Título: Estaba en el aire.
Autor: Sergio Vila-Sanjuán.
ISBN: 9788423346240.
Editorial: Destino.
Autor: Sergio Vila-Sanjuán.
ISBN: 9788423346240.
Editorial: Destino.
Encuadernación: Tapa dura.
Fecha de publicación: Febrero de 2013.
Páginas: 240.
Ganadora del Premio Nadal de novela 2013.
“Si
quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena” (Dale Carneggie)
“Un hombre puede pasar toda su existencia sin entender la simple
lección de que sólo tiene una vida, y que si él mismo no consigue hacer con
ella lo que quiere, a nadie va a importarle”.
Louis Auchincloss,
A writer’s capital
“Rinomicina
le busca está siendo un éxito. ESTÁ CAMBIANDO LA SOCIEDAD.
Todo
el mundo se lo dice, ha conseguido crear conciencia de un problema y
brindar
una ayuda real a personas que sin el programa no se hubieran
reencontrado
nunca con los suyos. La idea le pertenece, así que puede estar
orgulloso,
con una excusa comercial ha llevado a cabo una labor social”.
(Estaba
en el aire. Sergio Vila-Sanjuán)
“Estaba en el aire” del escritor
barcelonés Sergio Vila-Sanjuán ha sido la última novela galardonada con el
prestigioso Premio Nadal en su edición de 2013. Una novela digna merecedora de
este certamen literario. Y así lo creo puesto que, conforme avancemos en su
análisis, iremos comprobando que, desde un punto de vista literario, nos ofrece
motivos y recursos técnicos muy interesantes que aportan unos elementos que,
obviamente, no pueden quedar al margen de un riguroso análisis de esta novela.
Sergio Vila-Sanjuán nos muestra en esta obra su amplio conocimiento de la
literatura y de los resortes fundamentales de lo que debe ser la “genuina”
creación literaria. A modo de marco inicial, sobre el que posteriormente
desarrollaré y cimentaré el análisis de
“Estaba en el aire”, me gustaría avanzar que, lejos de los patrones
estéticos y mercantilistas de muchas novelas que en la actualidad colonizan las
listas de los libros más vendidos, el libro de Sergio Vila-Sanjuán es un canto
a la escritura, a la belleza formal de un texto literario, más allá del interés,
más o menos subjetivo, que pueda despertar la historia que el autor nos narra.
Dicho todo lo cual y antes de adentrarnos en el estudio de “Estaba en
el aire” de Sergio Vila-Sanjuán, creo que lo más procedente y adecuado sería
pergeñar, someramente, eso sí, una breve descripción de la sinopsis argumental
de los hechos que acontecen en la novela. Para este fin pienso que la recensión
publicada por la editorial “Destino” cumple sobradamente con estas
expectativas, por lo que me limitaré a transcribirla literalmente.
“Una mujer de la alta sociedad, muy
bella y muy desgraciada. Un publicitario embarcado en un programa radiofónico
que busca a personas desaparecidas. Un magnate con buenos contactos políticos
dispuesto a consolidar su imperio. Un joven del Norte que rastrea sus orígenes.
En la Barcelona de 1960, las trayectorias de todos ellos se cruzan iluminando ambientes contrapuestos. Estaba en el aire es una historia de sentimientos y búsqueda personal, de periodismo e intrigas empresariales, que transcurre en un momento histórico poco abordado por la narrativa actual. Un momento en el que España empezaba a salir de la negrura de posguerra para convertirse en una sociedad de consumo, animada por promociones televisivas y elegantes fiestas veraniegas a la luz de la luna, como las que frecuentan los protagonistas de esta novela”.
En la Barcelona de 1960, las trayectorias de todos ellos se cruzan iluminando ambientes contrapuestos. Estaba en el aire es una historia de sentimientos y búsqueda personal, de periodismo e intrigas empresariales, que transcurre en un momento histórico poco abordado por la narrativa actual. Un momento en el que España empezaba a salir de la negrura de posguerra para convertirse en una sociedad de consumo, animada por promociones televisivas y elegantes fiestas veraniegas a la luz de la luna, como las que frecuentan los protagonistas de esta novela”.
