domingo, 20 de mayo de 2012

Gataca. Franz Thilliez.


Título original: Gataca.
Autor: Franck Thilliez.
Traducción: Joan Riambau Möller.
ISBN: 978-84-233-4581-6
Editorial Destino.
Colección Áncora & delfín.
Páginas: 656.
Fecha de publicación: 12 de enero de  2012.



“ Los muertos pueden estar vivos. Basta con creer en ellos y regresan”.

“La evolución es una excepción. La regla es la extinción” (Gataca. Franz Thilliez)




“Impactante, turbadora y profundamente desasosegadora. He querido empezar esta reseña de la novela “El síndrome E” del escritor galo Franck Thilliez, con estos epítetos. Epítetos que reflejan mi estado de ánimo después de su lectura. Este es un thriller que apela directamente a las vísceras, un auténtico torpedo en la línea de flotación. Un libro que al terminar su lectura obliga a detenerse y pensar, sobre la carga de profundidad que se halla en su interior”. He querido iniciar esta reseña de la novela Gataca del escritor galo Franz Thilliez, citando, textualmente, el comienzo de la reseña que escribí, en concreto el día 31 de enero de 2012, en este blog, cuando reseñé la novela “El síndrome E” del mismo autor. Ayer, cuando terminé la lectura de “Gataca” me sentí tremendamente impactado. Sí impactado porque tuve la sensación de haber leído una grandísima novela, perfectamente desarrollada e impecablemente resuelta. Una novela que cierra y ata todos los cabos que han quedado abiertos. Un auténtico mecanismo de relojería, que sin estridencias, funciona a la perfección.



Como suele ser habitual en mí, he tenido que dejar reposar durante un día la novela, antes de sentarme ante el ordenador para redactar esta reseña y, tal vez, más que nunca ha sido necesario con el fin de poder reposar y analizar del modo más desapasionado posible esta impactante novela que tengo que reconocer que, por momentos, me ha impactado. Y estoy convencido,  que al igual que en su anterior, “El síndrome E”, en esta Franz Thilliez no va a dejar indiferente a ningún lector. Más adelante me detendré en un análisis más exhaustivo de la novela, pero en principio, y con la finalidad de situar un poco al eventual lector de esta reseña, voy a transcribir la somera sinopsis argumental que nos suministra la propia editorial Destino, sobre esta novela.



“Un padre infanticida apuñalado en su coche en el bosque de Vincennes. El cadáver de una estudiante de biología descubierto en la jaula de un primate, aparentemente asesinada por uno de los animales. Los restos de una familia de neandertales a los que mató un cromañón hallados en una grieta en la cumbre de un macizo alpino. El asesino de niños Grégory Carnot encontrado muerto en su celda. Un médico obstetra que investiga sobre genética salvajemente asesinado en su domicilio de Montmartre. ¿Qué invisible hilo une estos crímenes atroces, cometidos con 30.000 años de diferencia?. 


Destrozada por una terrible pérdida, devorada y espoleada por el odio, Lucie Henebelle se lanza sobre la pista de los asesinos junto a Franck Sharko, igualmente incapaz de olvidar la terrible experiencia vivida. Una investigación que, a través de la genética, les conducirá a las raíces del mal”.



Franz Thilliez, según nos cuenta él mismo en el “a modo de conclusión” al final de la novela, concibió tanto “El síndrome E” como “Gataca” como un díptico sobre la violencia, me voy a permitir, dado su interés transcribir sus palabras, con la finalidad de enmarcar y delimitar el alcance de nuestro análisis, así cómo la finalidad que persiguió Thilliez a la hora de escribir este díptico de la violencia.


“La escritura de este díptico me ha dado ocasión para reflexionar acerca del tema de la violencia. ¿De dónde procede? ¿Cuáles son sus cimientos, sus orígenes profundos? ¿Puede afectar a cualquiera y en cualquier momento? El síndrome E se interesa particularmente por la violencia en nuestra sociedad contemporánea y la manera en que se extiende entre los individuos del planeta, dejando de lado, voluntariamente, el factor cronológico. Calificaría ese procedimiento de «vertical»: dilución en el espacio y no en el tiempo. Con Gataca quería abordar el otro eje, el eje horizontal o cronológico, que abarca varios milenios. ¿Cómo ha evolucionado la violencia desde los primeros hombres hasta nuestra civilización moderna? ¿Por qué medios se propagó? ¿Genéticos o culturales?”



