domingo, 10 de marzo de 2013

Estaba en el aire. Sergio Vila-Sanjuán


Título: Estaba en el aire.
Autor: Sergio Vila-Sanjuán.
ISBN: 9788423346240.
Editorial: Destino.
Encuadernación: Tapa dura.
Fecha de publicación: Febrero de 2013.
Páginas: 240.
Ganadora del Premio Nadal de novela 2013.






“Si quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena” (Dale Carneggie)


“Un hombre puede pasar toda su existencia sin entender la simple lección de que sólo tiene una vida, y que si él mismo no consigue hacer con ella lo que quiere, a nadie va a importarle”.
Louis Auchincloss,
A writer’s capital


“Rinomicina le busca está siendo un éxito. ESTÁ CAMBIANDO LA SOCIEDAD.
Todo el mundo se lo dice, ha conseguido crear conciencia de un problema y
brindar una ayuda real a personas que sin el programa no se hubieran
reencontrado nunca con los suyos. La idea le pertenece, así que puede estar
orgulloso, con una excusa comercial ha llevado a cabo una labor social”.
(Estaba en el aire. Sergio Vila-Sanjuán)





“Estaba en el aire” del escritor barcelonés Sergio Vila-Sanjuán ha sido la última novela galardonada con el prestigioso Premio Nadal en su edición de 2013. Una novela digna merecedora de este certamen literario. Y así lo creo puesto que, conforme avancemos en su análisis, iremos comprobando que, desde un punto de vista literario, nos ofrece motivos y recursos técnicos muy interesantes que aportan unos elementos que, obviamente, no pueden quedar al margen de un riguroso análisis de esta novela. Sergio Vila-Sanjuán nos muestra en esta obra su amplio conocimiento de la literatura y de los resortes fundamentales de lo que debe ser la “genuina” creación literaria. A modo de marco inicial, sobre el que posteriormente desarrollaré y cimentaré el análisis de  “Estaba en el aire”, me gustaría avanzar que, lejos de los patrones estéticos y mercantilistas de muchas novelas que en la actualidad colonizan las listas de los libros más vendidos, el libro de Sergio Vila-Sanjuán es un canto a la escritura, a la belleza formal de un texto literario, más allá del interés, más o menos subjetivo, que pueda despertar la historia que el autor nos narra.



Dicho todo lo cual y antes de adentrarnos en el estudio de “Estaba en el aire” de Sergio Vila-Sanjuán, creo que lo más procedente y adecuado sería pergeñar, someramente, eso sí, una breve descripción de la sinopsis argumental de los hechos que acontecen en la novela. Para este fin pienso que la recensión publicada por la editorial “Destino” cumple sobradamente con estas expectativas, por lo que me limitaré a transcribirla literalmente.




Una mujer de la alta sociedad, muy bella y muy desgraciada. Un publicitario embarcado en un programa radiofónico que busca a personas desaparecidas. Un magnate con buenos contactos políticos dispuesto a consolidar su imperio. Un joven del Norte que rastrea sus orígenes.

En la Barcelona de 1960, las trayectorias de todos ellos se cruzan iluminando ambientes contrapuestos. Estaba en el aire es una historia de sentimientos y búsqueda personal, de periodismo e intrigas empresariales, que transcurre en un momento histórico poco abordado por la narrativa actual. Un momento en el que España empezaba a salir de la negrura de posguerra para convertirse en una sociedad de consumo, animada por promociones televisivas y elegantes fiestas veraniegas a la luz de la luna, como las que frecuentan los protagonistas de esta novela”.



Por intentar contextualizar el objeto del análisis, en primer lugar me gustaría poner el foco del estudio sobre la ambientación que el autor nos propone de aquella “oscura” y realmente poco tratada, de la época del tardo-franquismo de los años 60, en nuestra literatura actual. Últimamente la única novela reseñada en este blog literario que se aproxima a este momento histórico (y no con exactitud) sería la magnífica novela “Las leyes de la frontera” de Javier Cercas. En este caso Sergio Vila-Sanjuán nos va a ofrecer otra perspectiva, otro plano social de aquella realidad. La novela está impecablemente ambientada y el autor ha cuidado hasta los detalles más nimios y aparentemente intrascendentes pero que, sin embargo, son presentados con un extremo rigor documental. Al hilo de la lectura de la novela he ido haciendo diferentes búsquedas en Internet que me han corroborado el celo del autor en la ambientación histórica de los hechos narrados.



Sin embargo el autor se va a permitir hacer un uso flexible del tiempo real, llamémoslo “tiempo histórico” para compactarlo, moldearlo y adecuarlo al “tiempo narrativo” en función del interés técnico y artístico de la novela. Si profundizamos en el análisis de esa sucesión de acontecimientos, se puede observar que las diferentes escenas que se van entrecruzando para dotar de urdimbre y “armazón” a la novela, están engastadas con una precisión y un virtuosismo propio de un orfebre de la literatura. Es evidente que Sergio Vila-Sanjuán es un autor muy “leído”, con un gran conocimiento de la literatura y es algo que subyace inevitablemente en su modo escribir.