Por intentar contextualizar el
objeto del análisis, en primer lugar me gustaría poner el foco del estudio
sobre la ambientación que el autor nos propone de aquella “oscura” y realmente
poco tratada, de la época del tardo-franquismo de los años 60, en nuestra
literatura actual. Últimamente la única novela reseñada en este blog literario
que se aproxima a este momento histórico (y no con exactitud) sería la
magnífica novela “Las leyes de la frontera” de Javier Cercas. En este caso
Sergio Vila-Sanjuán nos va a ofrecer otra perspectiva, otro plano social de
aquella realidad. La novela está impecablemente ambientada y el autor ha
cuidado hasta los detalles más nimios y aparentemente intrascendentes pero que,
sin embargo, son presentados con un extremo rigor documental. Al hilo de la
lectura de la novela he ido haciendo diferentes búsquedas en Internet que me
han corroborado el celo del autor en la ambientación histórica de los hechos
narrados.
Sin embargo el autor se va a
permitir hacer un uso flexible del tiempo real, llamémoslo “tiempo histórico”
para compactarlo, moldearlo y adecuarlo al “tiempo narrativo” en función del
interés técnico y artístico de la novela. Si profundizamos en el análisis de
esa sucesión de acontecimientos, se puede observar que las diferentes escenas
que se van entrecruzando para dotar de urdimbre y “armazón” a la novela, están
engastadas con una precisión y un virtuosismo propio de un orfebre de la literatura.
Es evidente que Sergio Vila-Sanjuán es un autor muy “leído”, con un gran
conocimiento de la literatura y es algo que subyace inevitablemente en su modo
escribir.
Como bien saben los amables
seguidores de este blog literario, siempre hago hincapié en lo importante que
es el “arranque” de una novela. En “Estaba en el aire” el autor nos propone un
comienzo que, de alguna manera, ya prende el interés del lector y, por así
decirlo consigue excitarle para que continúe la lectura. Voy a permitirme citar
ese comienzo para ayudar a la comprensión de lo que quiero decir
“El
teléfono suena cuando ya llevan un buen rato durmiendo. Juan Ignacio se remueve
en la cama sin hacer ademán de levantarse. El vino de la cena y el coñac que se
bebió después le han dejado catatónico. Elena, inquieta, le da un codazo.
—Ve tú, ¿quién puede ser a estas horas?
Se arrastra pesadamente hasta el pasillo, donde está el
teléfono, maldiciendo al autor de la llamada. Ojalá los niños y la tata no se
hayan despertado. Enciende la lamparita antes de descolgar.
—¿Qué ocurre? —masculla.
Del otro lado de la línea, una voz pastosa intenta
hilvanar entre sollozos un discurso que a Juan Ignacio le resulta
incomprensible.
—Vale, vale, lo intento, explícame mejor dónde estás,
pero sobre todo cálmate —dice procurando no levantar excesivamente la voz”
A
lo largo de la novela aparece un voz narrativa omnisciente e intemporal que
servirá para vertebral, articular y dar coherencia a todas las escenas
yuxtapuestas que conforman el relato.
En el siguiente fragmento que propongo, a modo ejemplificador, se
observa la, evidente, omnisciencia e intemporalidad con la que Vila-sanjúan
dota la voz del narrador.
“Las
hermanas Catequistas figuran entre los elementos activos de la ciudad que Luisa
Mateu ha decidido tutelar. Cuentan con una espaciosa sede en la Vía Augusta,
que dentro de unos años acabarán vendiendo a buen precio a cierta constructora
para que edifique allí pisos de lujo”.
La novela
“Estaba en el aire” está cimentada sobre la existencia real del programa
radiofónico “Rinomicina le busca”que durante los años 60 supuso toda una
revolución en la radiodifusión española. Precisamente será este programa el
motivo vertebrador sobre el que orbitarán todas las tramas de la novela.
