lunes, 19 de diciembre de 2011

El bolígrafo de gel verde. Eloy Moreno.

Titulo: El bolígrafo de gel verde.
Autor: Eloy Moreno.
Editorial: Espasa Calpe.
ISBN:9788467035919.
Año de edición: 2011.
Páginas: 317.




El bolígrafo de gel verde es la primera novela de Eloy Moreno y reconozco que tenía mucha curiosidad por leerla, dado todo el interés que ha despertado en el mundo editorial. Ya que de hecho una de las editoriales más poderosas y prestigiosas en España, la editorial Espasa, decidió publicarla. Tengo que adelantar que, en términos generales, y más aún considerando que se trata de un debut literario, me ha gustado. Aunque como iremos analizando, creo que el autor, podía haber mejorado, en algunos fragmentos, la novela. Pero, sin duda alguna, para ser un autor novel tengo que reconocer que me ha parecido un texto interesante. Novela escrita con el corazón y con el sentimiento, novela con un fuerte sentimiento “empatizador” que hara que, sin duda alguna, miles de lectores de esa misma generación puedan verse perfectamente retratados.

Generalmente suelo iniciar mis reseñas con una breve sinopsis argumental de la obra. En esta ocasión voy a dejar que el propio Eloy Moreno, nos haga la presentación, transcribiendo el texto que pone en la contraportada de la novela:

Superficies de vida

Casa: 89 m2
Ascensor: 3 m2
Garaje: 8 m2
Empresa: la sala, unos 80 m2
Restaurante: 50 m2
Cafetería: 30 m2
Casa de los padres de Rebe: 90 m2
Casa de mis padres: 95 m2

Total: 445 m2

¿Puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida?
Posiblemente sí, seguramente usted sabe de mucha gente así. Personas que se mueven por una  cárcel sin estar presas; que se levantan todos los días conociendo de antemano que todo seguirá  siendo igual que ayer, igual que mañana; personas que aún estando vivas es como si estuviesen  muertas.

Éste es el relato de un hombre que fue capaz de hacer realidad lo que cada noche soñaba entre  las sábanas: empezarlo todo de nuevo. Lo consiguió, pero pagó un precio demasiado alto

Pero si de verdad usted quiere saber cuál es el argumento de esta novela, mire su muñeca izquierda; ahí está todo.”.


El bolígrafo de gel verde, es una novela que nos habla de la nostalgia. Ya desde el comienzo de la novela el protagonista nos habla de los recuerdos de los veranos pasados en el pueblo. De esos largos veranos en los pueblos. Y lo hace con nostalgia. Es precisamente en esta primera parte cuando el autor nos dibuja como es el protagonista de la novela. Y vemos como un hecho ocurrido aquel verano le marcará, de un  modo indeleble, para siempre. Vemos la influencia que ejerce en el adulto el niño que fuimos y cómo nuestra infancia siempre está pesando y gravitando sobre nosotros. Ese sentimiento roussoniano de la importancia de las experiencias vividas en la infancia que nos influirán en nuestra madurez. También nos habla de la nostalgia cuando recuerda los momentos felices que pasó junto a Rebe (su mujer), y de todos esos pequeños detalles que les hacían tan felices.


Pienso que al igual que hablamos de una novela que trata de la nostalgia, trata también de la otra cara de la misma moneda que es el desencanto. Esa crónica de ese desencanto crónico (permítaseme la figura literaria), tiene ese punto de pensar que la vida se nos escapa de entre las manos y, a pesar de ser conscientes de ello, no poder evitar esa sangría. Cuando leía la novela no dejaba de pensar en la obra de Honoré de Balzac “Las ilusiones perdidas” y yo creo que, en mi opinión, resume muy bien el sentir de esta novela. Para ilustrar esto último creo que este fragmento sería el más adecuado:


Llegó un momento en que el futuro y el pasado dejaron de ser distinguibles. Mañana fue igual que ayer, ayer será igual que mañana”.


El autor nos plantea en su obra un relato en primera persona del protagonista. Y es, precisamente, este punto de vista del narrador subjetivo uno de sus grandes aciertos. Vamos a seguir todo el relato a través de los ojos del protagonista. Esta aproximación al relato será fundamental en el transcurso de la novela. Ya que nos mantendrá ajenos a la información fundamental y nos iremos enterando a la vez que él. La construcción de los personajes es muy creíble. El relato de esa monotonía entre la pareja, de ese hastío vital, de ese sinsentido, de esa rutina impuesta por las exigencias de los trabajos y de los horarios, de esas horas y horas de trabajo en la oficina y así todos los días está reflejada magníficamente.


Hemos ido perdiendo todo lo que nos atrajo. Se nos ha ido apagando. Hemos acabado por tolerarnos, por acostumbrarnos a la presencia del otro, a vernos deambular por un espacio común”.


