domingo, 4 de marzo de 2012

Tiempo de arena. Inma Chacón.

Título: Tiempo de arena.
Autor: Inma Chacón
Editorial: Planeta

ISBN: 978-84-08-10483-4
Fecha edición: Noviembre de 2011.
Páginas: 430.


El pasado sólo es arena depositada en el globo inferior de un reloj. Tiempo de arena silenciosa y quieta, que sólo tiene sentido si una mano la hace girar y le devuelve el movimiento”.



De vez en cuando, y sólo muy de vez en cuando, tiene uno esa peculiar e inefable sensación, al cerrar un libro después de su lectura, de que ha asistido a algo mágico, como si el tiempo se hubiese detenido, adentrándonos dentro de esa historia que nos ha resultado más real y más vívida que la propia realidad. Y ésta ha sido una de esas contadas e irrepetibles ocasiones. Y ahí está la esencia del arte literario. Me gustaría ilustrar este comentario con una anécdota que creo que ilustra muy bien  lo que me gustaría expresar. Cuentan que, en cierta ocasión, un famoso y ya anciano escritor fue invitado al teatro, para asistir a un estreno e iba acompañado de toda una pléyade de seguidores y admiradores. En un determinado momento nuestro autor se emocionó con la obra y se puso a llorar abiertamente. Uno de sus admiradores, que estaba a su lado le dijo: “Pero hombre, ¿cómo se pone usted a llorar de esa manera si ya sabe que todo esto es mentira?”. A lo que nuestro autor respondió: “Ya lo sé, pero lo que siento aquí, en mi corazón, es de verdad”.




Me he permitido esta pequeña digresión antes de comenzar la reseña de la novela “Tiempo de arena” finalista del Premio Planeta 2011, de la escritora segedana Inma Chacón, porque me ha parecido de justicia y muy merecido a la vista de sus abundantes méritos. Tengo que reconocer, a modo de una primera toma de posición, antes de entrar más a fondo en su exhaustivo análisis, que “Tiempo de arena” es una novela excepcional, magnífica, ubérrima en detalles literarios y escrita con una belleza, con un aroma a buena literatura y un extraordinario dominio del oficio que a mí, personalmente, me ha emocionado. Es un auténtico placer, para mí, sentarme al ordenador a escribir la reseña de esta novela que ha conseguido “atraparme” durante sus más de 400 páginas y, lo que es más importante, no decepcionarme prácticamente en ningún momento.


Como ya es habitual, comenzaré, con la loable intención de situar al eventual lector de estas páginas, con una somera sinopsis argumental de la novela. En esta ocasión voy a transcribir el texto que aparece en la contraportada del libro, a modo de aperitivo para su lectura:



“En el lecho de muerte, María Francisca, miembro  una noble familia de Toledo, clama desesperadamente por sus hijos. La tensión es enorme: nadie de los presentes conocía que la joven hubiera tenido descendencia. Su madre niega sus palabras, pero sus tías no dejarán de preguntarse qué hay de verdad en ellas.
Comienza así una apasionante inmersión en la historia de las mujeres Camp de la Cruz, Mariana, Munda y Alejandra, herederas de un hacendado español, y de sus irreconciliables diferencias vitales en la búsqueda de la felicidad. La masonería femenina, la lucha por la igualdad y la tradición frente a la modernidad a finales del siglo XIX y principios del siglo XX son algunos de los temas que jalonan este relato apasionante que no dejará indiferente a ningún lector”.



Como resulta evidente tras la lectura de la sinopsis “Tiempo de arena” es una novela de mujeres, pero sin embargo no es una novela “femenina” y, en mi opinión, esta sería una matización importante a la hora de acercarnos al análisis de esta obra. A través del relato veremos cómo las hermanas protagonistas se enfrentarán de diferentes modos, dependiendo de sus respectivas personalidades, a la situación de la mujer en la España de finales del XIX y principios del XX. La autora ha sabido “agarrar” firmemente el relato y no dejarse llevar por él. La historia que nos cuenta “Tiempo de arena”  en manos de un escritor (o escritora) menos dotado, hubiera conducido, con toda probabilidad, a un irremediable y trasnochado folletín. Pero, sin embargo, Inma Chacón está siempre muy por encima de la historia que nos está narrando, manteniéndose muy auto contenida y éste, creo yo, es uno de los pilares fundamentales sobre los que se apoya el éxito artístico y literario de esta novela. En cualquier caso voy a intentar ser lo más sistemático posible, de cara al lector de esta reseña, a la hora de analizar este texto.



