martes, 22 de enero de 2013

El secreto del Nilo. Antonio Cabanas


Título: El secreto del Nilo.
Autor: Antonio Cabanas.
Editorial: Ediciones B.
ISBN: 978-84-666-5120-2
Páginas: 848.
Fecha de publicación: Octubre de 2012.




“Ella nunca comprendería los motivos que llevaban a un hombre a perder su voluntad en pos de la concupiscencia, pero la realidad era que podían llegar a volverse locos, a tirar por tierra la felicidad de los que les rodeaban, a renunciar a cuanto pudieran haber conseguido con esfuerzo. Bien conocía ella las consecuencias de la barbarie”. (El secreto del Nilo. Antonio Cabanas)



“Ten mucho cuidado con las palabras que digas con el corazón, pues nunca regresan. Mantén ocultos tus deseos, ya que el hermetismo es un escudo formidable; y sobre todo escucha. Deja que los demás hablen cuanto deseen; de este modo los conocerás y tendrás ventaja sobre ellos. —Ahora el niño parecía atemorizado—. Recuerda mis palabras y algún día me lo agradecerás”. (El secreto del Nilo. Antonio Cabanas)





“El secreto del Nilo” es la colosal y extensa última novela publicada por el escritor canario Antonio Cabanas. Y tengo que destacar el adjetivo colosal como uno de los vértices sobre el que pivotará esta reseña, tanto por su ambición narrativa como por la meticulosidad y la erudición de las que hace gala el autor a la hora introducirnos en el proceloso y convulso Egipto de la época faraónica. Tengo que confesaros que durante  los seis días que he dedicado a la lectura intensiva y minuciosa de “El secreto del Nilo” ha habido momentos en los que me he sentido desbordado por el inmenso caudal de información y de conocimientos con el que Antonio Cabanas consigue, en algunos momentos, apabullarnos. Y, en muchas ocasiones, he acudido a internet para constatar la magnífica ambientación histórica de la novela a la que, con toda honestidad, no cabe oponerle ni un solo “pero” en lo que respecta a su tratamiento histórico. Como suele ser habitual y a modo de una primera toma de posición, en la que poder enmarcar el tono general de la reseña, y antes de abordar un análisis más riguroso y sistemático, creo que bien podría fijarla estableciendo una analogía. Y dado el tema de esta novela histórica voy a permitirme plantear la analogía entre una de las grandes pirámides del valle de los Reyes, por ejemplo Keops, y la novela “El secreto del Nilo”. Las pirámides, como es bien sabido, son obras colosales que nos muestran su grandeza y que captan, en su majestuosidad, nuestra atención y nuestra fascinación desde  la lejanía. Sin embargo, conforme nos vamos acercando observamos que los bloques de piedra que conforman la propia pirámide, que en la lejanía parecían perfectos, resultan estar deteriorados por el paso de los siglos, por el vandalismo, por la erosión... e incluso observamos que no están perfectamente situados, sino que unos sobresalen más que otros o bien que las piedras que imaginábamos pulidas y suaves resultan ser abruptas y ásperas. Pues bien algo así sucede con la novela “El secreto del Nilo” de Antonio Cabanas, es una novela monumental, ambiciosa, colosal como decía al principio, pero que si la sometemos a un análisis más crítico y riguroso veremos que, a veces, “las piezas” no encajan bien o están puestas en otro orden y que a veces la “textura” tampoco acaba de corresponder con la pensábamos que demandaba. Aunque, nunca se sabe, puede ser que en ambos casos de la analogía ese sea una de las causas de su belleza. En cualquier caso, a lo largo de este análisis literario profundizaré algo más en éste y otros aspectos que considero relevantes a la hora de acercarnos al estudio y análisis de “El secreto del Nilo”.





Como suele ser habitual creo que lo más adecuado y pertinente antes de zambullirnos en el estudio de esta voluminosa novela será, con la intención de situar al eventual lector de estas líneas, pergeñar, aunque sea someramente, una breve sinopsis argumental de los hechos que acaecen a lo largo de la novela. Para este fin me voy a permitir transcribir literalmente la recensión que ha publicado la editorial, Ediciones B, obviando, lógicamente, su carácter laudatorio.