Me ha gustado como Eloy Moreno describe esa relación entre los personajes que trabajan en la oficina, que a pesar de todas la horas que viven juntos no se conocen lo más mínimo. Especialmente me ha gustado el retrato que hace de D.Rafael, porqué ¿quién no se ha encontrado con un D. Rafael en su vida? También el autor nos muestra esa deshumanización e individualización tan atroz que padecemos en esta sociedad. En la que lo único que importa es uno mismo y sus problemas.


Qué clase de sociedad permite que un padre vea a su hijo sólo veinticinco minutos por la mañana y otros tantos por la noche. Qué clase de sociedad permite que un niño de dos años se levante a las siete para, diariamente, mudarse a otra casa”.


Aún entendiendo que se trata de una novela de un autor novel, resultan notorios algunos errores, tal vez más que achacables al propio autor lo sean a la corrección y edición de la novela. Por ejemplo el autor nos habla de garrulo, cuando supongo que quería decir gárrulo. Otro gazapo que me llama la atención, hay algunos más pero no merece la pena citarlos porque excedería la intención de esta reseña, es cuando en la parte final nos dice el autor “Y con las botas repletas de barro, con los calcetines saturados de agua y el peso de mis dos mochilas”, cuando sin embargo un poco antes nos dijo “Ando solo, con mi mochila a cuestas, hacía la soledad”. Una auténtica pena porque con una cuidada revisión todos estos pequeño gazapos podían haber sido subsanados fácilmente.





Desde un punto de vista estrictamente literario no me ha gustado excesivamente el uso que hace de la prosa. A esto me refería cuando quería decir que este texto adolece de una revisión en profundidad. Me refiero a ese matiz que le falta para hacer de esta novela, una obra realmente importante. Su prosa a veces resulta repetitiva y pobre. Da la sensación de que Eloy Moreno ha ido escribiendo la novela según le dictaba su corazón. Y eso  puede estar bien, o incluso muy bien, si hablamos de nuestro diario o de una carta a un conocido, pero cuando hablamos de la redacción de una obra literaria, en el fondo una obra de arte, hay que considerar que debemos ser nosotros los dueños de la novela y no que la novela se adueñe de nosotros. Eso es lo que se llama técnica y oficio. Aunque, es verdad, que en algunos momentos me ha sorprendido con el uso de algunas figuras retóricas que me han parecido muy ingeniosas, como ejemplo citaré un par de ellas:


Jugando con nuestros dedos, como cuando aún no teníamos anillos, jugando con nuestras lenguas como cuando aún no tenían veneno”


“De primero: un cuenca de sopa ardiendo. Me lo tragué de un solo mordisco. De segundo: un buen trozo de carne con patatas fritas y algunas verduras asadas. Me lo comí de un solo trago”.


Me gustaría aconsejar al futuro lector de esta novela que no se pierdan el lúcido análisis que hace el autor sobre los forofos del futbol que están contentos o decepcionados porque han ganado o perdido. No tiene desperdicio y hasta ahí puedo leer….


Por otra parte aunque el relato me ha parecido correcto y convincente, hay algunas situaciones, algunos “giros” de guión demasiado forzados que restan verosimilitud a la historia contada. Giros que nos hacen ver la tramoya que sustenta el relato. Y eso, lamentablemente, distancia al lector.


El boligrafo de gel verde, no es una novela de las típicas "new age" que están tan de moda en la actualidad, y que además se podía prestar a ello. Por el modo en que está tratado yo diría más bien que es una novela trágica, en el sentido del existencialismo. Al igual que Miguel de Unamuno en su novela”El sentimiento trágico de la vida” Eloy Moreno nos hace un profundo análisis en la problemática existencial del hombre contemporáneo. También nos muestra que lo importa no es lo que tenemos sino lo que somos. En nuestro caso el autor termina suavizando el final, mostrándonos un happy end tal vez en justo premio a la valentía del protagonista que no quiere seguir viviendo esa vida que le ata, que le sofoca y que, ni siquiera comprende. Esa vida que le hace sentirse como el ratoncillo de laboratorio que da vueltas y más vueltas a la misma noria. Y que le hace romper con todo para buscar su punto de equilibrio y su lugar en el mundo. En ese punto, cuando ha visto que su vida hace aguas por todas partes y que los puntales más firmes de su existencia también se tambalean es cuando decide buscar su camino. A mi personalmente esa parte es la que menos me ha gustado de toda la novela. Me ha parecido, que rompe el ritmo de la narración y, francamente, desentona con el resto del relato e incluso, en algunos momentos, me ha parecido francamente cursi y prescindible. Como ejemplo no me resisto a transcribir esta frase:


“Nos miramos sin conocernos, volvió a sentarse y, con sus dedos de uñas de colores, limpió el rocío de mis mejillas”.