Uno de los  puntos fuertes de la novela, es el uso del lenguaje del que hace gala Inma Chacón. Su prosa, hermosamente plástica y descriptiva, siempre eufónica, plena y con un hermoso matiz lírico, y llena de voces y reminiscencias que apelan directamente a la sensibilidad de lector, es el vehículo ideal para narrarnos esta historia intimista y familiar. Sus descripciones, como decía un poco más arriba, son ampulosas y detallistas, voy a permitirme transcribir un pequeño ejemplo, de los muchísimos que se podrían poner, que aparece al comienzo de la novela:


“Sobre la puerta de cedro de su habitación, oscura y fría como todos los muebles que la rodeaban, colgaba una sobrepuerta de madera semicircular con el dibujo de un ángel que sujetaba dos pilas de libros, una con cada mano. Los brazos ligeramente arqueados hacia delante, el cuerpo erguido y las alas extendidas a su espalda, como abanicos de seda. Delante de él, una bola de cristal donde se reflejaba el lomo de un libro que se encontraba separado del resto, colocado horizontalmente sobre el suelo. El único que no rozaba las alas del ángel.
María Francisca miró la sobrepuerta y luego a su tía Munda, quien se inclinó hacia su boca después de que ella le indicara con un gesto que quería hablarle.
—¡Tienes que encontrarlos! ¡Diles que yo les quería! ¡Mis hijos! ¡Mis hijos!
Unos segundos después, la joven expulsó el poco aire que le quedaba en los pulmones y dejó la mirada clavada en el ángel del cuadro de madera”.


 
A la hora de analizar esta novela, desde un punto de vista del fondo del relato, creo que sería muy interesante separar la historia que nos plantea la autora, de la intrahistoria que subyace, a modo de telón de fondo, en ella. La historia es, fundamentalmente, esa búsqueda de los hijos que María Francisca, una de las hijas de las hermanas, implora en su lecho de muerte. Pero el gran mérito de Inma Chacón es que nos plantea un relato acronológico, con continuos saltos temporales. Y digo el gran mérito puesto que la autora consigue envolvernos en un relato tan, técnicamente, complejo de narrar. Aunque sobre este punto me detendré, de un modo más reposado un poco más adelante. Y, por otra parte, esa intrahistoria que sirve de telón de fondo al relato principal que no es otra que la situación, prácticamente marginal de las mujeres en aquella época de la historia, únicamente aptas para el cuidado de sus maridos y la crianza de los hijos. La autora nos muestra un bien documentado cuadro de aquella situación y las diferentes actitudes que las protagonistas tomarán ante aquello. Pero no sólo la situación de la mujer sino, en general, la situación de todos los obreros y trabajadores. “Munda quería conocer las condiciones en las que vivían los aparceros de las tierras de su familia y los operarios de las fábricas, la mayoría de ellos analfabetos y comidos por la miseria, como sucedía en el resto del país”. En otro fragmento la autora también nos plantea esas diferencias en una conversación que mantienen D.Ramón, el cura, y Munda:


(D.Ramón) la aleccionaba sobre el papel de la mujer como ángel sumiso de la casa, la resignación como única forma de enfrentarse a la pobreza y la caridad cristiana como solución a la injusticia, ella (Munda) le hablaba de igualdad entre el hombre y la mujer y el señorito y el criado, de la fraternidad como fórmula para redimir al hombre de su derecho a ser libre”.


Resulta evidente que “Tiempo de arena” es una novela con un importante trasfondo de denuncia social, una novela, en definitiva, comprometida, que toma parte y que no queda al margen.




