miércoles, 8 de febrero de 2012

El temblor del héroe. Álvaro Pombo




Título: El temblor del héroe.
Autor: Álvaro Pombo.
ISBN: 9788423324910
Editorial Ediciones Destino
Colección: Áncora y Delfín.
Páginas: 222
Año de publicación 2012.



“El temblor del héroe” es la última novela de Álvaro Pombo, que fue galardonada con el Premio Nadal de novela en su edición de 2012. Se trata de una novela compleja, densa y “extraña”, por definirla de algún modo. Es un texto oscuro y repleto de divagaciones y citas filosóficas que, en mi opinión, resultan extremadamente pedantes y claramente prescindibles. Pero en cualquier caso, y de momento, sólo trato de establecer, a grosso modo, las líneas generales de mi opinión, obviamente de modo un tanto genérico, sobre la novela que voy a reseñar y a tratar de analizar y comentar para entrar con posterioridad más en profundidad.


Después de leer con mucha atención la novela “El temblor del héroe” me ha quedado la sensación de que estamos, por decirlo de alguna manera, ante una novela “experimental”, con todo lo que ello comporta. Aún así, es indudable que Álvaro Pombo ha arriesgado mucho en esta novela, con una actitud que me atrevería a definir como valiente, siendo uno de los grandes escritores del panorama literario español, y por tanto, teniendo mucho que perder, como también analizaremos con más detenimiento.



Como es habitual y para circunscribir el ámbito de esta reseña, vamos a comenzar por hacer una somera sinopsis argumental de la novela. En este caso voy a citar textualmente el resumen que aparece en la contraportada del libro:


“Román es un profesor universitario jubilado al que invade la nostalgia de los días luminosos de la pedagogía en que fascinaba a sus alumnos despertándoles el amor por el saber y ayudándoles a alcanzar una vida más noble y más alta.


Entre sus antiguos alumnos están Elena y Eugenio, una pareja de médicos a los que todavía trata y con los que ha establecido complejas relaciones en lo intelectual y en lo sentimental.


Por otra parte, halagado por el interés hacia su persona que demuestra un joven periodista, Héctor, permite que éste entre en su vida sin sospechar que el pasado torturado del nuevo personaje le atrapará en una situación en la que es incapaz de tomar decisiones, de comprometerse con el drama al que asiste.”



Como comentaba en la cabecera de estar reseña “El temblor del héroe” es una novela densa, filosófica, incluso me atrevería a decir que académica, oxoniense (como dice el propio Álvaro Pombo en su novela). Personalmente me ha resultado en algunos momentos excesivamente “académica” y en muchos momentos francamente pedante y aburrida. El texto está trufado de citas y más citas filosóficas, que sin duda dan muestra de la erudición del autor, pero, personalmente, creo que no aportan nada al relato en sí. La mayoría de las citas están escritas en inglés y en latín. Tal vez suponga el autor que todos debemos conocer las lenguas de Cicerón y Shakespeare; pero lamentablemente no se equivoca. Se echa de menos una traducción al castellano de todas esas citas, cuanto menos en unas aclaraciones a pie de página. Sin embargo me llama la atención que cuando, por ejemplo, cita a Kierkegaard o a Kant no los citan ni en danés, ni en alemán. En todo este maremagnum de citas Álvaro Pombo, con mucho sentido del humor se autocita refiriendo un poema suyo. No olvidemos que el autor es un más que notable poeta. En cualquier caso y como comentaba a veces el texto resulta de una pedantería realmente insufrible, voy a permitirme citar un ejemplo:


“Tenía el don predigital del uso transtextual de los textos” (sic)



La novela está estructurada en 24 capítulos, que funcionan a modo de micro escenas, con una unidad temática. Y en mi opinión representa una especie de cursillo de filosofía al modo platónico. Me explico. Articulado sobre una serie de diálogos, tal y como el genial filósofo griego exponía sus pensamientos. De hecho en la propia novela el autor nos cita textualmente uno de sus más famosos diálogos “El banquete”. Además el autor nos expone todo este saber filosófico de un modo francamente farragoso. El propio Álvaro Pombo nos lo ratifica en su propia novela:



“Porque la filosofía es ante todo un lenguaje sobreabundante, excesivo y poético, digan lo que digan los positivistas contra esa nuestra gigantomaquia”.