En primer lugar, me gustaría comentar, que “Gataca” me ha gustado aún más que “El síndrome E”. Me ha parecido una novela más rematada, más verosímil, en algunos aspectos y, como siempre, con un gran dominio del “tempo” narrativo. Desde un punto de vista estrictamente formal, que no estilistico, y al menos esa es mi opinión, resulta evidente una maduración en la técnica de escritura del autor y en su manera, sobre todo, de avanzar en el diseño y en el dibujo de los personajes. Toda esa relación entre el comisario Frank Sharko y Lucie Henebelle, esa historia entre esos dos personajes fracasados, decepcionados y asqueados con la vida, está perfectamente construida. Y de hecho, de alguna manera, nos sentimos participes de esa relación en una permanente tensión de amor-odio. Y como ambos personajes han sido zarandeados por la maldad humana, en sus más diversas acepciones.  Creo que antes de avanzar en esta reseña, sería conveniente advertir al lector, que para leer “Gataca” no es estrictamente necesario, aunque sí sería deseable, haber leído la novela anterior. “Gataca” tiene una cierta autonomía temática respecto a la anterior novela y resulta inteligible per se. La novela está narrada en tercera persona, pero en este caso, no encontraremos la habitual figura del narrador omnisciente. El narrador de “Gataca” narrará en presente y, por así decirlo, “conocerá” los sucesos al mismo tiempo que los personajes y el lector. Esto es, el narrador, no estará por encima de la narración.



Otro de los detalles que me han parecido más destacables y por eso no me resisto a  comentarlo aquí, es que a pesar de tratarse de una novela de género negro me ha resultado muy instructiva y muy trabajada desde un punto de vista documental. El propio Thilliez nos comenta, a modo de ejemplo, que “la mayoría de los fenómenos científicos descritos en esta obra son verdaderos. Por increíble que pueda parecer, la lateralidad y la violencia están relacionadas. Eso no significa que los zurdos sean más violentos, simplemente que son más numerosos en las sociedades violentas”.



No podemos dejar de considerar que “Gataca” es una novela escrita y concebida para ser un bestseller. Y bajo esta premisa, que resulta evidente tras su lectura, es como tenemos que intentar enjuiciarla. El lenguaje que utiliza Franz Thilliez es, meramente instrumental, funcional, sin ninguna pretensión artística, cosa lamento que sea así y que echo de menos. El autor no pretende escribir con un depurado estilo literario, lo único que pretende es embarcarnos, en un relato muy bien hilvanado, eso sí, y, como comenté más arriba, sobre todo muy bien resuelto. Cuando leí “El síndrome E” ya me dio esa sensación pero tras leer “Gataca” me puedo reafirmar en que Franz Thilliez es, en mi opinión, el Dan Brown europeo. Sus obras están escritas bajo un mismo patrón estilístico y formal,  así como por su manera de narrar y enlazar las tramas y subtramas que conforman la novela. En cualquier caso, Franz Thilliez es un buen conocedor del oficio de la escritura y sabe, como pocos, dosificar y llevar en volandas al lector. Tal vez parte de ese éxito lo tenga su modo de narración casi cinematográfica, con un continuo uso de una gramática más propia del cine, que de la propia literatura, pero que se rebela como altamente “valiosa”.



 
En esta primera parte de la reseña he analizado, eso sí y por desgracia muy por encima, la parte estilística o formal de “Gataca” ahora me gustaría profundizar un poco más en el fondo de esta novela. Al cerrar este libro, al igual que pasó con “El síndrome E” me ha quedado la sensación de no saber exactamente dónde termina la realidad y dónde empieza la imaginación del escritor. Y tengo que decirlo de un modo francamente admirativo. La realidad y la ficción están tan perfectamente imbricadas en la novela que resulta difícil discernir y separar la una de la otra. En algunos casos he tenido que buscar referencias en google, ante la duda de si era verdadero o fruto de la imaginación de Thilliez, lo que aparecía en el libro. Por ejemplo este pasaje fue uno de los que más dudas me ha suscitado al respecto.



“En los deportes muy interactivos, en los que el enfrentamiento puede ser considerado como una particular forma de combate, la presencia de zurdos alcanza casi el 50 por ciento. Ya sea el boxeo, la esgrima o el judo. Cuanto más se alejan entre sí los adversarios, más disminuye esta proporción. Es importante también en el ping pong, por ejemplo, pero vuelve a la proporción normal en el tenis y en los deportes colectivos, en los que esta noción de interactividad es menor”.



La hipótesis que nos plantea Thilliez en la novela, no me voy a explayar mucho para no reventarla a los posibles lectores, a los que se la recomienda encarecidamente, ya es avanzada en “El síndrome E” y nos habla de la supuesta existencia del “gen de la violencia” (conocido como síndrome XYY). En “Gataca” el autor nos va a llevar, de la mano, desde la prehistoria con el hombre de Cromañón, hasta la actualidad pasando por las tribus más prehistóricas y aisladas que aún sobreviven en el Amazonas. Y Thilliez con su maestría y su talento nos mostrará que todo esto, tan aparentemente dispar, tiene una relación y una congruencia en el crimen que Sharko y Lucie están investigando.