Vila-sanjuán consigue crear un relato fresco y con algunos momentos de humor
que no pueden, por menos, de provocar la hilaridad del lector. Incluso se
permite contar chistes. Ruego al lector que repare en el chiste de “la hija
prostituta”. El humor que aparece en “Estaba en el aire” es fino, inteligente e
irónico y, precisamente, a través de ese humor el autor nos va a ir mostrando
todas esas incoherencias, que actualmente nos resultan tan absurdas y
descacharrantes, que aquejaban a aquella sociedad bajo el peso de la dictadura.
Si
centramos la atención de nuestro análisis en los personajes, podemos observar
en la finura y el detalle con el que Vila-sanjuán dibuja el trazo de los
personajes. Fundamentalmente veremos esa evolución y esa riqueza en la
caracterización del personaje de Tona que, dentro de esta novela coral, pasa
por ser una de las indiscutibles protagonistas. Mucho más no puedo decir para
no reventar la novela, pero, como apreciará el lector, su devenir será muy
importante en el relato. Interesante también, cómo no, el personaje de Juan
Ignacio Varela. Pero sin duda alguna el personaje omnisciente que sobrevuela
toda la novela es Barcelona. Esa Barcelona cosmopolita que intenta salir de la
postración de la posguerra asomándose a la modernidad de al otro lado de los
pirineos.
Al
principio de esta reseña destacaba que la novela nos ofrecía algunos motivos y
recursos técnicos que me han resultado muy interesantes y que nos dan idea de
la pretensión literaria y artística con la que el autor se enfrenta a la hora
de su redacción. Hay muchos ejemplos muy interesantes, cuya cita y estudio
filológico desbordarían ampliamente la propia identidad de una reseña
literaria. Sin embargo, no me voy a resistir a citar un fragmento que resulta
especialmente revelador de esta “elegancia” literaria que muestra “Estaba en el
aire”. En este fragmento vamos a ver cómo Vila-Sanjuán nos propone una
elegantísima elipsis narrativa, con una economía de medios y una eficacia
narrativa sorprendente.
“ - ....Luego se encerró en el lavabo y no
salía, creo que se quedó dormida dentro. Los chicos que iban con ella la
abandonaron y se fueron sin pagar... Al final, después de que aporreáramos la
puerta un buen rato, salió, estaba que se caía. Le dije que se sentara un rato
pero no quiso, se fue dando tumbos...
- ¿Hacia dónde?
Enfila un callejón que da a la calle Ancha. A la luz de
las farolas, los adoquines desprenden un brillo apagado; están húmedos por la
llovizna de la tarde y hay que moverse con cuidado para no resbalar. Oye unas voces:
un sereno y algunos noctámbulos discuten algo. Se acerca al corrillo; varios de
ellos están en cuclillas en torno a un cuerpo estirado sobre la acera”.
Ruego
al amable lector, que ha llegado a este punto de la reseña, que repare en la
transición tan brusca que se produce después de la pregunta ¿Hacía dónde?. Y
cómo con esta atrevida elipsis narrativa el autor nos ha ahorrado una larga y
estéril descripción, para explicar esa transición, que nada hubiese aportado al
relato. Es, precisamente, en estos pequeños detalles en dónde se aprecia el
oficio y el dominio de un buen narrador. Por el contrario he encontrado algunas
frases que no me han gustado, que no me han resultado especialmente
afortunadas, aunque en un libro tan cuidado como este intuyó que ha sido con la
plena aquiescencia del autor. Pondré un par de ejemplos que, en mi modesta
opinión, me han resultado “chirriantes”.
“Tras
los cafés, la orquesta tocó en un ángulo del patio de armas, bajo las torres
iluminadas, y se abrió el baile; en la bodega del sótano habían instalado un
tablao flamenco”.
“Marineros
americanos, grupos juveniles cantando a pleno pulmón, borrachos solitarios y un
enjambre de prostitutas postulando su propia mercancía”.
En
el primer ejemplo me resulta algo chocante el uso de la palabras “ángulo” en
ese contexto, con eso no quiero decir, ni mucho menos, que no sea correcto.