Por último me gustaría comentar la valentía y la lucha que Eloy Moreno tuvo para dar a conocer su novela, vendiendo prácticamente puerta por puerta y la confianza que tenía en la valía de su obra. Esto me resulta encomiable como superación del ser humano, pero en ningún caso ha condicionado mi juicio sobre esta novela. Pienso que es una obra bastante correcta para tratarse de un autor novel, a pesar de todo lo mejorable que puede ser, pero espero que en próximas novelas el autor cuidara más los aspectos estilísticos e irá cogiendo más oficio para poder contar la historia de un modo más enriquecido y enriquecedor. A pesar de todo creo que es una novela que resulta amena  y no creo que defraude al lector. Y desde esta modesta reseña le ánimo, al igual que a todos los autores que empiezan, para siga perseverando y luchando en este maravilloso mundo de la literatura. Ya para terminar, finalmente, esta reseña me gustaría citar, a modo de corolario, esta frase:


“Cuando las cosas no van como esperamos nos empeñamos en cambiar los personajes, cuando lo único que hay que hacer es cambiar de historia”


Atendiendo a todo lo dicho con anterioridad y siendo fiel a mi conciencia y a mi manera de entender la crítica literaria creo que la puntuación más ajustada a la hora de enjuiciar “El boligrafo de gel verde” sería de un 6,75/10.


© Luis Alberto Cao



10 comentarios:

  1. Me ha gustado tu análisis profundo del libro, no coincido en la valoración final ya que a mí me gustó muchísimo pero eso ya son puntos de vista de cada lector, pero el libro me parece muy recomendable por las reflexiones que contiene y lo cercano a la realidad
    saludos!

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  2. Muchas gracias Tatty por tu comentario y más aún viniendo de una compañera, de la administradora de unos de los mejores blogs literarios que hay "El Universo de los libros" . Un saludo

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  3. Hola, Luis Alberto,
    lo primero de todo muchas gracias por una crítica tan profunda de la novela. Me alegro de que te haya gustado y de que la hayas analizado tan detenidamente.

    Me encanta cómo resumes la angustia del protagonista, ese existencialismo que comentas, los perfiles de los personajes...

    Con lo que no estoy de acuerdo es con el tema de los errores que comentas, pues ninguno de los dos es un error. En el primer caso, la palabra es "garrulo" sin tilde, y significa "Dicho de una persona: Rústica, zafia" (RAE). En el segundo caso tampoco hay ningún error, cuando habla de mochilas se refiere a la mochila que lleva en la espalda y a su barriga. Quizás el resto de errores que has encontrado tampoco lo sean, pues la novela ha tenido varias revisiones.

    Gracias de nuevo por tu reseña, ahora mismo la comparto en la página de la novela.
    http://www.elboligrafodegelverde.com/?page_id=154

    Un abrazo.

    Eloy.

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  4. Muchas gracias Eloy por tu comentario, es todo un honor para mí que hayas pasado por mi blog y hayas comentado mi reseña. Es bonito poder hablar con el autor de la obra que comento lo cual, por desgracia no suele ser habitual. Efectivamente en el tema de gárrulo llevas la razón, en la vigésima segunda edición del diccionario de la RAE se contempla esta palabra como tal. Sin embargo en la vigésima primera que es la que consulté, la palabra gárrulo no existe. En cuanto al tema de la mochila, indudablemente tendrás la razón, nadie mejor que el autor para saberlo, pero lo que es cierto es que no queda nada claro. De hecho, entiendo que la mochila que se lleva en la barriga tiene un nombre propio, que sería más bien riñonera. Ánimo con tu trabajo y tu novela, y deseo muy pronto leer tu nueva novela. Un abrazo muy fuerte y muchas gracias. Luis Alberto

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  5. En la anterior entrada quería decir que la palabra garrullo (sin tilde) no existía.

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  6. De nada, Luis Alberto, siempre es un placer poder hablar directamente con los lectores y más en tu caso que has realizado una reseña tan trabajada.

    Lo de la barriga no me refería a la riñonera, sino a la barriga en sí misma, al decir dos mochilas me refería a la mochila de la espalda y a su propia barriga que ejercía también de mochila, pero una mochila permanente :)

    Lo dicho, mil gracias por esta bonita reseña.

    Un abrazo y Felices Fiestas.

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    1. Eloy, me alegro de esta aclaración que

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    2. Me alegro hicieras esta aclaración, pues yo así lo entendí al leerlo, me alegro de comprender algo mejor que un gran crítico como El Bachiller.

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  7. Muchas gracias a tí por tu amabilidad, para mí tambien es un placer tratar con los autores y mucho más aún con una persona tan maja y tan accesible. Pues nada amigo Eloy te deseo todo lo mejor tanto artística como personalmente en el nuevo año que comienza. Un fuerte abrazo y Feliz Navidad. Luis Alberto

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  8. ‘El Bolígrafo de Gel Verde’ me ha recordado mucho a otro libro que lleva por título ‘El oficinista’, del argentino Guillermo Saccomanno. Aunque hay claras diferencias entre una y otra novela, ambas tienen también muchas cosas en común. Ver más en http://rodanas.blogspot.com/2011/12/leer-en-rodanas-el-boligrafo-de-gel.html n

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