Título original: Gataca.
Autor: Franck Thilliez.
Traducción: Joan Riambau Möller.
Autor: Franck Thilliez.
Traducción: Joan Riambau Möller.
ISBN: 978-84-233-4581-6
Editorial Destino.
Colección Áncora & delfín.
Páginas: 656.
Fecha de publicación: 12 de enero de 2012.
“ Los muertos pueden estar vivos.
Basta con creer en ellos y regresan”.
“La evolución es una excepción. La
regla es la extinción” (Gataca. Franz Thilliez)
“Impactante, turbadora y profundamente
desasosegadora. He querido empezar esta reseña de la novela “El síndrome E” del
escritor galo Franck Thilliez, con estos epítetos. Epítetos que reflejan mi
estado de ánimo después de su lectura. Este es un thriller que apela
directamente a las vísceras, un auténtico torpedo en la línea de flotación. Un
libro que al terminar su lectura obliga a detenerse y pensar, sobre la carga de
profundidad que se halla en su interior”. He querido iniciar esta reseña de la
novela Gataca del escritor galo Franz Thilliez, citando, textualmente,
el comienzo de la reseña que escribí, en concreto el día 31 de enero de 2012,
en este blog, cuando reseñé la novela “El síndrome E” del mismo autor. Ayer,
cuando terminé la lectura de “Gataca” me sentí tremendamente impactado. Sí
impactado porque tuve la sensación de haber leído una grandísima novela, perfectamente
desarrollada e impecablemente resuelta. Una novela que cierra y ata todos los
cabos que han quedado abiertos. Un auténtico mecanismo de relojería, que sin
estridencias, funciona a la perfección.
Como suele ser habitual en mí, he tenido
que dejar reposar durante un día la novela, antes de sentarme ante el ordenador
para redactar esta reseña y, tal vez, más que nunca ha sido necesario con el
fin de poder reposar y analizar del modo más desapasionado posible esta
impactante novela que tengo que reconocer que, por momentos, me ha impactado. Y
estoy convencido, que al igual que en
su anterior, “El síndrome E”, en esta Franz Thilliez no va a dejar indiferente
a ningún lector. Más adelante me detendré en un análisis más exhaustivo de la
novela, pero en principio, y con la finalidad de situar un poco al eventual
lector de esta reseña, voy a transcribir la somera sinopsis argumental que nos
suministra la propia editorial Destino, sobre esta novela.
“Un padre infanticida apuñalado en su
coche en el bosque de Vincennes. El cadáver de una estudiante de biología
descubierto en la jaula de un primate, aparentemente asesinada por uno de los
animales. Los restos de una familia de neandertales a los que mató un cromañón
hallados en una grieta en la cumbre de un macizo alpino. El asesino de niños
Grégory Carnot encontrado muerto en su celda. Un médico obstetra que investiga
sobre genética salvajemente asesinado en su domicilio de Montmartre. ¿Qué
invisible hilo une estos crímenes atroces, cometidos con 30.000 años de
diferencia?.
Destrozada por una terrible pérdida,
devorada y espoleada por el odio, Lucie Henebelle se lanza sobre la pista de
los asesinos junto a Franck Sharko, igualmente incapaz de olvidar la terrible
experiencia vivida. Una investigación que, a través de la genética, les
conducirá a las raíces del mal”.
Franz
Thilliez, según nos cuenta él mismo en el “a modo de conclusión” al final de la
novela, concibió tanto “El síndrome E” como “Gataca” como un díptico sobre la
violencia, me voy a permitir, dado su interés transcribir sus palabras, con la
finalidad de enmarcar y delimitar el alcance de nuestro análisis, así cómo la
finalidad que persiguió Thilliez a la hora de escribir este díptico de la
violencia.
“La
escritura de este díptico me ha dado ocasión para reflexionar acerca del tema
de la violencia. ¿De dónde procede? ¿Cuáles son sus cimientos, sus orígenes
profundos? ¿Puede afectar a cualquiera y en cualquier
momento? El síndrome E se interesa particularmente por la violencia en nuestra
sociedad contemporánea y la manera en que se extiende entre los individuos del
planeta, dejando de lado, voluntariamente, el factor cronológico. Calificaría
ese procedimiento de «vertical»: dilución en el espacio y no en el tiempo. Con
Gataca quería abordar el otro eje, el eje horizontal o cronológico, que abarca
varios milenios. ¿Cómo ha evolucionado la violencia desde los primeros hombres
hasta nuestra civilización moderna? ¿Por qué medios se propagó? ¿Genéticos o
culturales?”
