Título
original: Rigning í nóvember (Lluvia en noviembre)
Autor: Auður
Ava Ólafsdóttir
Traducción:
Elías Portela
Editorial:
Alfaguara
ISBN: .
9788420403199
Páginas: 304.
Fecha de
publicación: 29 de agosto de 2012.
“Ningún hombre es una isla”.
John Donne (1572-1631)
“En el umbral de una nueva vida es importante
deshacerse de todo lo que pueda ser innecesario”
“Las flores crecen mejor con la mente vacía”.
(La
mujer es una isla. Auður Ava Ólafsdóttir)
Antes de
empezar con la reseña, propiamente dicha me gustaría haceros, con toda confianza, un comentario. “La mujer es una
isla” de la escritora islandesa Auður Ava Ólafsdóttir, es una novela que he
tenido que leer un par de veces antes de “atreverme” a escribir la presente
reseña. Tal vez, y en cierto modo, aún influido por el grato recuerdo que dejó
en mí su magnífica novela anterior, “Rosa
Candida”, que logró emocionarme
por su sorprendente su belleza poética, así como por su novedoso estilo de
narrar... Por ese motivo, tras una primera lectura que me dejó con esa
indefinible sensación de desilusión, de tristeza al comprobar que las
expectativas no era colmadas ni satisfechas, decidí darle una segunda
oportunidad al texto, leyéndola una vez más, con ojos limpios, como si fuese
una primera lectura... Sin embargo, y ya a modo de fijación de mi postura, creo
que, en líneas generales, “La mujer es una isla” es una novela que, cuanto
menos, queda lejos de su anterior y magnífica novela “Rosa Cándida”. Por supuesto que tanto en la literatura, como en la vida en general,
no todo es blanco o es negro y, como intentaré analizar detenidamente más
adelante, también he encontrado algunos detalles muy positivos que también
merecen la pena destacarse.
Como suele ser habitual en todas mis reseñas
y con la mejor intención de situar al eventual lector de estas líneas en el
libro que vamos a analizar, creo que, sin duda, lo más adecuado y pertinente
será pergeñar, eso sí, muy someramente una breve sinopsis argumental de la acción
que tiene lugar en “La mujer es una isla” de Auður
Ava Ólafsdóttir.
“La protagonista de esta pequeña gran
historia es una mujer de treinta y tres años cuyo marido acaba de pedirle el
divorcio. Decidida a dar un giro radical en su vida, y tras la profecía de una
médium que le asegura que en una distancia de 300 kilómetros ganará la lotería
y conocerá a tres hombres –uno de los cuales será el amor de su vida–, emprende
un viaje siguiendo la ruta que rodea Islandia. No irá sola: Tumi, el hijo de
una amiga en apuros, dos muñecos de peluche, y una caja de libros y de cedés la
acompañarán en el camino”.
Fundamentalmente
la narrativa de Auður Ava Ólafsdóttir nos resulta, en un primer momento, y
cuanto menos, desconcertante, porque hablando con propiedad su prosa es, en mi
opinión, mucho más descriptiva que narrativa. Sin duda alguna esa es una de las
razones fundamentales de por qué
resulta tan poética, tan lírica, y en definitiva tan plástica. Pero ese uso tan
descriptivo del lenguaje, por el contrario, nos produce la sensación de que la
acción se ralentiza en exceso, en algunos momentos, distanciándonos
constantemente de la acción principal. Por otra parte, y ya ciñéndonos más a la
novela “La mujer es una isla” el argumento principal me ha parecido bastante
endeble, y que sirve, únicamente, como sostén formal para permitir una profunda
introspección sobre el personaje principal (del que por cierto en ningún
momento la autora nos da su nombre). Es probable que está ausencia de
identificación nominal de la protagonista tenga un valor simbólico que,
probablemente, pretenda universalizar todos esos sentimientos.
Desde un punto
de vista formal, la novela está estructurada en un capítulo cero y sesenta y
cuatro pequeños capítulos, a modo de pequeñas microescenas. El capítulo cero,
se narra en el tiempo real de la acción y los otros capítulos son
retrospectivos, pero narrados en primera persona y en tiempo presente. Además,
utilizando el tipo de letra en cursiva, va intercalando recuerdos de la niñez y
juventud de la autora. Como ya el lector se irá dando cuenta estos cambios
temporales (tanto de “tiempo narrativo”, como de “tiempo verbal”), provocan en
el lector una cierta “inestabilidad” que, en algunos momentos, consiguen
desorientarlo.