“El Antiguo Egipto despliega sus encantos en esta novela de Antonio Cabanas para envolver al lector en un misterio milenario y conducirlo hasta su edad dorada, la de la abundancia, que dará paso al periodo más controvertido de toda su historia: el de Akhenatón, el faraón hereje, y la bella Nefertiti. El autor nos desvelará gran parte de los enigmas que han rodeado a estas figuras casi legendarias. Una época en la que los poderes de Egipto lucharán entre sí por mantener su supremacía entre intrigas sin fin.

De la mano del protagonista, el enigmático Neferhor, viviremos la epopeya de un personaje y un país. Desde sus humildes orígenes como hijo de un pobre campesino, hasta su ascenso a los círculos más altos del poder, su vida es una emocionante trayectoria regida por pasiones profundas, maquiavélicos juegos de poder y terribles engaños.

El secreto del Nilo es una novela total, llena de sensualidad y paisajes inolvidables, que atrapa desde la primera página. Un canto de amor a una época histórica deslumbrante y llena de magia. Una historia cargada de realismo y rigor. En definitiva, una obra capaz de transportarnos a un mundo lejano, exótico y fascinante, del que no querremos salir nunca”.




Empezaré esta reseña destacando que una de las cosas que más me ha gustado de “El secreto del Nilo” es su magnífica y cuidada edición. Puedo decir, y casi asegurar salvo error u omisión, que no he encontrado ningún error, de carácter lingüístico, a lo largo de todo del texto. Y eso ya habla muy bien de la novela. En esta novela no vamos a encontrar ningún error, tanto ortográfico como de puntuación o expresión. Por lo tanto, afortunadamente, es una novela que, desde un punto de vista filológico ya resulta todo un placer leerla. En lo único que me ha “chirriado” un poco es en el uso de “mas”que lo utiliza muchas veces como conjunción adversativa. Indudablemente es un uso correcto pero, tal vez, hoy en día, su uso ha quedado un poco devaluado. Actualmente se sustituiría  este “mas” por el “pero” o incluso por el “sin embargo”.Pondré algunos ejemplos:




“En el país de Kemet se cometían crímenes de vez en cuando, mas los medjays eran unos policías implacables, y la justicia caía con todo su peso sobre los que perpetraban aquellos delitos” (en este caso parecería más adecuado la sustitución por el “sin embargo”)



Mas en sus sueños este no aparecía, y solo Niut se presentaba ante él como si fuera un remedo de la diosa Hathor para entregarse bajo las sombras de los palmerales”. (Por el contrario en este ejemplo parecería más adecuada la sustitución por el “pero”)




Hablando de la edición tan cuidada de esta novela, no puedo sustraerme a destacar los anexos que, por así decirlo, completan la novela. Me refiero en concreto a un interesantísimo estudio histórico con el que nos regala el autor, así como un índice de personajes y un interesante glosario de términos egipcios y, por supuesto, las notas al pie de página que con profusión ilustran la novela. Recomiendo la lector que no deje de leerlos porque es una auténtica delicia, labor más propia de un avezado egiptólogo que de un novelista)




Creo que en esta novela Antonio Cabanas pugna entre su pasión, y grandes conocimientos, como egiptólogo y la literatura. Y creo que, finalmente, en esa pugna sale derrotada la literatura. Intentaré explicarme. Tal y como el autor nos plantea “El secreto del Nilo” más que una “novela histórica” sería una “Historia novelada”. Y aunque parezca un juego de palabras, si nos detenemos un instante en considerarlo nos daremos cuenta de la gran diferencia que entrañan una y otra definición. En “El secreto del Nilo” vence el rigor de un estudioso, de un erudito del Antiguo Egipto, escribiendo un impecable libro de historia, con un nivel de detalle apabullante, a la pasión del escritor que quiere, “simplemente” contarnos una historia y emocionarnos. Y sin embargo, cuando el autor logra “desembarazarse” de ese “academicismo historicista” y se deja embargar y arrastrar por el relato literario que nos cuenta, es entonces cuando nos muestra su talento con algunos momentos  hermosísimos desde un punto de vista artístico y de construcción literaria. Es precisamente en esos momentos, por desgracia tan limitados, en los que el autor afloja el dogal cuando los personajes, una vez liberados de ese yugo, cobran vida, profundidad e interés (un poco más adelante entraré en el análisis más pormenorizado de los personajes). En este caso resulta evidente que el exceso de documentación y de información va en claro detrimento de la trama de la novela, o sea de la narración de la vida y las vicisitudes del escriba Neferhor (el protagonista de la novela) y, además, del interés del lector.  Me han sabido a poco los momentos en los que Cabanas deja “libertad” a sus personajes, por ejemplo en la escena del juicio, en la persecución, etc, etc... momentos en lo que se nota que hay “vida”. Como lector, y al menos esa es mi opinión, hubiera preferido un mayor énfasis en la narración central de la novela y haber dejado, para un profuso e incluso erudito anexo final todo la parte más historicista, sin duda alguna interesantísima.