 
En cuanto al análisis de los personajes, el autor se centra principalmente en Román, Bernardo y Héctor, porque tanto Elena como Eugenio, son tratados de un modo más superficial. De algún modo el autor nos plantea y nos sugiere un triángulo amoroso subyacente, no resuelto. Y es precisamente este “conflicto” el nudo gordiano de la trama. En este punto me gustaría detenerme un poco para hablar de otro de los grandes personajes de la novela que es, en mi opinión, la figura del narrador. En esta novela me ha impresionado la creación (la recreación) que hace el autor de la figura del narrador. En esta novela tan filosófica y, por lo tanto, tan helenista, el narrador adopta la posición de preponderancia absoluta. El narrador será como una especie de deidad olímpica del panteón griego que asiste hierático a todo el drama que se desarrolla. Desde su altura de dios contempla con indiferencia el devenir y el sufrimiento de los humanos. El narrador está, claramente, en un plano de superioridad.


Cuando leía esta novela, tan rica en sugerencias filosófico-literarias, no he podido sustraerme a recordar una figura señera en la historia de la literatura de la que, con toda seguridad bebió el autor. Me refiero al personaje protagonista de la obra de Moliére “El tartufo”. No diré mucho más para no reventar la novela al eventual lector. Pero esa figura del tartufo es retomada en esta novela por Álvaro Pombo.



Como comentaba en esta novela “excesiva” la prosa es sobreabundante, barroca, me atrevería a decir que, incluso, culteranista. De hecho he encontrado leyendo la novela algunas expresiones que no he conseguido encontrar en ningún diccionario. Por ejemplo la locución “a corrumbillos”. Ignoro si es un localismo, pero  si algún amable lector de estar reseña sabe qué es, me encantaría que me dejase un comentario explicándomelo. También en algunas ocasiones el autor emplea, en mi opinión indebidamente algunos términos. Por ejemplo:


“La memoria, sin embargo, inmediata, de Bernardo, su citomanía impenitente, musita: Rex tremendae majestatis, etc…”


Ignoro a qué se refiere el autor con la palabra citomanía, cuyo significado es deseo anormal por alimentarse. Supongo que se tratará de una errata de imprenta.



A pesar de todo tengo que congratularme de que Álvaro Pombo, dado su prestigio y su maestría literaria se haya permitido experimentar  y escribir esta “frivolité”. Cuando me he sentado a escribir esta reseña he recordado a otro de nuestros grandes autores, Miguel Delibes que al final de su carrera se permitió dar un salto artístico y alejarse de su mundo novelístico habitual y escribió “El hereje”.  En mi opinión, y a pesar de todo, creo que “El temblor del héroe” es una novela que me ha resultado interesante a ratos, a pesar de sus “excesos” y sobre todo por su valor experimental  y vanguardista. Esta novela sólo se la pueden permitir autores ya consagrados y que no tienen la intención de vender libros como churros. El autor, por su edad,  por su prestigio, puede permitirse escribir esta novela. Porque evidentemente, y ojalá me equivoque creo que “El temblor del héroe” no va a ser, ni muchos menos, un superventas. Esta obra requiere un tipo de lector reflexivo y alejado de los ya transitados y muy trillados caminos de los bestsellers.


En cuanto al fondo de la novela resulta desalentador y descorazonador. El autor nos plantea la cobardía, la culpa y como la confianza y la amistad pueden ser socavadas en cualquier momento, por las razones más espurias. Creo que Álvaro Pombo se pone en la piel de Román y lo utiliza como su trasunto literario. Y esto le permite reflexionar sobre la vejez, la perdida de las amistades y sobre todo, tener la sensación de que su tiempo ya ha pasado. El propio Román nos dice haciéndose portavoz de todo este desaliento la siguiente frase:


“El gran problema que se tiene- piensa Román- es que no sentimos nada. Yo mismo ahora no siento ningún sentimiento”.