Como bien saben los amables seguidores de este blog literario, siempre hago hincapié en lo importante que es el “arranque” de una novela. En “Estaba en el aire” el autor nos propone un comienzo que, de alguna manera, ya prende el interés del lector y, por así decirlo consigue excitarle para que continúe la lectura. Voy a permitirme citar ese comienzo para ayudar a la comprensión de lo que quiero decir


“El teléfono suena cuando ya llevan un buen rato durmiendo. Juan Ignacio se remueve en la cama sin hacer ademán de levantarse. El vino de la cena y el coñac que se bebió después le han dejado catatónico. Elena, inquieta, le da un codazo.
—Ve tú, ¿quién puede ser a estas horas?
Se arrastra pesadamente hasta el pasillo, donde está el teléfono, maldiciendo al autor de la llamada. Ojalá los niños y la tata no se hayan despertado. Enciende la lamparita antes de descolgar.
—¿Qué ocurre? —masculla.
Del otro lado de la línea, una voz pastosa intenta hilvanar entre sollozos un discurso que a Juan Ignacio le resulta incomprensible.
—Vale, vale, lo intento, explícame mejor dónde estás, pero sobre todo cálmate —dice procurando no levantar excesivamente la voz”



A lo largo de la novela aparece un voz narrativa omnisciente e intemporal que servirá para vertebral, articular y dar coherencia a todas las escenas yuxtapuestas que conforman el relato.  En el siguiente fragmento que propongo, a modo ejemplificador, se observa la, evidente, omnisciencia e intemporalidad con la que Vila-sanjúan dota la voz del narrador.



“Las hermanas Catequistas figuran entre los elementos activos de la ciudad que Luisa Mateu ha decidido tutelar. Cuentan con una espaciosa sede en la Vía Augusta, que dentro de unos años acabarán vendiendo a buen precio a cierta constructora para que edifique allí pisos de lujo”.



La  novela “Estaba en el aire” está cimentada sobre la existencia real del programa radiofónico “Rinomicina le busca”que durante los años 60 supuso toda una revolución en la radiodifusión española. Precisamente será este programa el motivo vertebrador sobre el que orbitarán todas las tramas de la novela. Vila-sanjuán consigue crear un relato fresco y con algunos momentos de humor que no pueden, por menos, de provocar la hilaridad del lector. Incluso se permite contar chistes. Ruego al lector que repare en el chiste de “la hija prostituta”. El humor que aparece en “Estaba en el aire” es fino, inteligente e irónico y, precisamente, a través de ese humor el autor nos va a ir mostrando todas esas incoherencias, que actualmente nos resultan tan absurdas y descacharrantes, que aquejaban a aquella sociedad bajo el peso de la dictadura.

 
Si centramos la atención de nuestro análisis en los personajes, podemos observar en la finura y el detalle con el que Vila-sanjuán dibuja el trazo de los personajes. Fundamentalmente veremos esa evolución y esa riqueza en la caracterización del personaje de Tona que, dentro de esta novela coral, pasa por ser una de las indiscutibles protagonistas. Mucho más no puedo decir para no reventar la novela, pero, como apreciará el lector, su devenir será muy importante en el relato. Interesante también, cómo no, el personaje de Juan Ignacio Varela. Pero sin duda alguna el personaje omnisciente que sobrevuela toda la novela es Barcelona. Esa Barcelona cosmopolita que intenta salir de la postración de la posguerra asomándose a la modernidad de al otro lado de los pirineos.



Al principio de esta reseña destacaba que la novela nos ofrecía algunos motivos y recursos técnicos que me han resultado muy interesantes y que nos dan idea de la pretensión literaria y artística con la que el autor se enfrenta a la hora de su redacción. Hay muchos ejemplos muy interesantes, cuya cita y estudio filológico desbordarían ampliamente la propia identidad de una reseña literaria. Sin embargo, no me voy a resistir a citar un fragmento que resulta especialmente revelador de esta “elegancia” literaria que muestra “Estaba en el aire”. En este fragmento vamos a ver cómo Vila-Sanjuán nos propone una elegantísima elipsis narrativa, con una economía de medios y una eficacia narrativa sorprendente.



      - ....Luego se encerró en el lavabo y no salía, creo que se quedó dormida dentro. Los chicos que iban con ella la abandonaron y se fueron sin pagar... Al final, después de que aporreáramos la puerta un buen rato, salió, estaba que se caía. Le dije que se sentara un rato pero no quiso, se fue dando tumbos...
- ¿Hacia dónde?
Enfila un callejón que da a la calle Ancha. A la luz de las farolas, los adoquines desprenden un brillo apagado; están húmedos por la llovizna de la tarde y hay que moverse con cuidado para no resbalar. Oye unas voces: un sereno y algunos noctámbulos discuten algo. Se acerca al corrillo; varios de ellos están en cuclillas en torno a un cuerpo estirado sobre la acera”. 