Respecto a los personajes, no han acabado de
convencerme y me han parecido bastante burdos y toscos en su diseño. Por
ejemplo el dibujo de la amiga de la protagonista, Auður, que ha su vez es la
madre de Tumi, me ha parecido lineal, falto de vida y con una coherencia bastante
discutible. El resto de los personajes, especialmente los masculinos, están,
prácticamente, nada más que bosquejados, pero sin ninguna profundidad y, mucho
menos, con una desarrollo dramático lo largo de la novela. El caso del
personaje de Tumi, ese niño de 4 años sordomudo y con una grave deficiencia
visual, merece una especial mención. Como ya comenté en la reseña de otra
novela (“El lector de Julio Verne” de Almudena Grandes), nos encontramos de
nuevo con un niño de 4 años que, sobre todo al final de la novela, va a
razonar, hablar y pensar como un adulto. Y esa “exagerada maduración” de un
niño es algo que siempre me ha distanciado mucho, por su inverosimilitud.
Sin embargo,
tampoco sería justo si no reconociese que Auður Ava Ólafsdóttir, tiene una
sensibilidad especial para transmitir esos sentimientos de soledad, de
melancolía, de desapego... que abundan en sus novelas (incluida su Rosa
Candida). En todas sus obras vemos cómo pesa en los personajes la dureza
del clima y del paisaje de su Islandia natal. Tengo que reconocer, por cierto,
que siempre me he sentido muy atraído por Islandia y espero que, algún día,
pueda ir a conocerla.
En “La mujer
es una isla” la autora diseccionará las relaciones de pareja y su agotamiento
con el paso del tiempo. Y, justo es reconocerlo, en algunos momentos con una
lucidez y una expresión realmente notable. Voy a permitirme, para que el lector
se haga una idea, transcribir un par de fragmentos en el que Auður Ava
Ólafsdóttir reflexionará, en voz alta, sobre este particular:
“Además, el mundo está repleto de
niños, los coches de las carreteras del país no están más que llenos de niños,
lo sé muy bien. En cada estación de servicio los padres jóvenes juntan tres,
cuatro hijos por debajo de la edad escolar en el coche.(...) Los padres están
cansados, no hablan entre ellos, no se ponen de acuerdo, no admiran las flores
del epilobio ártico, ni el glaciar por culpa de los niños, que se marean en
coche. Luego se pierden en el bosquecillo del camping y resulta imposible ponerse
a consultar el diccionario de sinónimos en la entrada de la tienda de campaña
porque hay que estar siempre de guardia, me imagino. Algunos de nuestros amigos
no han dormido una noche entera en años; no pueden hacerlo a no ser que sea con
prisas de cuando en cuando. Ya no se besan ni siquiera cuando van a buscar al
otro al trabajo sino que cada uno vuelve la vista a un lado y miran por la
ventanilla del coche. Lo sé muy bien, lo he visto muy bien. Hay muy pocos
matrimonios que sobreviven a tener hijos”.
“—Una de
las cosas que indican que una relación va mal es cuando las parejas sienten que
deberían tener hijos juntos”.
Sin duda, como ya comenté un poco más
arriba, el argumento de la novela resulta bastante descabellado, como por
ejemplo lo de la lotería, lo de los amantes que encuentra, etc... Y ese es, sin
duda alguna, el principal defecto que le achaco a esta novela que su estructura
es tan endeble que, prácticamente, la hace insostenible. Me resulta difícil de
entender cómo se produce la ruptura con su marido y la actitud que adopta ella
respecto a esa separación... (no digo más para no reventarla, pero cuando el
lector lo lea comprenderá a qué me refiero. Todo ello, unido, explica esa
sensación tan desasosegante y agridulce que tuve después de ambas lecturas.
