escritor canario Antonio Cabanas. Y tengo que destacar el adjetivo colosal como uno de los vértices sobre el que pivotará esta reseña, tanto por su ambición narrativa como por la meticulosidad y la erudición de las que hace gala el autor a la hora introducirnos en el proceloso y convulso Egipto de la época faraónica. Tengo que confesaros que durante  los seis días que he dedicado a la lectura intensiva y minuciosa de “El secreto del Nilo” ha habido momentos en los que me he sentido desbordado por el inmenso caudal de información y de conocimientos con el que Antonio Cabanas consigue, en algunos momentos, apabullarnos. Y, en muchas ocasiones, he acudido a internet para constatar la magnífica ambientación histórica de la novela a la que, con toda honestidad, no cabe oponerle ni un solo “pero” en lo que respecta a su tratamiento histórico. Como suele ser habitual y a modo de una primera toma de posición, en la que poder enmarcar el tono general de la reseña, y antes de abordar un análisis más riguroso y sistemático, creo que bien podría fijarla estableciendo una analogía. Y dado el tema de esta novela histórica voy a permitirme plantear la analogía entre una de las grandes pirámides del valle de los Reyes, por ejemplo Keops, y la novela “El secreto del Nilo”. Las pirámides, como es bien sabido, son obras colosales que nos muestran su grandeza y que captan, en su majestuosidad, nuestra atención y nuestra fascinación desde  la lejanía. Sin embargo, conforme nos vamos acercando observamos que los bloques de piedra que conforman la propia pirámide, que en la lejanía parecían perfectos, resultan estar deteriorados por el paso de los siglos, por el vandalismo, por la erosión... e incluso observamos que no están perfectamente situados, sino que unos sobresalen más que otros o bien que las piedras que imaginábamos pulidas y suaves resultan ser abruptas y ásperas. Pues bien algo así sucede con la novela “El secreto del Nilo” de Antonio Cabanas, es una novela monumental, ambiciosa, colosal como decía al principio, pero que si la sometemos a un análisis más crítico y riguroso veremos que, a veces, “las piezas” no encajan bien o están puestas en otro orden y que a veces la “textura” tampoco acaba de corresponder con la pensábamos que demandaba. Aunque, nunca se sabe, puede ser que en ambos casos de la analogía ese sea una de las causas de su belleza. En cualquier caso, a lo largo de este análisis literario profundizaré algo más en éste y otros aspectos que considero relevantes a la hora de acercarnos al estudio y análisis de “El secreto del Nilo”.





Como suele ser habitual creo que lo más adecuado y pertinente antes de zambullirnos en el estudio de esta voluminosa novela será, con la intención de situar al eventual lector de estas líneas, pergeñar, aunque sea someramente, una breve sinopsis argumental de los hechos que acaecen a lo largo de la novela. Para este fin me voy a permitir transcribir literalmente la recensión que ha publicado la editorial, Ediciones B, obviando, lógicamente, su carácter laudatorio.




“El Antiguo Egipto despliega sus encantos en esta novela de Antonio Cabanas para envolver al lector en un misterio milenario y conducirlo hasta su edad dorada, la de la abundancia, que dará paso al periodo más controvertido de toda su historia: el de Akhenatón, el faraón hereje, y la bella Nefertiti. El autor nos desvelará gran parte de los enigmas que han rodeado a estas figuras casi legendarias. Una época en la que los poderes de Egipto lucharán entre sí por mantener su supremacía entre intrigas sin fin.

De la mano del protagonista, el enigmático Neferhor, viviremos la epopeya de un personaje y un país. Desde sus humildes orígenes como hijo de un pobre campesino, hasta su ascenso a los círculos más altos del poder, su vida es una emocionante trayectoria regida por pasiones profundas, maquiavélicos juegos de poder y terribles engaños.

El secreto del Nilo es una novela total, llena de sensualidad y paisajes inolvidables, que atrapa desde la primera página. Un canto de amor a una época histórica deslumbrante y llena de magia. Una historia cargada de realismo y rigor. En definitiva, una obra capaz de transportarnos a un mundo lejano, exótico y fascinante, del que no querremos salir nunca”.




Empezaré esta reseña destacando que una de las cosas que más me ha gustado de “El secreto del Nilo” es su magnífica y cuidada edición. Puedo decir, y casi asegurar salvo error u omisión, que no he encontrado ningún error, de carácter lingüístico, a lo largo de todo del texto. Y eso ya habla muy bien de la novela. En esta novela no vamos a encontrar ningún error, tanto ortográfico como de puntuación o expresión. Por lo tanto, afortunadamente, es una novela que, desde un punto de vista filológico ya resulta todo un placer leerla. En lo único que me ha “chirriado” un poco es en el uso de “mas”que lo utiliza muchas veces como conjunción adversativa. Indudablemente es un uso correcto pero, tal vez, hoy en día, su uso ha quedado un poco devaluado. Actualmente se sustituiría  este “mas” por el “pero” o incluso por el “sin embargo”.Pondré algunos ejemplos:




“En el país de Kemet se cometían crímenes de vez en cuando, mas los medjays eran unos policías implacables, y la justicia caía con todo su peso sobre los que perpetraban aquellos delitos” (en este caso parecería más adecuado la sustitución por el “sin embargo”)



Mas en sus sueños este no aparecía, y solo Niut se presentaba ante él como si fuera un remedo de la diosa Hathor para entregarse bajo las sombras de los palmerales”. (Por el contrario en este ejemplo parecería más adecuada la sustitución por el “pero”)