Ruego al amable lector, que ha llegado a este punto de la reseña, que repare en la transición tan brusca que se produce después de la pregunta ¿Hacía dónde?. Y cómo con esta atrevida elipsis narrativa el autor nos ha ahorrado una larga y estéril descripción, para explicar esa transición, que nada hubiese aportado al relato. Es, precisamente, en estos pequeños detalles en dónde se aprecia el oficio y el dominio de un buen narrador. Por el contrario he encontrado algunas frases que no me han gustado, que no me han resultado especialmente afortunadas, aunque en un libro tan cuidado como este intuyó que ha sido con la plena aquiescencia del autor. Pondré un par de ejemplos que, en mi modesta opinión, me han resultado “chirriantes”.



“Tras los cafés, la orquesta tocó en un ángulo del patio de armas, bajo las torres iluminadas, y se abrió el baile; en la bodega del sótano habían instalado un tablao flamenco”.



“Marineros americanos, grupos juveniles cantando a pleno pulmón, borrachos solitarios y un enjambre de prostitutas postulando su propia mercancía”.



En el primer ejemplo me resulta algo chocante el uso de la palabras “ángulo” en ese contexto, con eso no quiero decir, ni mucho menos, que no sea correcto. Simplemente que en el uso habitual del castellano me parecería más adecuado utilizar esquina, o incluso, rincón. De hecho si este libro hubiese sido una traducción al castellano habría pensado que era una mala traducción.  En cuanto al segundo ejemplo nos encontramos con un uso errado del verbo postular, como sinónimo de “ofrecer” cuando el significado de postular es, más bien, pedir. O sea todo lo contrario. La verdad es que me ha sorprendido bastante este error en esta novela, por lo demás, cuidadísima y magníficamente editada. No me gustaría dejar en el “tintero” que en estos tiempos de auténticos “tochos” literarios, engordados de un modo absurdo y artificial por espurios intereses editoriales. “Estaba en el aire” es una novela breve que, incluso, me atrevería decir que admitiría en el desarrollo de la novela algunas páginas más. Y esto lo digo como todo un elogio, vista la tendencia actual.



Un poco más arriba elogié el comienzo de la novela, también es justo que diga algunas palabras sobre el epílogo con el que se cierra la novela. Sin entrar mucho en el fondo, por razones obvias, creo que resulta tremendamente interesante y esclarecedor y, sin duda alguna, necesario para la total comprensión de la novela. Me gustaría destacar, por su valor histórico y simbólico, toda la parte dedicada al divorcio en tiempos de Franco....



Como, por desgracia suele ocurrir en las novelas “importantes” no puedo evitar la desolación al comprobar la cantidad de notas y comentarios que quedan aún por reseñar en mi cuaderno de notas.  Pero, como siempre digo, eso es buena señal. Lo malo es cuando después de leer una novela me encuentro mi cuaderno de apuntes queda inmaculado.




A modo de resumen final y para no alargarme ya mucho más, creo que, en mi opinión, “Estaba en el aire” es una buena novela que deja algunos detalles de calidad y de buen hacer literarios que, en estos tiempos, se agradecen especialmente. Sin duda alguna digna ganadora del Premio Nadal 2013 y muy en la línea de las novelas ganadoras de este galardón en la que más que sus virtudes comerciales se premian su “calidad e innovación” literaria aunque, a veces, no sea comprendida por el gran público.




Dicho todo lo cual y teniendo en cuenta todos los argumentos aquí expuestos y conforme a mi conciencia y modo de entender el arte literario, creo que la puntuación que haría más justicia a la novela “Estaba en el aire”  del escritor barcelonés Sergio Vila-Sanjuán, galardonada con el prestigioso Premio Nadal en su edición correspondiente al año 2013, sería de un 8,25/10.

© Luis Alberto Cao

(Para ilustrar la reseña os dejo el video del Booktrailer de la novela)

4 comentarios:

  1. Como siempre un comentario extraordinario, gracias por tu trabajo echo con tanto gusto. Un abrazo. P.D. Como todas las novelas ambientadas en Barcelona y de esos años de la posguerra me enamoran a primera vista, en cuanto pueda me lo compro. Un saludo afectuoso.Mari Duart.

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  2. Apreciado Luis Alberto soy una fiel seguidora de tus reseñas, de hecho estoy leyendo los top 10 eso si de forma aleatoria, y hasta ahora estoy encantada. Tambien he leido Estaba en el aire, y si bien es cierto que me ha parecido muy agradable su lectura por lo bien escrita que está, su fino humor , me parece que le falta emoción y que por momentos está más cerca del relato periodístico que de una novela. Eso si buensimos los capítulos del programa radiofónico, me han transportado a mi niñez , el verano , el patio de la casa de mi abuela, la radio, Elena Francis, Luz Maria........

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  3. Para variar..coincidimos Luis!, la leí por tu reseña y la he disfrutado a pleno.Gracias.

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  4. Pues, me vas tú a disculpar pero el inicio de esta novela es todo lo que quieras, menos excitante. Al comenzar a leerla, sólo el primer párrafo me hizo preguntar cómo es que con estos comienzos consiguen que los revisores literarios se acaben de leer la novela completa...Estamos de acuerdo en que los comienzos son capitales, pero para mi, éste es un ejemplo de lo que no habría que hacer al comienzo de una novela. Saludos

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