Tengo que
reconocer que tampoco ayuda la versión castellana que, en mi opinión adolece de
bastantes defectos que, aún más, complican la lectura. Las personas que siguen
habitualmente este blog saben que siempre me he mostrado intransigente con las
malas ediciones que tanto daño hacen a una novela. Resulta inconcebible que en
grandes y prestigiosas editoriales, a veces, se deslicen una ediciones en
lengua castellana tan poco cuidadas. Entre tantísimos ejemplos solamente voy a
citar uno, como muestra de a qué me refiero.
“El hotel
Sand fue construido en un tiempo récord
al estilo del salvaje Oeste, ya que viene a la luz (sic) (??) que tiene
un modelo exacto al Oeste de Texas, con toda seguridad el modelo es trescientas
habitaciones más grande”.
Estoy
convencido de que si Auður Ava Ólafsdóttir no
hubiese escrito “Rosa Candida” muy probablemente mi opinión sobre esta
novela hubiese sido otra. Pero, por desgracia, “La mujer es una isla” no
resiste, de ninguna manera, la comparación con su anterior novela. Por último y
llegando a la fase del comentario de la reseña me gustaría volver a
reflexionar, como ya he comentado al respecto de otras novelas, sobre el tema
de los autores que después de una obra magistral vuelven a publicar otra novela,
claramente inferior. No hace mucho comentaba este tema reseñando la novela de
María Dueñas “Misión Olvido”. Y me reafirmo en la opinión que expresaba. Si yo
hubiese tenido el talento y la fortuna de escribir una gran novela (como “El
mundo entre costuras” o “Rosa Candida”) a no ser que estuviese muy
seguro de que mi próxima novela no alcanzase un nivel similar a la primera yo,
personalmente, preferiría no publicar más.
A modo de
resumen, creo que “La mujer es una isla” de Auður Ava Ólafsdóttir, es una
novela diferente, con un ritmo demasiado descriptivo que puede resulta
demasiado lento y una estructura argumental bastante pobre. Como decía en el
párrafo anterior creo que esta novela es un paso atrás en la producción de la
autora y, además, tengo que reconocer que me ha desilusionado bastante, dadas
las expectativas que generó en mí su anterior novela.
Dicho todo lo
cual y teniendo en consideración todo ello, he intentando ser lo más fiel
posible a mi conciencia y a mi modo de entender el arte literario, creo que la
puntuación más ajustada para valorar “La mujer es una isla” de la escritora
islandesa Auður Ava Ólafsdóttir sería de un 6,00/10.
© Luis Alberto Cao
(Os dejo como ilustración un bonito video de un país tan maravilloso como Islandia)
Otra reseña impresionante Luis Alberto, aunque en ella das a entender que la novela no está a la altura del autor has de saber que has aumentado mi lista de libros pendientes de leer en dos más, voy a leer con muchas ganas "Rosa cándida" y por curiosidad y para comprobar todo lo que nos cuentas también leeré "la mujer es una isla". Un saludo y muchísimas gracias por compartir con nosotros todo lo que compartes y ponernos en el camino de las buenas lecturas.
ResponderEliminarAún no he leído nada de este autor y precisamente tengo esta novela pendiente. Despúes de leerte me quedo con dos sensaciones distintas. Por un lado me da la sensación de que el autor recrea demasiado los sentimientos y con todo el lirismo que dices que la novela cuenta pierde interés y acción y por otro, pero también relacionado, hablas de un argumento poco firme. Me has dejado un poco fría pero aún así la leeré para sacar mis propias conclusiones.
ResponderEliminarAmiga Yoly gracias por tus palabras. Me emociona pensar que gracias a este modesto blog haya persona que cada día amen más este maravilloso arte que es: LA LITERATURA. Muchas gracias por compartir tu comentario con todos nosotros. Un beso amiga
ResponderEliminarPues sí amiga Albanta, lo mejor, sin duda alguna que es leas ambas y extraigas tus propias conclusiones. Por cierto amiga mía, bajo ese nombre intraducible e impronunciable se esconde una mujer, es una autora ;). Muchas gracias por tu comentrio amiga. Un beso
ResponderEliminarUna vez más COINCIDIMOS TANTO!!!!la tomé con las expectativas altas por la maravillosa y original novela anterior...me interesó rápidamente, al comienzo y luego paulatinamente fue decayendo la calidad.Además de lo dicho por vos ,creo que también intenta analizar y poner el tela de juicio el "supuesto instinto materno", y, demostrar que la función materna se va construyendo en el intercambio vincular con el niño.