Hablando de la edición tan cuidada de esta novela, no puedo sustraerme a destacar los anexos que, por así decirlo, completan la novela. Me refiero en concreto a un interesantísimo estudio histórico con el que nos regala el autor, así como un índice de personajes y un interesante glosario de términos egipcios y, por supuesto, las notas al pie de página que con profusión ilustran la novela. Recomiendo la lector que no deje de leerlos porque es una auténtica delicia, labor más propia de un avezado egiptólogo que de un novelista)




Creo que en esta novela Antonio Cabanas pugna entre su pasión, y grandes conocimientos, como egiptólogo y la literatura. Y creo que, finalmente, en esa pugna sale derrotada la literatura. Intentaré explicarme. Tal y como el autor nos plantea “El secreto del Nilo” más que una “novela histórica” sería una “Historia novelada”. Y aunque parezca un juego de palabras, si nos detenemos un instante en considerarlo nos daremos cuenta de la gran diferencia que entrañan una y otra definición. En “El secreto del Nilo” vence el rigor de un estudioso, de un erudito del Antiguo Egipto, escribiendo un impecable libro de historia, con un nivel de detalle apabullante, a la pasión del escritor que quiere, “simplemente” contarnos una historia y emocionarnos. Y sin embargo, cuando el autor logra “desembarazarse” de ese “academicismo historicista” y se deja embargar y arrastrar por el relato literario que nos cuenta, es entonces cuando nos muestra su talento con algunos momentos  hermosísimos desde un punto de vista artístico y de construcción literaria. Es precisamente en esos momentos, por desgracia tan limitados, en los que el autor afloja el dogal cuando los personajes, una vez liberados de ese yugo, cobran vida, profundidad e interés (un poco más adelante entraré en el análisis más pormenorizado de los personajes). En este caso resulta evidente que el exceso de documentación y de información va en claro detrimento de la trama de la novela, o sea de la narración de la vida y las vicisitudes del escriba Neferhor (el protagonista de la novela) y, además, del interés del lector.  Me han sabido a poco los momentos en los que Cabanas deja “libertad” a sus personajes, por ejemplo en la escena del juicio, en la persecución, etc, etc... momentos en lo que se nota que hay “vida”. Como lector, y al menos esa es mi opinión, hubiera preferido un mayor énfasis en la narración central de la novela y haber dejado, para un profuso e incluso erudito anexo final todo la parte más historicista, sin duda alguna interesantísima.




Antonio Cabanas es un escritor dotado de una prosa muy hermosa y, además, muy cuidada. Esto resulta evidente a lo largo de toda la novela. He seleccionado un par de fragmentos de muy distinto registro narrativo para ilustrar la versatilidad del autor. He elegido el primer fragmento porque creo que muestra, de un modo muy plástico y hermoso, la capacidad evocadora del autor para crear atmósferas:




“Desde sus estancias privadas, Nefertiti contemplaba el atardecer con aire ausente. El Atón se encaminaba de nuevo hacia occidente, y los frondosos jardines de palacio recibían sus últimos rayos para mostrar su exuberancia y desparramar sus rabiosos colores creando matices insospechados.
Más allá el río serpenteaba majestuoso, ajeno a las ambiciones humanas, pletórico en su crecida que ofrecía magnánimo”.




El segundo fragmento es totalmente opuesto al anterior, es lo que yo definiría como un fragmento de prosa épica:




“El luto se extendió por Egipto como impulsado por el aliento de los genios infernales. De forma paulatina el mal se arrastró por el valle para cubrirlo con su ponzoña, sin que nadie pudiera evitarlo. Sekhmet corría desbocada para mostrar su cólera a aquel pueblo de impíos que había dado la espalda a los padres creadores. La enfermedad avanzaba lenta pero implacable entre el llanto y la desesperación, pues no había sunu capaz de expulsarla de las Dos Tierras.


Al parecer aquella peste se había iniciado en las lejanas islas del Egeo, y desde allí había extendido su mal por toda Siria hasta llegar al país de los faraones. Los puertos del norte habían supuesto el principal foco de entrada, y en Menfis la gente moría en medio de altas fiebres y grandes padecimientos. A no mucho tardar la epidemia alcanzó Akhetatón, donde se desarrolló con especial virulencia. La ciudad del Horizonte de Atón sucumbía a manos de la ira de Sekhmet para cobrarse las vidas de sus habitantes sin reparar en ninguna condición. Los paisanos se miraban entre impotentes y desconcertados, sin saber a qué atenerse. ¿Cómo podrían calmar la cólera de la diosa leona después de que los dioses hubieran estado proscritos durante tanto tiempo? ¿Quién se atrevería ahora a hacer ofrendas a Sekhmet?”




Me gustaría, llegados a este punto, detenerme especialmente en el análisis de los personajes que pueblan la novela. Intentaré referirme a ellos del modo más “neutro” posible, para no “destripar” la novela. Dentro de los personajes que aparecen creo que no estaría muy desencaminado si los agrupase en dos categorías: personajes claramente históricos y personajes de ficción. Respecto a los personajes del primer grupo creo que el autor no profundiza lo suficiente en la faceta más íntima del personaje. No en los hechos que conforman su “vida histórica” sino en su idiosincrasia, en el interior de los personajes, aunque sea histórico. Respecto al otro grupo, al de los personajes ficticios, es justo reconocer que hay algunos en los que el autor consigue insuflarles vida y credibilidad. Hay muchos personajes que estaban bien dibujados, hechos de carne y hueso con perfiles que se nos muestran polimorfos. Tengo que reconocer que ya desde las primeras líneas de la novela quedé cautivado por el personaje de Niut (la amiga de la infancia de Neferhor, el protagonista) y con la habilidad y el oficio con el que Antonio Cabanas le va dando vida a lo largo de la novela y cómo el personaje va evolucionando, creciendo  y desarrollándose a lo largo del texto.