Antonio Cabanas es un escritor dotado de una prosa muy hermosa y, además, muy cuidada. Esto resulta evidente a lo largo de toda la novela. He seleccionado un par de fragmentos de muy distinto registro narrativo para ilustrar la versatilidad del autor. He elegido el primer fragmento porque creo que muestra, de un modo muy plástico y hermoso, la capacidad evocadora del autor para crear atmósferas:




“Desde sus estancias privadas, Nefertiti contemplaba el atardecer con aire ausente. El Atón se encaminaba de nuevo hacia occidente, y los frondosos jardines de palacio recibían sus últimos rayos para mostrar su exuberancia y desparramar sus rabiosos colores creando matices insospechados.
Más allá el río serpenteaba majestuoso, ajeno a las ambiciones humanas, pletórico en su crecida que ofrecía magnánimo”.




El segundo fragmento es totalmente opuesto al anterior, es lo que yo definiría como un fragmento de prosa épica:




“El luto se extendió por Egipto como impulsado por el aliento de los genios infernales. De forma paulatina el mal se arrastró por el valle para cubrirlo con su ponzoña, sin que nadie pudiera evitarlo. Sekhmet corría desbocada para mostrar su cólera a aquel pueblo de impíos que había dado la espalda a los padres creadores. La enfermedad avanzaba lenta pero implacable entre el llanto y la desesperación, pues no había sunu capaz de expulsarla de las Dos Tierras.


Al parecer aquella peste se había iniciado en las lejanas islas del Egeo, y desde allí había extendido su mal por toda Siria hasta llegar al país de los faraones. Los puertos del norte habían supuesto el principal foco de entrada, y en Menfis la gente moría en medio de altas fiebres y grandes padecimientos. A no mucho tardar la epidemia alcanzó Akhetatón, donde se desarrolló con especial virulencia. La ciudad del Horizonte de Atón sucumbía a manos de la ira de Sekhmet para cobrarse las vidas de sus habitantes sin reparar en ninguna condición. Los paisanos se miraban entre impotentes y desconcertados, sin saber a qué atenerse. ¿Cómo podrían calmar la cólera de la diosa leona después de que los dioses hubieran estado proscritos durante tanto tiempo? ¿Quién se atrevería ahora a hacer ofrendas a Sekhmet?”




Me gustaría, llegados a este punto, detenerme especialmente en el análisis de los personajes que pueblan la novela. Intentaré referirme a ellos del modo más “neutro” posible, para no “destripar” la novela. Dentro de los personajes que aparecen creo que no estaría muy desencaminado si los agrupase en dos categorías: personajes claramente históricos y personajes de ficción. Respecto a los personajes del primer grupo creo que el autor no profundiza lo suficiente en la faceta más íntima del personaje. No en los hechos que conforman su “vida histórica” sino en su idiosincrasia, en el interior de los personajes, aunque sea histórico. Respecto al otro grupo, al de los personajes ficticios, es justo reconocer que hay algunos en los que el autor consigue insuflarles vida y credibilidad. Hay muchos personajes que estaban bien dibujados, hechos de carne y hueso con perfiles que se nos muestran polimorfos. Tengo que reconocer que ya desde las primeras líneas de la novela quedé cautivado por el personaje de Niut (la amiga de la infancia de Neferhor, el protagonista) y con la habilidad y el oficio con el que Antonio Cabanas le va dando vida a lo largo de la novela y cómo el personaje va evolucionando, creciendo  y desarrollándose a lo largo del texto.