En primer lugar, me gustaría comentar,
que “Gataca” me ha gustado aún más que “El síndrome E”. Me ha parecido una
novela más rematada, más verosímil, en algunos aspectos y, como siempre, con un
gran dominio del “tempo” narrativo. Desde un punto de vista estrictamente
formal, que no estilistico, y al menos esa es mi opinión, resulta evidente una
maduración en la técnica de escritura del autor y en su manera, sobre todo, de
avanzar en el diseño y en el dibujo de los personajes. Toda esa relación entre
el comisario Frank Sharko y Lucie Henebelle, esa historia entre esos dos
personajes fracasados, decepcionados y asqueados con la vida, está
perfectamente construida. Y de hecho, de alguna manera, nos sentimos participes
de esa relación en una permanente tensión de amor-odio. Y como ambos personajes
han sido zarandeados por la maldad humana, en sus más diversas acepciones. Creo que antes de avanzar en esta reseña,
sería conveniente advertir al lector, que para leer “Gataca” no es
estrictamente necesario, aunque sí sería deseable, haber leído la novela
anterior. “Gataca” tiene una cierta autonomía temática respecto a la anterior
novela y resulta inteligible per se. La novela está narrada en tercera
persona, pero en este caso, no encontraremos la habitual figura del narrador
omnisciente. El narrador de “Gataca” narrará en presente y, por así decirlo,
“conocerá” los sucesos al mismo tiempo que los personajes y el lector. Esto es,
el narrador, no estará por encima de la narración.
Otro de los detalles que me han
parecido más destacables y por eso no me resisto a comentarlo aquí, es que a pesar de tratarse de una novela de
género negro me ha resultado muy instructiva y muy trabajada desde un punto de
vista documental. El propio Thilliez nos comenta, a modo de ejemplo, que “la
mayoría de los fenómenos científicos descritos en esta obra son verdaderos. Por
increíble que pueda parecer, la lateralidad y la violencia están relacionadas.
Eso no significa que los zurdos sean más violentos, simplemente que son más
numerosos en las sociedades violentas”.
No podemos dejar de considerar que
“Gataca” es una novela escrita y concebida para ser un bestseller. Y bajo esta
premisa, que resulta evidente tras su lectura, es como tenemos que intentar
enjuiciarla. El lenguaje que utiliza Franz Thilliez es, meramente instrumental,
funcional, sin ninguna pretensión artística, cosa lamento que sea así y que
echo de menos. El autor no pretende escribir con un depurado estilo literario,
lo único que pretende es embarcarnos, en un relato muy bien hilvanado, eso sí,
y, como comenté más arriba, sobre todo muy bien resuelto. Cuando leí “El
síndrome E” ya me dio esa sensación pero tras leer “Gataca” me puedo reafirmar
en que Franz Thilliez es, en mi opinión, el Dan Brown europeo. Sus obras están
escritas bajo un mismo patrón estilístico y formal, así como por su manera de narrar y enlazar las tramas y subtramas
que conforman la novela. En cualquier caso, Franz Thilliez es un buen conocedor
del oficio de la escritura y sabe, como pocos, dosificar y llevar en volandas
al lector. Tal vez parte de ese éxito lo tenga su modo de narración casi
cinematográfica, con un continuo uso de una gramática más propia del cine, que
de la propia literatura, pero que se rebela como altamente “valiosa”.
En esta primera parte de la reseña he
analizado, eso sí y por desgracia muy por encima, la parte estilística o formal
de “Gataca” ahora me gustaría profundizar un poco más en el fondo de esta
novela. Al cerrar este libro, al igual que pasó con “El síndrome E” me ha
quedado la sensación de no saber exactamente dónde termina la realidad y dónde
empieza la imaginación del escritor. Y tengo que decirlo de un modo francamente
admirativo. La realidad y la ficción están tan perfectamente imbricadas en la
novela que resulta difícil discernir y separar la una de la otra. En algunos
casos he tenido que buscar referencias en google, ante la duda de si era
verdadero o fruto de la imaginación de Thilliez, lo que aparecía en el libro.
Por ejemplo este pasaje fue uno de los que más dudas me ha suscitado al respecto.
“En los deportes muy interactivos, en los que el enfrentamiento
puede ser considerado como una particular forma de combate, la presencia de
zurdos alcanza casi el 50 por ciento. Ya sea el boxeo, la esgrima o el judo.
Cuanto más se alejan entre sí los adversarios, más disminuye esta proporción.
Es importante también en el ping pong, por ejemplo, pero vuelve a la proporción
normal en el tenis y en los deportes colectivos, en los que esta noción de
interactividad es menor”.
La hipótesis que nos plantea Thilliez
en la novela, no me voy a explayar mucho para no reventarla a los posibles
lectores, a los que se la recomienda encarecidamente, ya es avanzada en “El
síndrome E” y nos habla de la supuesta existencia del “gen de la violencia”
(conocido como síndrome XYY). En “Gataca” el autor nos va a llevar, de la mano,
desde la prehistoria con el hombre de Cromañón, hasta la actualidad pasando por
las tribus más prehistóricas y aisladas que aún sobreviven en el Amazonas. Y
Thilliez con su maestría y su talento nos mostrará que todo esto, tan
aparentemente dispar, tiene una relación y una congruencia en el crimen que
Sharko y Lucie están investigando.