“El secreto del Nilo”, tal y como vengo diciendo, es un libro tremendamente didáctico, en el que aprenderemos muchísimas cosas sobre el antiguo Egipto: sus costumbres, su historia, su cosmogonía, su panteón de dioses.... Como curiosidad, de las muchísimas cosas que he aprendido leyendo la novela, me ha llamado la atención el ver que en el antiguo Egipto cuando nacía una niña le correspondía ponerle nombre al padre y cuando era un niño le correspondía a la madre.




Siento, por las cuestiones de espacio a las que nos constriñe una reseña, por su propia definición, no poder alargarme mucho más en el análisis de esta colosal novela, en este loable esfuerzo de Antonio Cabanas por acercarnos a su gran pasión: el antiguo Egipto. Con esta finalidad el autor nos ha dejado esta ambiciosa novela aunque, en mi opinión, resulta excesivamente lastrada por la meticulosidad histórica, por el excesivo aporte de datos y detalles que distancia y perjudica la propia ficción, al fin y a la postre la razón  de ser de una novela (aunque sea histórica, porque sino sería un libro o un ensayo histórico) En mi cuaderno de apuntes hay decenas de notas sobre el rigor y el puntillismo en las citas del  autor, con una erudición más propia de una tesis doctoral que de una novela. Por ejemplo cuando el autor nos dice:




 Nafurreya (forma en la que los mitannios pronunciaban Neferkheprura), mi hermano, va a tratarme diez veces mejor de lo que lo hizo su padre…”




A modo de resumen final creo que “El secreto del Nilo” de Antonio Cabanas es una novela de obligada lectura para todos aquellos lectores interesados en el antiguo Egipto. Es un libro que nos enseñará muchas cosas sobre aquella impresionante civilización. Sin embargo considerándola estrictamente como una novela ya que, por otra parte, es del modo en que tengo que analizarla como crítico literario, tengo que reconocer que, admitiendo su mérito y su generosidad a la hora de abordarla, no ha conseguido satisfacerme todo lo que, creo yo, podría haberlo hecho. Sobre todo por sacrificar la novela en aras a su pulcritud histórica casi “exegética” que, en algunos momentos, puede resultar un tanto aburrida y “alejarnos” de la trama dramática central.





Dicho todo lo cual y teniendo en cuenta todo lo ya referido e intentando ser lo más fiel posible a mi modo de entender el arte literario, así  como sopesando muy detenidamente todas las razones expresadas más arriba, creo que la puntuación que más justicia haría para valorar la novela “El secreto del Nilo” de la escritor canario Antonio Cabanas sería de un 7,00/10.

© Luis Alberto Cao


(Para ilustrar la reseña os dejo un interesántisimo reportaje sobre las pirámides de Egipto, creo que merece mucho la pena verla) 


miércoles, 16 de enero de 2013

Entrevista a Victoria Álvarez autora de "Hojas de dedalera"



Victoria Álvarez nació en Salamanca en una familia apasionada por la literatura. A los nueve años ya sabía que era escritora, vocación que comparte con su abuelo, escritor y poeta, y con su padre, escritor de novela histórica. Desde entonces no ha dejado de crear nuevas historias y personajes. Ha ganado varios concursos literarios entre los que destacan el certamen Torrente Ballester, el organizado por la Asociación Ludere Aude de la Universidad de Salamanca y el del Colegio de Médicos de Salamanca.
Además de dominar cuatro idiomas, es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca, en la que actualmente se encuentra realizando su tesis doctoral sobre la literatura artística del siglo XIX, que la ha llevado a vivir los dos últimos años entre Salamanca, París y Roma. Compagina su investigación con la redacción de sus novelas.
Pertenece a la asociación Friends of Highgate Cemetery (FOHC), responsable de velar por el cuidado y la conservación de este enclave, elemental a la hora de documentarse para Hojas de dedalera, su primera novela publicada.
De su primera novela, Hojas de Dedalera (Ed. Versátil, 2011) se han vendido los derechos a Italia (Fanucci) y Alemania (Lübbe). Y de la segunda, Las Eternas, se han vendido a Alemania (Lübbe) antes de su publicación en España.




LUIS ALBERTO CAO: Es todo un placer para mí inaugurar esta nueva sección del blog literario “Las bizarrías de Belisa:Autores noveles” entrevistando a Victoria Álvarez, la joven autora de la sorprendente novela “Hojas de dedalera” y una de las promesas, me atrevería a decir que ya toda una realidad, más fulgurantes del panorama literario de la actualidad y con toda seguridad de los próximos años. Quiero darte la bienvenida y las gracias por haber atendido mi solicitud y por tu  amabilidad al concederme esta entrevista. Sé que te lo he pedido en un momento en que tienes una gran carga de trabajo y que estás haciendo todo un esfuerzo para poder concederme esta entrevista, cosa que tanto yo como mis lectores te agradecemos...



VICTORIA ÁLVAREZ: Gracias a ti por haber realizado una reseña tan entusiasta de mi novela y por querer entrevistarme. ¡Es un placer poder acercarme más a mis lectores!




L.A.C: Me gustaría, si te parece bien, empezar esta entrevista, en la que, por supuesto, hablaremos de literatura y de tu obra, hablando un poco de ti, de la autora como persona. Fíjate que empezaré a preguntarte justo por el último párrafo de tu novela que ha conseguido emocionarme: “ Finalmente, y aunque ya no esté conmigo, gracias a mi abuelo... Leer más.

lunes, 14 de enero de 2013

Hojas de dedalera. Victoria Álvarez (AUTORES NOVELES)

Título: Hojas de Dedalera
Autor: Victoria Álvarez
Editorial: Versátil
Páginas: 520
Fecha de Publicación: 7 noviembre 2011.