“El secreto del Nilo”, tal y como vengo diciendo, es un libro tremendamente didáctico, en el que aprenderemos muchísimas cosas sobre el antiguo Egipto: sus costumbres, su historia, su cosmogonía, su panteón de dioses.... Como curiosidad, de las muchísimas cosas que he aprendido leyendo la novela, me ha llamado la atención el ver que en el antiguo Egipto cuando nacía una niña le correspondía ponerle nombre al padre y cuando era un niño le correspondía a la madre.




Siento, por las cuestiones de espacio a las que nos constriñe una reseña, por su propia definición, no poder alargarme mucho más en el análisis de esta colosal novela, en este loable esfuerzo de Antonio Cabanas por acercarnos a su gran pasión: el antiguo Egipto. Con esta finalidad el autor nos ha dejado esta ambiciosa novela aunque, en mi opinión, resulta excesivamente lastrada por la meticulosidad histórica, por el excesivo aporte de datos y detalles que distancia y perjudica la propia ficción, al fin y a la postre la razón  de ser de una novela (aunque sea histórica, porque sino sería un libro o un ensayo histórico) En mi cuaderno de apuntes hay decenas de notas sobre el rigor y el puntillismo en las citas del  autor, con una erudición más propia de una tesis doctoral que de una novela. Por ejemplo cuando el autor nos dice:




 Nafurreya (forma en la que los mitannios pronunciaban Neferkheprura), mi hermano, va a tratarme diez veces mejor de lo que lo hizo su padre…”




A modo de resumen final creo que “El secreto del Nilo” de Antonio Cabanas es una novela de obligada lectura para todos aquellos lectores interesados en el antiguo Egipto. Es un libro que nos enseñará muchas cosas sobre aquella impresionante civilización. Sin embargo considerándola estrictamente como una novela ya que, por otra parte, es del modo en que tengo que analizarla como crítico literario, tengo que reconocer que, admitiendo su mérito y su generosidad a la hora de abordarla, no ha conseguido satisfacerme todo lo que, creo yo, podría haberlo hecho. Sobre todo por sacrificar la novela en aras a su pulcritud histórica casi “exegética” que, en algunos momentos, puede resultar un tanto aburrida y “alejarnos” de la trama dramática central.





Dicho todo lo cual y teniendo en cuenta todo lo ya referido e intentando ser lo más fiel posible a mi modo de entender el arte literario, así  como sopesando muy detenidamente todas las razones expresadas más arriba, creo que la puntuación que más justicia haría para valorar la novela “El secreto del Nilo” de la escritor canario Antonio Cabanas sería de un 7,00/10.

© Luis Alberto Cao


(Para ilustrar la reseña os dejo un interesántisimo reportaje sobre las pirámides de Egipto, creo que merece mucho la pena verla) 


6 comentarios:

  1. Hola amigo, también soy escritora y tras leer tu extensa, minuciosa y pulcra reseña de este libro, he quedado franca y gratamente apabullada. Desearía en un futuro que mi novela, A LA SOMBRA DE TU PIEL, callera en tus manos para ser tan exhaustivamente valorada y observada, aunque ello conlleve recibir críticas de este nivel, no obstante, enhorabuena por tu labor y por este post, sinceramente me ha encantado. Saludos. M.S.

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  2. Lo he visto reseñado en varios blogs y la verdad es que no me importaría leerlo, me gusta a ambientación =)

    Besotes

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  3. Muchas gracias amiga María por tus palabras y más aún viniendo de una escritora. Ya sabes que estoy intentando, en mi blog, apoyar a los autores noveles. Cuando tengas tu novela escrita ponte en contacto conmigo. Un beso

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  4. Gracias por tu comentario amiga Shorby. Un beso

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  5. No tengo palabras para tu reseña, es tan colosal como la obra de Antonio Cabanas, admiro enormemente la capacidad de análisis tan minuciosa que tienes. ¡Chapeau!

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  6. Tú sí que me has dejado a mí sin palabras. Un beso amiga Rebeca

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