ResponderEliminarImperdonable que si la autora va a poner en el argumento un niño, no se asesore con profesionales (ya que desconoce directamente a un niño)acerca de la psicología y el modo de razonamiento de un niño, en este caso de 4 años!!!...Fuiste generoso, yo pensé en un seis.Rescato los mismos párrafos que vos, y algunos más.De todos modos no lo pude abandonar, señal que tiene sus méritos, sin duda.
ah!!bellísimo el video, Gracias L.A.C.!!otro mérito de la novela fue el de transportarme a ese paisaje tan particular...hacerme "sentir" la oscuridad....
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios tan enriquecedores. Yo también estoy muy de acuerdo con lo que apuntas. Un beso y gracias por tu seguimiento y tu interés.
ResponderEliminarHola bachiller!
ResponderEliminarJustamente anoche terminé de leer esta novela y hasta ahora no he querido leer tu reseña.
Imagino tu decepción porque yo no había leído su anterior novela y me he sentido defraudada... más si has disfrutado de esa primera lectura y te encuentras con esta novela que no he entendido muy bien qué ha querido plasmar en ella, lenta, aburrida y encima con una traducción bastante regularcilla...
Mi resumen es que es un libro con muchas "pretensiones" que la autora no ha sabido cuajar, no sé...
En cualquier caso, tengo pendiente Rosa Candida que al leer tu reseña sé que me gustará.
Un saludo y gracias por tu trabajo,
Yolanda.
Muchas gracias amiga Yolanda, por tus palabras y por después de haber leído la novela haber venido a este blog a contrastar tu opinión. Sin duda alguna te gustará mas Rosa Candida. Enhorabuena, también, por tu trabajo. Un beso.
ResponderEliminarEstoy deacuerdo en los comentarios respecto a la madurez del niño etc, pero a mí me encanto "la mujer es una isla" y hizó que fuera a buscar a la biblioteca "Rosa Candida". Y quería más de la autora.
ResponderEliminarMe gusto mucho la forma de describir lo cotidiano, lo concreto dandole valor y belleza. Y dejándose de peleas superfluas por objetos etc (divorcio), es verdad que tener mucho dinero ayuda, pero la filosofía que transmite me fascino y el placer en lo simple, en cada día ir viviendo y resolviendo lo de cada día.
Por aportar algo si es posible en este blog, que acabo de conocer buscando más sobre la autora, os recomiendo el último libro que acabo de leer: Amin Maalouf "Los desorientados".
Una frase del libro: "perdemos la memoria de las palabras,pero no la memoria de las emociones".
Como con Audur este libro me ha invitado a desear leer otro.
Me ha gustado el blog, y me parece un trabajo de reflexión elaborado. Grácias. Un beso, Marixa
Te agradezco mucho tu comentario amiga Maixa, así como tu recomendación. Es un placer leer vuestros comentarios que tanto nos enriquecen a todos. Un beso amiga mía
ResponderEliminarMuy buena reseña Luis Alberto.
ResponderEliminarEstoy leyendo La mujer es una isla y mi desconcierto me ha llevado a buscar otras opiniones y a tu blog. Vuestras opiniones confirman mis sensaciones y me tranquilizan. Una opinión entusiasta me hizo comenzar el libro con muchas ganas que fueron deshinchándose un poco. No obstante, me gusta, pero no me atrevería a recomendarlo.
Por último. El orden de los libros no es el indicado, tal vez sea el de la publicación en España, pero el original es: La mujer es una isla 2004. Rosa Cándida 2007.
Un abrazo
Pere
No sé si tantos años después seguirás leyendo los comentarios, pero he de agradecerte mucho este post porque necesitaba una opinión que constatara el estado en que te deja esta lectura. Estoy muy de acuerdo! Casi siete años más tarde de la escritura de este texto, jaja!
ResponderEliminarComo en el post pasado ignoro si está página continua activa, aún así, gracias por sus comentarios que es tan ayudando a comprender está novela.
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