“En ocasiones pienso que lo que reverenciamos en los cementerios cuando acudimos a visitar las tumbas de nuestros seres queridos no son solamente sus huesos, sino nuestro propio dolor. Construimos panteones para recordarnos lo mucho que amamos a nuestros padres, hermanos, amantes y amigos; queremos que el mundo entero lo comprenda, que nos compadezca por nuestra pérdida, pues lo que nos hace más daño no es pensar en lo que sucede en el Más Allá… sino en lo que nos espera en esta dimensión. La parte más importante de nuestra conciencia desaparece con nuestros muertos. Así que todos estamos un poco muertos, en cierta manera”. (Hojas de dedalera. Victoria Álvarez).


“«Pero el primer amor no es el que marca nuestras vidas», se dijo la muchacha, recostando la cabeza sobre su pecho. «Es el último. Siempre será el último. Para toda la eternidad»”. (Hojas de dedalera. Victoria Álvarez).




Me gustaría encabezar esta reseña haciéndoos participes de mi alegría al abrir esta nueva sección dedicada a los autores noveles que serán, que duda cabe, nuestros grandes escritores del futuro. Precisamente por eso debemos cuidarlos, ayudarlos e  intentar darles a conocer porque ellos son, sin duda alguna, el futuro de nuestra literatura. Dicho todo lo cual y agradeciéndoos la gran acogida que ha tenido esta nueva sesión y ya sin mas preámbulos vamos a adentrarnos en el análisis minucioso y sistemático de la novela que inaugura esta sección.



“Hojas de dedalera” ha sido el  “sorprendente” debut literario de la escritora salmantina Victoria Álvarez que, dicho sea ya de paso, me ha parecido una novela excelente.... Leer más

sábado, 12 de enero de 2013

Presentación de la nueva sección: "LAS BIZARRÍAS DE BELISA: AUTORES NOVELES".


Hoy es un día muy importante para este blog y, personalmente, para mí también. Hoy se inaugura una nueva sección del blog literario “Las bizarrías de Belisa” dedicada a los autores noveles.


La fecha de hoy, elegida para la inauguración, no ha sido fruto del azar. He querido esperar a este fecha, víspera de Reyes por dos motivos. Por una parte para homenajear esa noche de ilusión,  y más aún sabiendo que muchísimos amig@s  de todas partes del mundo me escriben con la ilusión de ver sus obras reseñadas en este blog literario. Por otra parte como homenaje   Leer más


miércoles, 9 de enero de 2013

La caja negra. Michael Connelly


Título original: The black box.
Autor: Michael Connelly
Traducción: Antonio Padilla
ISBN: 9788490063989
Editorial: RBA LIBROS.
Páginas: 480.
Año de edición: 2012.





“Bosch consideraba que todo caso tenía su propia caja negra. Un indicio en particular, una persona, una revaluación de los hechos que aportaba cierta comprensión y ayudaba a explicar lo que había sucedido y por qué”. (La caja negra. Michael Connelly)




Tengo que reconocer, sin ambages, que es para mí todo un placer traer a este blog literario a uno de los grandes autores actuales de novela negra americana. Y he adjetivado enfáticamente “americana” porque parece ser que únicamente existe, en estos tiempos, otra novela negra que no sea la escandinava. Espero que en alguna otra reseña, ya que en esta será difícil porque tengo mi libreta de notas repleta de multitud de notas que me ha sugerido la lectura de esta novela, pueda explayarme detenidamente en un tema que me resulta tan querido y al que he dedicado tantas horas de estudio como es  la singularidad propia de la novela negra americana que  hace de este género, por méritos propios, uno de los grandes géneros de la literatura norteamericana y además por su marcada y recíproca influencia con la gramática cinematográfica. Dicho todo lo cual me gustaría recomendar a los habituales lectores de novela negra escandinava, que actualmente son legión, que se acercasen a la americana y comparasen.




“La caja negra” del escritor norteamericano Michael Connelly ha sido la última novela publicada en español de este interesante autor de novela negra. De hecho esta novela ha sido acreedora del VI Premio Internacional de Novela Negra RBA  galardón, por otra parte, que va alcanzando, poco a poco, un incontestable prestigio literario. Después de una detenida, comprensiva y atenta lectura y como suele ser habitual y por seguir un orden expositivo coherente y sistemático, empezaré esta reseña con una valoración inicial, a modo de marco en el que encuadrar el análisis, de mi opinión al respecto de la novela “La caja negra”. Me ha parecido una novela francamente interesante y, como es obligado en una novela negra, con una correcta estructura narrativa que, conforme marcan los cánones del género, se desarrolla en un “in crescendo” que termina en un sorprendente e inesperado clímax final. Si bien es verdad que, en mi opinión, no se trata, ni mucho menos, de su mejor novela. De hecho Connelly remata el puzzle de la novela haciendo uso de una “pieza”, de un recurso muy “forzado”; extremadamente forzado me atrevería a decir, que es la aparición “Deus ex machina” de un personaje y del que, además, el autor rehusará, explícitamente, a dar noticias de las motivaciones de esta aparición tan determinante (mucho más no puedo contar... pero estoy seguro que los lectores de la novela entenderán, inmediatamente, a qué me quiero referir). Ese detalle del final, tengo que reconocerlo,  me dejo un mal sabor de boca que hoy, casi veinticuatro  horas después de su lectura, aún no he conseguido mitigar por completo. Tengo la sensación de ese castillo de naipes que hacemos y que al colocar la última carta, para coronarlo, hace tambalear toda la estructura. En cualquier caso, más adelante, entraremos en un análisis más exhaustivo y metódico en el que abordaremos con más detenimiento el estudio de éste y otros detalles relevantes de la novela.