Simplemente que en el uso habitual del castellano me parecería más adecuado
utilizar esquina, o incluso, rincón. De hecho si este libro hubiese sido una
traducción al castellano habría pensado que era una mala traducción. En cuanto al segundo ejemplo nos encontramos
con un uso errado del verbo postular, como sinónimo de “ofrecer” cuando el
significado de postular es, más bien, pedir. O sea todo lo contrario. La verdad
es que me ha sorprendido bastante este error en esta novela, por lo demás,
cuidadísima y magníficamente editada. No me gustaría dejar en el “tintero” que
en estos tiempos de auténticos “tochos” literarios, engordados de un modo absurdo
y artificial por espurios intereses editoriales. “Estaba en el aire” es una
novela breve que, incluso, me atrevería decir que admitiría en el desarrollo de
la novela algunas páginas más. Y esto lo digo como todo un elogio, vista la
tendencia actual.
Un
poco más arriba elogié el comienzo de la novela, también es justo que diga
algunas palabras sobre el epílogo con el que se cierra la novela. Sin entrar
mucho en el fondo, por razones obvias, creo que resulta tremendamente
interesante y esclarecedor y, sin duda alguna, necesario para la total
comprensión de la novela. Me gustaría destacar, por su valor histórico y
simbólico, toda la parte dedicada al divorcio en tiempos de Franco....
Como,
por desgracia suele ocurrir en las novelas “importantes” no puedo evitar la
desolación al comprobar la cantidad de notas y comentarios que quedan aún por
reseñar en mi cuaderno de notas. Pero,
como siempre digo, eso es buena señal. Lo malo es cuando después de leer una
novela me encuentro mi cuaderno de apuntes queda inmaculado.
A
modo de resumen final y para no alargarme ya mucho más, creo que, en mi
opinión, “Estaba en el aire” es una buena novela que deja algunos detalles de
calidad y de buen hacer literarios que, en estos tiempos, se agradecen
especialmente. Sin duda alguna digna ganadora del Premio Nadal 2013 y muy en la
línea de las novelas ganadoras de este galardón en la que más que sus virtudes
comerciales se premian su “calidad e innovación” literaria aunque, a veces, no
sea comprendida por el gran público.
Dicho todo lo cual y teniendo en cuenta
todos los argumentos aquí expuestos y conforme a mi conciencia y modo de
entender el arte literario, creo que la puntuación que haría más justicia a la
novela “Estaba en el aire” del escritor
barcelonés Sergio Vila-Sanjuán, galardonada con el prestigioso Premio Nadal en
su edición correspondiente al año 2013, sería de un 8,25/10.
© Luis Alberto Cao
(Para ilustrar la reseña os dejo el video del Booktrailer de la novela)
Como siempre un comentario extraordinario, gracias por tu trabajo echo con tanto gusto. Un abrazo. P.D. Como todas las novelas ambientadas en Barcelona y de esos años de la posguerra me enamoran a primera vista, en cuanto pueda me lo compro. Un saludo afectuoso.Mari Duart.
ResponderEliminarApreciado Luis Alberto soy una fiel seguidora de tus reseñas, de hecho estoy leyendo los top 10 eso si de forma aleatoria, y hasta ahora estoy encantada. Tambien he leido Estaba en el aire, y si bien es cierto que me ha parecido muy agradable su lectura por lo bien escrita que está, su fino humor , me parece que le falta emoción y que por momentos está más cerca del relato periodístico que de una novela. Eso si buensimos los capítulos del programa radiofónico, me han transportado a mi niñez , el verano , el patio de la casa de mi abuela, la radio, Elena Francis, Luz Maria........
ResponderEliminarPara variar..coincidimos Luis!, la leí por tu reseña y la he disfrutado a pleno.Gracias.
ResponderEliminarPues, me vas tú a disculpar pero el inicio de esta novela es todo lo que quieras, menos excitante. Al comenzar a leerla, sólo el primer párrafo me hizo preguntar cómo es que con estos comienzos consiguen que los revisores literarios se acaben de leer la novela completa...Estamos de acuerdo en que los comienzos son capitales, pero para mi, éste es un ejemplo de lo que no habría que hacer al comienzo de una novela. Saludos
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