Como refería al principio de esta reseña, si al cerrar las páginas de este libro, sentimos que ha conseguido emocionarnos y hacernos creíble la historia que nos ha relatado, es porque, entre otras causas, la novela está poblada de personajes creíbles, personajes de “carne y hueso”. Creo que Inma Chacón ha sido capaz de crear, dibujar, con un trazo seguro y elegante y, en definitiva, dar vida a unos personajes inolvidables. Las tres hermanas (Mariana, Munda y Alejandra) tan distintas entre ellas y tan necesarias a la hora de darnos esa visión de conjunto. Aunque al principio del libro reconozco que no me gustó mucho el planteamiento, pensaba que demasiado lineal y maniqueo de Mariana, pero que con el transcurso de las páginas consiguió que cambiará mi planteamiento inicial sobre él y consiguiera emocionarme. También muy emotivo el final de Munda en la novela y sobre todo la escena final con Manuel y el médico (y no cuento más para no descubrir el final de la novela, que sería imperdonable), pero pido, encarecidamente, al eventual lector de esta reseña, que al leer “Tiempo de arena” repare en estos detalles.



En “Tiempo de arena” uno de los personajes principales de la novela es el tiempo. De hecho en el encabezamiento de esta reseña he transcrito un fragmento que, en mi opinión, es toda una declaración de intenciones. Pues bien a lo largo de todo el texto veremos la importancia del tiempo y de su paso. “El tiempo es una fuerza que no necesita alimentarse para seguir su curso” “El tiempo no existe, querida Alejandra, somos nosotros los que nos empeñamos en medirlo”. Veremos cómo el tiempo va a jugar siempre en contra de las protagonistas y muy especial de Munda que no conseguirá, no llegará a “tiempo” de que se hagan realidad sus sueños, largamente esperados…



Inma Chacón nos introduce, en su novela, un factor adicional que es de la masonería. La masonería como “institución” que propugna el igualitarismo, que buscaba ser una luz en aquellos tiempos de oscuridad y tinieblas, pero sin embargo, asistiremos al final de la novela, que en el fondo también, en la propia masonería, no existe esa igualdad que ellos mismos propugnan. Al menos esa es mi interpretación. Al principio de la novela, lo reconozco, estuve un poco desorientado sobre la referencia a la pertenencia de algunos miembros de la familia Camp de la Cruz a la masonería, pero creo que ese final agridulce nos da la pista, y la explicación, del por qué la autora nos habla del movimiento masónico. No me resisto a transcribir, por última vez, un hermoso fragmento, bellísimamente escrito, de un funeral masónico:



“Sea tu lugar de descanso seguro y suave. Sea fragante la rama de acacia que florecerá en primavera y las flores que te visitarán. La dulzura de la última rosa del verano más largo se quedará contigo aunque los vientos de otoño destruyan su belleza. Sea para ti todo lo bello, bueno y verdadero de la Tierra, que no se verá afectado por la sombra ni por la oscuridad que divide el hoy del mañana. Tu luz no se perderá contigo. Volveremos a vernos un día…”.


Es una auténtica pena que, como es habitual, por problemas de espacio, no pueda, ni deba, alargarme mucho más en el análisis de esta magnífica novela. Las notas que he tomado sobre la novela darían para escribir, por lo menos, una reseña tres veces más larga. Únicamente me gustaría extenderme, tal y como comenté un poco más arriba, un poco más sobre la narración acronológica que hace la autora. Me ha sorprendido muy gratamente el dominio técnico de Inma Chacón a la hora de narrarnos esta historia, de un modo tan complicado, como es el relato acronológico, dando saltos en el tiempo. He reflexionado mucho sobre este particular y me he dado cuenta que este tipo de narración ha sido fundamental para contar esta historia. Además está tan bien hecho que sabes, en cada momento, en que punto estás de la narración. Ruego al lector que reparase en este detalle, para comprender la grandeza esta novela y el dominio narrativo de su autora. Veremos cómo las piezas encajan perfectamente en el relato y cómo, a pesar de que la novela empieza prácticamente por el final, se sostiene perfectamente toda la trama. Se ve que es una novela muy trabajada, una novela muy pensada y muy meditada… y eso, siempre, se agradece.