Con el fin de situar el eventual lector de estas líneas en el contexto general en el que se enmarca esta reseña, lo más adecuado y conveniente será pergeñar, someramente eso sí, una breve sinopsis argumental de “La caja negra”, para dar perspectiva al lector. A tal fin utilizaré textualmente la recensión que nos ofrece la propia editorial RBA:



“En un caso que abarca 20 años, Harry Bosch relaciona la bala de un crimen reciente con un archivo de 1992, la muerte de una joven fotógrafa durante las revueltas de Los Ángeles. Harry fue el encargado de la investigación en primera instancia, pero luego pasó a una unidad especializada en los altercados y nunca se resolvió.


Ahora el informe de balística demuestra que no fue un acto de violencia al azar, sino algo más personal y conectado a una intriga más compleja. Como un investigados a través de los restos después de un accidente aéreo, Bosch busca la "caja negra", la pieza de evidencia clave que unirá todo el caso”.



Como creo que he comentado ya, con ocasión de otras reseñas, es indudable que el género negro, desde un punto de vista de la construcción dramática y argumental, es uno de los más difíciles dentro de la literatura. Es un género que requiere un fino ensamblaje de su maquinaria argumental, en el que todas y cada una de las piezas debe encajar perfectamente, sin estridencias, con objeto de dar visos de credibilidad la historia narrada. Dicho esto creo que ya puedo entrar en el análisis de “La caja negra” de Michael Connelly




La novela está estructurada, formalmente, en tres grandes partes que no tienen una unidad y coherencia temática propias y en 35 capítulos con temática “cerrada” con un prólogo y un epílogo. El prólogo está ambientado en la ciudad de Los Ángeles en el año 1992, en medio de los graves disturbios raciales que tuvieron lugar a consecuencia de la muerte del joven afroamericano Rodney King. El resto de la novela está ambientada en el año 2012. La prosa, como siempre insisto, en la versión española, es funcional y sencilla. Sin embargo la versión desliza bastantes errores que, en mi opinión, deslucen la obra en general, de ahí mi constante queja a favor de una buenas ediciones y unas buenas traducciones. Pondré algunos ejemplos que demuestran el daño que hacen unas ediciones poco cuidadas. “Hace dos años tú tampoco no lo sabías”. En esta frase se observa una construcción errónea y, además, equívoca en cuanto a su sentido. Porque podía ser: “Hace dos años no lo sabías tú tampoco” ó “Hace dos años tú tampoco lo sabías”, pero en ningún caso la traducción que aparece en el libro. Sin embargo hay otros errores aún más graves. En este caso no sé si es un gazapo que se le desliza al autor en la versión inglesa o al traductor en la española. He destacado en negrita la incoherencia que se produce en el fragmento reseñado.



“El domingo Bosch se levantó temprano, preparó café y salió con el tazón humeante y el teléfono móvil al porche trasero para disfrutar de la mañana… “ (Y más adelante el autor nos dirá, siguiendo una narración continua) “Podía dejar que su hija durmiera una hora más, despertarla con el aroma del café recién hecho y reducir las posibilidades de que se mostrara irritada por tener que levantarse demasiado temprano para ser sábado



Respecto al dibujo de los personajes no cabe duda que Connelly es un escritor que sabe perfilar y dar vida a sus personajes. Indudablemente el personaje de Harry Bosch está muy bien caracterizado y eso que en esta novela Connelly se va a centrar más en el relato de la investigación y resolución del caso que en ahondar en la “intimidad” del personaje. De hecho en una de las pocas aproximaciones a su “intimidad” y a su vida familiar con su hija, en mi opinión, es uno de las escenas más flojas de la novela y que, creo yo, obstaculizan, sin el menor sentido, el discurso coherente de la novela. Me estoy refiriendo, lo digo para que el lector cuando lea la novela repare en ello, a la escena cuando Bosch y Maddie van a hacer prácticas de tiro. Honestamente después de leer este pasaje varias veces, me parece totalmente prescindible porque prácticamente no nos va a aportar nada y lo único que consigue es romper el ritmo narrativo. Por lo demás Harry Bosch es un policía a la antigua usanza, experimentado que no duda en bordear los límites de la legalidad, y en algunos momentos prácticamente horadar. Un viejo policía que sigue sus propios métodos y que aún le sigue costando habituarse al uso y manejo de las nuevas tecnologías. Tengo que destacar también la finura en el trazo de algunos personajes secundarios que, a pesar de que en algunos casos tienen un carácter muy episódico, mantienen su singularidad y su carácter.



“La caja negra” como buena novela negra norteamericana nos mostrará una fuerte carga de crítica social contra el funcionamiento del Estado y, por ende, de, en este caso, la propia sociedad norteamericana. Sin embargo siempre aparecerá, al final de la mayoría de estas novelas, esa carga moralizante que mostrará que el corrupto, el golfo, el que se “sale” de la legalidad, por muy encumbrado que  pueda llegar a estar “siempre” será castigado y que la justicia “siempre” triunfará (aunque por desgracia en la vida real esto, muchas veces, nunca es así) porque el sistema y sus instituciones ”siempre” funciona. Sin embargo en la novela negra europea veremos que esa óptica puede ser diferente.



“La caja negra” es una novela que se puede leer independientemente de la serie y que resulta perfectamente inteligible, porque mantiene una unidad temática en sí misma. En algunos instantes Connelly nos bosqueja algunos detalles sobre la personalidad de Harry Bosch que, sin necesidad de haber leído sus anteriores novelas, nos ayudan a entender la idiosincrasia del personaje.