Una vez más en “Gataca” Thilliez nos
acompañará a través de la ignominia y del lado más oscuro y deleznable del ser
humano, en un viaje a la violencia más atávica que pueda imaginarse. La novela
está repleta de escenas de una violencia espeluznante, que tal vez pueda
resultar gratuita, pero, en mi opinión, no es así de ninguna manera. Toda esa
violencia está plenamente justificada en el propio relato. También al igual que
“El síndrome E” en “Gataca” el autor nos alertará sobre los peligros del uso no
ético de la ciencia. La ciencia debe estar sometida a la ética. Cuando no se
cumple esta máxima entonces se llegan a las atrocidades que se ven en la novela
y que, por desgracia, en la historia han quedado patentes y manifiestas.
En las escenas más “románticas” o más
de sentimiento que tienen Frank Sharko y Lucie Henebelle, están narradas con
una exquisitez y un, por así llamarlo, pudor que, inserto en esa violencia que
continuamente subyace en la novela, provoca un interesante efecto artístico.
Por último me gustaría hacer
referencia a cómo Thillliez nos narra el final de la novela, con una gran
maestría, planteándonos un relato en paralelo entre lo que le ocurre a Lucie y
por otra parte el interrogatorio de Sharko. Escena muy técnicamente complicada
de narrar, resuelta con mucha maestría por parte del autor. Por cierto, alguno
de los lectores de esta reseña se preguntarán del por qué del este extraño
título para la novela... La razón es porque las letras G,A,T,C hacen referencia
a la secuencia del ADN.
A modo de resumen, y para no alargarme
mucho más, cosa que lamento en esta ocasión especialmente, porque esta novela
da para un exhaustivo y prolijo análisis y comentario, creo que “Gataca”, a
pesar de tratarse de un auténtico bestseller, es una novela interesante, amena
y altamente adictiva y de una fácil lectura. A pesar de ser una novela de más
de 600 páginas no se hace aburrida para nada, gracias a que está escrita con un gran sentido del ritmo narrativo, que
no da un instante de respiro al lector. Otro de sus grandes méritos, como ya
comenté más arriba, es que resulta veraz y creíble en todo momento, haciéndonos
dudar de dónde terminar la realidad y empieza la fantasia. Novela que funciona
como una perfecta maquinaria de relojería donde todos los engranajes funcionan
a la perfección. Y además está perfectamente resuelta atando todos los cabos
que se han ido abriendo en su desarrollo. Por el contrario, sin embargo, me ha
parecido escrita con un estilo demasiado utilitarista y a veces, incluso,
demasiado pobre y descuidado. Una pena, sin duda alguna, porque de ser una
novela muy buena, por estos y otros detalles queda sólo en una novela muy
interesante.
Por lo tanto y
a la vista de todo lo expuesto más arriba y considerando todo lo esgrimido con
anterioridad creo que, según mi manera de entender el arte literario, la
puntuación más ajustada a la hora de enjuiciar y valorar la novela “Gataca” del
escritor galo Franz Thilliez, sería de un 7,25/10.
Reseña de la novela "El síndrome E" en "Las bizarrías de Belisa":
http://www.bizarriasdebelisa.com/2012/01/el-sindrome-e-franck-thilliez.html
© Luis Alberto Cao
http://www.bizarriasdebelisa.com/2012/01/el-sindrome-e-franck-thilliez.html
© Luis Alberto Cao
Muy buena la reseña, me ha gustado mucho la forma de analisis de la novela desde todos los puntos de vista.
ResponderEliminarLuis Alberto, excelente entrada de una excelente novela. Un abrazo.
ResponderEliminarTodavía tengo pendiente la lectura de "El síndrome E" y cómo no, ahora también me apunto ésta. Me apasionan las novelas desasosegantes y adictivas, me pueden; y además me encanta eso de que un libro te deje pensando después hasta el punto de tener que buscar en Google para intentar averiguar ciertas cosas. Magnífica reseña, como siempre. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo Francisco Javier por tus palabras respecto a la forma en que abordo el análisis de la novela. Me dan muchos ánimos tus palabras. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Julio para mi es una gran satisfacción tus palabras. Sobre todo por venir de todo un experto en novela negra. Un fuerte abrazo y gracias de nuevo.
ResponderEliminarGracias como siempre querida amiga Rebeca de Winter, no dejes de leerlas estoy seguro que te van a encantar. Y gracias por leer tu tanta atención y tanto cariño mis reseñas. Un beso amiga mía
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