A modo de resumen me gustaría precisar algunas cosas. Creo que esta novela va a ser difícilmente comprendida, a lo que puede contribuir su densidad y compacidad. A ello también contribuirá que argumentalmente es una novela en la que sobreabunda la estaticidad y la introspección. Un texto en el que se sugiere más que se muestra y en el que reconozco requiere mucho esfuerzo del lector para entrar. Tal vez por las continuas digresiones de un alto calado filosófico y a continuas citas de un alto grado de erudición.


Empecé esta reseña diciendo que “El temblor del héroe” era una novela experimental. Y es cierto, pero creo que lamentablemente no pasa, ni consigue trasmitir mucho más allá de eso.


Dicho todo lo cual y teniendo en cuenta todo lo ya referido creo que la puntuación que, en mi opinión, haría mas justicia a la hora de valorar “El temblor del héroe”, ganadora del prestigioso Premio Nadal 2012, de Álvaro Pombo sería de un 5,50/10.


© Luis Alberto Cao


12 comentarios:

  1. Luis Alberto, después de tú reseña, me reafirmo en mi lema de no comprar ni un libro premiado.

    Gracias por tu trabajo, eres genial

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  2. Magnífica reseña, Luis Alberto. Tu blog es un claro referente del paradigma de la buena crítica literaria.

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  3. De normal no me fío mucho de los premios importantes, pero tu reseña me reafirma en ello. Sinceramente, los experimentos con gaseosa...

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  4. Me ha gustado mucho tu forma de exponerlo, muchas gracias, sigo investigando en tu blog , que me encanta, feliz dia

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  5. Buenos días Luis Alberto soy una fan suya desde hace tiempo. Usted en sus reseñas sabe mejorar muchas de las novelas que comenta. Es un gusto leer a un intelectual de su talla metido a crítico literario. Un beso. María

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  6. Luis Alberto... muy interesante tu resenha sobre este libro. Muchas gracias por compartir tus lecturas!!!
    Meni Cash

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  7. Estoy leyendo la novela y mi desconcierto me trajo hasta aquí, donde compruebo que mi opinión sobre ella no está desacertada.
    Gracias

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    1. Me pasa lo mismo. Llevo 4 capítulos y realmente me está costando seguir adelante.

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    2. Empecé a leer el libro y después de algunos capítulos me dí cuenta que no podía con su lectura. Por eso entro en esta página a ver si es que a mí me parece un peñazo, con todos mis respetos, o es que realmente lo es. Definitivamente abandono su lectura "compleja,densa y extraña". Creo que esta es la mejor definición de este libro. Gracias

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  8. Muchas gracias Gema por haber visitado este blog para contrastar tu opinión. Me alegra mucho haber coincidido contigo. Un abrazo

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  9. Acostumbrado a leer solamente en alemán, la novela de Pombo ha sido la primera que leo en mi lengua materna desde hace mucho tiempo. Y ha sido una decepción grande. La novela no pasaría un serio análisis literario, es pedante, con un estilo tosco y retorcido. Falta elegancia en la construcción literaria y las repeticiones y contradiciones son múltiples. Novela experimental? Hay experimentos que nunca funcionan.

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  10. Yo veo tres metáforas en los personajes del libro. Bernardo encarna los males y embauca con su grandilocuencia y lenguaje rimbombante a los demás. Román sería esa sociedad hipnotizada y rendida que no hace nada por combatir el mal (mercados, muchos políticos, programas basura...). Y finalmente Héctor es la víctima, la que sufre todas las consecuencias, porque es la que se ha dejado arrastrar por el mal, tanto que incluso lo defiende.

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