“Bosch no supo qué responder, pues no había leído el libro. Él había crecido en orfanatos, centros juveniles y hogares de acogida de forma que ningún maestro le había asignado la lectura del libro”.



En “La caja negra”, aunque de modo muy tangencial, Connelly nos seguirá hablando de su gran afición por el Jazz, pasión que comparte con Harry Bosch. Todas estas referencias nos ayudan a entender y explicar la actitud y la forma de ser Bosch. Como comenté un poco más arriba en esta novela Connelly se centra, sobre todo, en la trama propia de la investigación. Sin embargo, me ha resultado muy interesante como el autor nos esboza la siempre complicada relación de Bosch con su hija Maddi, una adolescente de 16 años. En esta novela también se toca el tema de su relación con su pareja sentimental Hannah Stone. Precisamente en el final de “La caja negra” queda abierto un tema relacionado con ella que, parece ser, servirá de base para la próxima entrega de Harry Bosch. Como bien sabéis los seguidores habituales de este blog literario, no soy muy partidario de recurrir a esta “técnica”, la de dejar un abierto un fleco de la acción, con la intención de fidelizar al lector para la próxima entrega.



Por lo demás “La caja negra” es una novela bien escrita, que mantiene el ritmo a lo largo de todo el texto y que resulta muy entrenida. La trama está bien tejida y resulta apasionante ver cómo Harry Bosch va tirando del hilo de la madeja para conseguir resolver un crimen cometido hacía ya más de 20 años y que, al parecer, nadie tiene interés en reabrir... Connelly consigue, con maestría, despistar al lector y tenerle engañado (y hasta ahí puedo leer…). Por lo tanto, creo honestamente que “La caja negra” es una novela muy interesante, una novela al más puro estilo del género negro norteamericano.



En “La caja negra” Connelly, periodista de profesión, va a homenajear a sus propios compañeros de profesión, en especial a los corresponsales de guerra y a los freelance. Como bien sabe el autor una de las primeras víctimas de un conflicto bélico es la verdad y, por eso, los periodistas son siempre vistos como posibles “enemigos”. Esta novela, a mí particularmente, me ha resultado muy interesante al comprobar los avances tan sorprendentes que se han producido en la criminología. Me viene a la cabeza, por ejemplo, cómo la policía consigue poder recuperar el número de serie de una pistola aunque haya sido limada o haya sido expuesta a la acción del ácido.



Por desgracia, no puedo, ni debo alargarme mucho más en esta reseña, para no desvirtuar su razón de ser. Lamentablemente van a quedar muchas de las notas y los apuntes que me sugirió su lectura inéditos. Y va a quedar pendiente que algún día publique en este blog, espero tener tiempo para hacer lo antes posible, un monográfico sobre la novela negra que es un tema que he estudiado mucho y considero especialmente interesante a la hora de confrontar este género en las diversas literaturas así como sus diferencias y similitudes.



A modo de resumen final tengo que decir, sin ambages, que Connelly es uno de los grandes autores actuales del género negro. En mi opinión “La caja negra” no es su mejor novela, pero como todas las suyas siempre es una lectura altamente gratificante y adictiva. Como comentaba con anterioridad no puedo decir que sea una novela redonda, porque queda marcada por ese detalle “final” tan forzado y que, en mi opinión, no queda suficientemente explicitado. En esa línea tampoco me ha acabado de comenzar, ese hilo de la trama que parece quedar deliberadamente sin cerrar con la intención, tal vez, de “encelar” al lector con la lectura del siguiente libro de la saga. Indudablemente estos “defectos” tienen que pesar, por desgracia, sobre mi valoración final de la novela que, si obviamos estos motivos, sería, con toda seguridad, una magnífica novela. Pienso, con toda honestidad, que Michael Connelly es un escritor con el suficiente talento y prestigio como para que los lectores sigan leyendo sus novelas “per se”. A pesar de todo esto puedo aconsejaros, sin duda alguna, su lectura merecerá la pena entrar en esta historia tan bien contada y tan bien planificada por parte de Connelly. Obviamente no he leído todas las novelas, ni mucho menos, presentadas en la VI edición del Concurso Internacional de Novela Negra RBA, pero me atrevo afirmar, tal vez temerariamente, que es una digna acreedora de éste, cada día, más prestigioso galardón literario.



Dicho todo lo cual, y tomando en consideración todo lo referido con anterioridad, así como intentando ser le más fiel posible a mi conciencia y a manera de entender el arte literario, creo que la puntuación que haría más justicia, a la hora de valorar y juzgar la novela “La caja negra” del escritor norteamericano Michael Connelly sería de un 8/10.

© Luis Alberto Cao

 (Para ilustar la reseña os dejo el book trailer de la novela)

jueves, 3 de enero de 2013

La bibliotecaria de Auschwitz. Antonio G. Iturbe


Título: La bibliotecaria de Auschwitz.
Autor: Antonio G. Iturbe
ISBN: 9788408025832.
Editorial: Planeta.
Año de publicación: 2012.
Páginas: 488.




“Lo que hace la literatura es lo mismo que una cerilla en medio de un campo en mitad de la noche. Una cerilla no ilumina apenas nada, pero nos permite ver cuánta oscuridad hay a su alrededor”. (William Faulkner,citado por Javier Marías)

“Si miramos la realidad, sentimos asco y rabia. Sólo nos queda la imaginación”

“Pero también es verdad que en el estiércol más pestilente nacen las flores más hermosas” (La bibliotecaria de Auschwitz. Antonio G. Iturbe)





Hay un viejo e inmutable aserto en el mundo del cine que viene a decir: “Con un buen guión es (casi) imposible hacer una mala película”. Mutatis mutandi algo parecido ocurre en la literatura. Con una buena historia es complicado hacer un mal libro. He decidido comenzar esta reseña con ese viejo e inveterado aserto porque refleja muy bien la sensación que he sentido, aunque después, más adelante, matizaré mucho más esta opinión, después de la lectura de “ La bibliotecaria de Auschwitz” del escritor zaragozano Antonio G. Iturbe.