Tengo que reconocer que después de esta edición de los Premios Planeta me he reconciliado con ellos. Este año sí que puedo afirmar que las dos novelas finalistas han sido excepcionales y magníficas. En este mismo blog en el mes de enero hice también la reseña de “El imperio eres tú”.



Personalmente tengo que reconocer que esta historia, y su modo de contarla me ha cautivado completamente. Tengo que remontarme muy al pasado para haber sentido la emoción, tanto por la historia como por su manera de narrarla, que está sencilla e intimista historia ha despertado en mí. También me ha gustado, al final de libro y de las dedicatorias la última que hace Inma Chacón: “A dulce, por supuesto”.



Ya poco más me queda que recomendar muy encarecidamente la lectura y el disfrute de esta pequeña “obra maestra” a la que auguro, dentro de muchos años, un puesto dentro de nuestras mejores obras de la literatura contemporánea.



Dicho todo lo cual y teniendo en cuenta todos los méritos aquí expuestos y conforme a mi conciencia y modo de entender el arte literario, creo que la puntuación que haría más justicia a la novela “Tiempo de arena”, novela finalista del Premio Planeta 2011, de la autora Inma Chacón sería de un  8,75/10.


© Luis Alberto Cao

(Para ilustrar la reseña os dejo una interesante entrevista en profundidad a Inma Chacón)




9 comentarios:

  1. Es un placer para los sentidos leerte. Eres un artista... Un beso

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  2. La novela es un placer, pero leerte a ti también! Un beso.

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  3. Debo estar confundida porque creía haber leído ya esta reseña tuya. He leído la novela no hace mucho y me gustó bastante, salvo el detalle del final con Manuel y el médico que a mi me pareció demasiado rosa, y que veo que a ti te ha causado una impresión bien distinta, pero es una gran novela, sin duda, muy merecedora del premio conseguido y que a mí también me ha hecho reconciliarme con el Planeta. Felicidades por tu reseña, magnífica como siempre.

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  4. Venir a tu casa es salir de ella lleno de enseñanzas y de conocimientos literarios, no he leido el libro y la verdad que los planetas no son mis libros preferidos para leer, pero desde que vengo a leerte me gusta tus reseñas, como tratas el tema y creo que lo leerè.

    Un fuerte abrazo

    fus

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    1. Coincido bastante con la reseña. Me gustó mucho la forma de narrar, sus saltos cronológicos, lo doméstico de la vida en esa época, lo historico social, bien documentado.Solo como lectora, sentí que la historia tenía demasiado dramatismo. No es que me gusten los finales rosas, pero tanta muerte me pareció excesiva. Es verdad que a veces, la realidad supera la ficción, pero en este caso pareció como que la desgracia de esta familia era demasiado exagerada. Es el primer libro que leo de esta autora, buscaré otros de ella porque me encantó su estilo.

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  5. Gracias por tu comentario Miranda. Me alegro que te haya gustado y que hayas disfrutado con esta novela tan hermosa y tan bien narrada. Un abrazo

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  6. Gracias por tu bella reseña. Me ha emocionado de verdad.
    Un fuerte abrazo,
    Inma

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  7. Muchas gracias amiga Inma por tus palabras. Es un honor para mi y para este blog recibir tu visita. La reseña sólo ha pretendido hacer justicia a un texto tan hermoso y tan bien narrado como es "Tiempo de arena". Un beso y gracias de nuevo

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  8. Acabo de terminar esta maravillosa, sutil, inolvidable, emotiva NOVELA , tan magistralmente “tallada”con palabras.Es como un caleidoscopio de bellísimas piezas delicadamente engarzadas.El juego del tiempo preciso, fantástico!
    La resolución …pausada , muy bien elaborada nos va llevando al desenlace con tanta maestría que uno no puede dejar de leerlo!!
    Coincido 100%contigo!!Gracias

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