A modo de marco general,  y para encuadrar el tenor de la presente reseña, sí me gustaría hacer algunas consideraciones previas. Cuando un crítico literario se enfrenta al análisis de una novela su espíritu analítico debe ir mucho más allá de aseveraciones del tipo me gusta o no me gusta, es necesaria una sólida argumentación. Me quiero referir a que sería un análisis muy simplista si me quedase en decir que la historia me ha gustado; si bien es cierto que me ha gustado. La historia que el autor nos plantea es muy interesante y con una grandes posibilidades tanto dramáticas como literarias. Pero el gran problema, que no puedo ni debo dejar pasar por alto,  y que, en mi opinión, lastra “La bibliotecaria de Auschwitz” es que el autor no consigue sacar partido a todas las posibilidades literarias que le ofrece una historia tan, a priori, rica en matices y evocaciones. En muchos momentos de la obra Antonio G. Iturbe queda muy por debajo de la historia que nos está narrando, aunque para ser justo hay que reconocer que también en algunos momentos puntuales la narración tiene fuerza, interés y trabazón aunque, honestamente, no son muchos. Me apena tener que constatar que me ha parecido una novela fallida y muy desigual, con algunos momentos francamente prescindibles, que no consiguen emocionar y seducir todo lo que esta historia podría dar de sí. En cualquier caso, y como es evidente, a lo largo de la reseña entraremos en un análisis mucho más riguroso y pormenorizado en el que intentaré argumentar y sostener el por qué de mi opinión, ya expresada, grosso modo, un poco más arriba.



Para intentar seguir un orden y con la finalidad de ser lo más sistemático posible en el análisis de “La bibliotecaria de Auschwitz”, comenzaremos por pergeñar, de la manera más somera posible, una breve sinopsis argumental, con la finalidad de situar y contextualizar al eventual lector de estas líneas en la novela objeto de nuestro análisis, para este fin utilizaré la recensión que ha publicado la propia Editorial Planeta.



"Sobre el fango negro de Auschwitz que todo lo engulle, Fredy Hirsch ha levantado en secreto una escuela. En un lugar donde los libros están prohibidos, la joven Dita esconde bajo su vestido los frágiles volúmenes de la biblioteca pública más pequeña, recóndita y clandestina que haya existido nunca.

En medio del horror, Dita nos da una maravillosa lección de coraje: no se rinde y nunca pierde las ganas de vivir ni de leer porque, incluso en ese terrible campo de exterminio, «abrir un libro es como subirte a un tren que te lleva de vacaciones».

Una emocionante novela basada en hechos reales que rescata del olvido una de las más conmovedoras historias de heroísmo cultural”.



Ayer, después de terminar la lectura de “La bibliotecaria de Auschwitz”, no pude evitar sentirme decepcionado. A priori la historia que narra me resultaba, especialmente, interesante, entre otros motivos, por ese evidente regusto literario y bibliófilo que la novela evoca a lo largo de sus páginas y de cómo a través de la imaginación y de la literatura, conseguimos escapar y evadirnos de una realidad, como en el caso de los protagonistas de la novela, que resulta insufrible. Las obras literarias que nos cita y nos plantea Antonio G. Iturbe están muy bien traídas y empastadas en el relato. Creo que es uno de los grandes aciertos de la novela. A lo largo de las lecturas que realiza la protagonista Dita (“La ciudadela” de A.J. Cronin, “La montaña Mágica” de Thomas Mann, H.G.Wells, “Las aventuras del bravo soldado Svesk” de Jaroslav Hasek, “El Conde de Montecristo” de Alexandre Dumas) vemos como va encontrando respuesta, solaz y ayuda en los momentos de mayores miedos, dolores y penurias. Especialmente me ha gustado como el autor utiliza las citas de la magnifica novela de Jaroslav Hasek, que en la figura del soldado Svesk ridiculiza los absurdo de la guerra.



Sin embargo, a pesar de algunos momentos brillantes, en general la arquitectura del relato colapsa ya desde las primeras páginas. Por así decirlo, valga la comparación, es como si le faltase la argamasa que asienta y estabiliza la estructura de la novela. Seguramente algún amigo lector se preguntará que si la historia es buena y tiene posibilidades, por qué no es una gran novela. Una obra literaria, por así decirlo, aparte de contarnos una historia que nos guste, o incluso nos pueda apasionar, tiene otros valores y otras connotaciones. En literatura es tan importante lo que se cuenta como la manera en que se cuenta. Eso es, en mi opinión, lo que puede diferenciar un relato de un suceso en un periódico  o un reportaje (esta novela en mi opinión tiene mucho de reportaje) de una obra literaria. En la literatura el autor debe conseguir llegar al lector, conmoverle, emocionarle... y eso se consigue no sólo a través de la historia narrada sino, sobre todo, por la manera de exponer el material narrativo y la técnica que hace de un relato una obra de arte. Personalmente, y dado el tema tan “sensible” que el autor nos plantea, la novela no ha conseguido emocionarme, ni mucho menos, tanto como debería. E insisto que es una pena, porque en esta novela había “materia prima” para haber escrito una novela muy superior, sin embargo, el autor no sabe, o no puede, sacarle todo el jugo y todo el valor implícito del relato.



Desde un punto de vista meramente estilístico, su prosa resulta bastante simple, sin grandes pretensiones, haciendo un uso, más bien restringido, de alguna que otra figura retórica. Personalmente me ha parecido un estilo demasiado parco y, en algunos momentos, desgarbado haciendo uso de algunos clichés que, en mi opinión, resultan repetitivos y poco afortunados. Citaré un ejemplo al respecto, observe el lector como se repite el cliché de acercar la cara a una distancia tan escrupulosamente exacta que resulta increíble, por no decir risible:



"Hirsch puso su cara a menos de cinco milímetros de la de ese jugador y notó el miedo en sus ojos, pero no podía retroceder más en aquel cuartucho"


“El nazi acercó su cabeza a dos centímetros de la de Fredy y le preguntó con furia qué demonios estaba haciendo allí”.



Me gustaría detenerme, especialmente, en el análisis de los personajes. Una de las cosas que más he echado de menos en “La bibliotecaria de Auschwitz” ha sido la profundidad en el análisis de los personajes secundarios que pueblan la novela. Precisamente dado que Antonio G. Iturbe ha puesto la voz narrativa en un narrador omnisciente en tercera persona le hubiese sido muy fácil ahondar más en la psicología de estos personajes, tan sólo apenas esbozados. En este ejemplo se aprecia muy bien la omnisciencia del narrador: “Sin embargo Dita se equivoca completamente al pensar que su madre no está orgullosa de ella. Está muy orgullosa de su hija. Pero no va a decírselo”.El personaje de Fredy Hirsch, uno de los protagonistas, creo que no está, ni mucho menos, lo suficientemente aprovechado y tratado en la novela y de hecho, al menos esa es mi opinión, no queda suficientemente aclarado que le ocurre en la novela (no puedo decir mucho más para no reventar la novela). Iturbe, utilizando la voz del narrador, nos advierte que este personaje oculta algo. Como ya sabréis los habituales seguidores de mis reseñas en este blog nunca me ha gustado, me ha parecido tramposo, que el narrador tenga que anticiparnos de ese modo qué es lo que va a ocurrir. Me parece una manera poco elegante y poco “literaria” de intenta prender al lector. Al lector debe interesarse por el desarrollo de la trama y no por “anzuelos” que le anticipa el narrador. Sin embargo tengo que reconocer que hay un personaje que me ha enamorado, en este caso sí, por el tratamiento que le da el autor. Se trata del profesor Morgenstern. Ruego al lector que repare desde el principio en este personaje y cómo el autor, al final de la novela, dará coherencia y veracidad a todo el personaje (y hasta ahí puedo leer). Por el contrario el personaje del doctor Mengele me ha parecido pésimo, grotesco e increíble, de hecho, cada vez que aparece en la novela rompe completamente la coherencia del relato provocando una sima que, al menos a mí, me distanciaba cada vez más de la novela.



Tal vez los mejores momentos de la novela sean, por así llamarlos, los más “románticos”. Uno de los mejores momentos de la novela porque, aquí sí, me logra convencer y emocionar es el relato que el autor nos hace de la diadema. Como ya comenté más arriba “La bibliotecaria de Auschwitz” es una novela muy irregular, con muchos altibajos. Uno de los momentos brillantes de la novela es el relato, ya desde el comienzo, de toda la vicisitud de René y del cabo primero de la SS Víctor Pestek. Aquí si vemos brillar el talento de Antonio G. Iturbe, como también lo veremos en el relato de la fuga de Fred Wetzler. Tal vez por eso me siento especialmente entristecido, porque veo que el autor a “ráfagas”, permítaseme la expresión bélica, nos muestra que tiene talento, pero que no es capaz de mantenerlo a lo largo de todo el relato, excepto en algunas contadas ocasiones. Tengo que reconocer, como siempre digo, que cuando tengo que hacer una reseña que no es muy positiva lo paso mal. Y lo paso mal porque soy consciente de la dificultad que tiene la profesión del escritor. Sin embargo, siempre intento aplicar aquella famosa frase atribuida a Aristóteles: “Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad” (o por lo menos de mi manera de entender el arte literario).



Dicho todo lo cual, y a modo de resumen, creo que “La bibliotecaria de Auschwitz” es una novela fallida e irregular, de una lectura, por momentos, entretenida y escrita con una estructura lineal bastante simple. Pero que, en mi opinión, queda lejos de mis expectativas previas. Novela en la que el autor queda muy por debajo de la historia que nos narra y que, a medida, que vamos avanzando vemos como el relato se va desmoronando como un castillo de naipes. Y es una pena porque la historia que nos plantea el autor hubiese dado para mucho más... Sin duda alguna, escrita, probablemente, con otros planteamientos había “materia prima” para hacer una magnífica y memorable novela, pero por desgracia nos hemos quedado con una novela “correcta” y, al menos para mí, efímera.



Ya para terminar me gustaría añadir que, por supuesto, que la historia que narra el autor me ha gustado, creo que ya lo digo, claramente, al comienzo de la reseña al citar ese famoso adagio cinematográfico, pero que, como también he expresado a lo largo de estar crítica, por desgracia, el autor no consigue sacarle todas las posibilidades literarias y expresivas que esta hermosa historia podría deparar.



Dicho todo lo cual y teniendo en cuenta todo lo dicho anteriormente e intentando ser fiel a mi conciencia y a mi modo de entender el arte literario, creo que la puntuación que haría más justicia a la novela “La bibliotecaria de Auschwitz” del escritor zaragozano Antonio G. Iturbe sería de un 5,75/10


© Luis Alberto Cao


(Para ilustrar la reseña os dejo un video con una pequeña entrevista a Dita Kraus, protagonista de la novela y superviviente del Holocausto)