Una vez más en “Gataca” Thilliez nos acompañará a través de la ignominia y del lado más oscuro y deleznable del ser humano, en un viaje a la violencia más atávica que pueda imaginarse. La novela está repleta de escenas de una violencia espeluznante, que tal vez pueda resultar gratuita, pero, en mi opinión, no es así de ninguna manera. Toda esa violencia está plenamente justificada en el propio relato. También al igual que “El síndrome E” en “Gataca” el autor nos alertará sobre los peligros del uso no ético de la ciencia. La ciencia debe estar sometida a la ética. Cuando no se cumple esta máxima entonces se llegan a las atrocidades que se ven en la novela y que, por desgracia, en la historia han quedado patentes y manifiestas.


En las escenas más “románticas” o más de sentimiento que tienen Frank Sharko y Lucie Henebelle, están narradas con una exquisitez y un, por así llamarlo, pudor que, inserto en esa violencia que continuamente subyace en la novela, provoca un interesante efecto artístico.


Por último me gustaría hacer referencia a cómo Thillliez nos narra el final de la novela, con una gran maestría, planteándonos un relato en paralelo entre lo que le ocurre a Lucie y por otra parte el interrogatorio de Sharko. Escena muy técnicamente complicada de narrar, resuelta con mucha maestría por parte del autor. Por cierto, alguno de los lectores de esta reseña se preguntarán del por qué del este extraño título para la novela... La razón es porque las letras G,A,T,C hacen referencia a la secuencia del ADN.



A modo de resumen, y para no alargarme mucho más, cosa que lamento en esta ocasión especialmente, porque esta novela da para un exhaustivo y prolijo análisis y comentario, creo que “Gataca”, a pesar de tratarse de un auténtico bestseller, es una novela interesante, amena y altamente adictiva y de una fácil lectura. A pesar de ser una novela de más de 600 páginas no se hace aburrida para nada, gracias  a que está escrita con un gran sentido del ritmo narrativo, que no da un instante de respiro al lector. Otro de sus grandes méritos, como ya comenté más arriba, es que resulta veraz y creíble en todo momento, haciéndonos dudar de dónde terminar la realidad y empieza la fantasia. Novela que funciona como una perfecta maquinaria de relojería donde todos los engranajes funcionan a la perfección. Y además está perfectamente resuelta atando todos los cabos que se han ido abriendo en su desarrollo. Por el contrario, sin embargo, me ha parecido escrita con un estilo demasiado utilitarista y a veces, incluso, demasiado pobre y descuidado. Una pena, sin duda alguna, porque de ser una novela muy buena, por estos y otros detalles queda sólo en una novela muy interesante.


Por lo tanto y a la vista de todo lo expuesto más arriba y considerando todo lo esgrimido con anterioridad creo que, según mi manera de entender el arte literario, la puntuación más ajustada a la hora de enjuiciar y valorar la novela “Gataca” del escritor galo Franz Thilliez, sería de un 7,25/10.

Reseña de la novela "El síndrome E" en "Las bizarrías de Belisa":

http://www.bizarriasdebelisa.com/2012/01/el-sindrome-e-franck-thilliez.html

© Luis Alberto Cao


6 comentarios:

  1. Muy buena la reseña, me ha gustado mucho la forma de analisis de la novela desde todos los puntos de vista.

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  2. Luis Alberto, excelente entrada de una excelente novela. Un abrazo.

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  3. Todavía tengo pendiente la lectura de "El síndrome E" y cómo no, ahora también me apunto ésta. Me apasionan las novelas desasosegantes y adictivas, me pueden; y además me encanta eso de que un libro te deje pensando después hasta el punto de tener que buscar en Google para intentar averiguar ciertas cosas. Magnífica reseña, como siempre. Saludos.

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  4. Muchas gracias amigo Francisco Javier por tus palabras respecto a la forma en que abordo el análisis de la novela. Me dan muchos ánimos tus palabras. Un abrazo

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  5. Muchas gracias Julio para mi es una gran satisfacción tus palabras. Sobre todo por venir de todo un experto en novela negra. Un fuerte abrazo y gracias de nuevo.

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  6. Gracias como siempre querida amiga Rebeca de Winter, no dejes de leerlas estoy seguro que te van a encantar. Y gracias por leer tu tanta atención y tanto cariño mis reseñas. Un beso amiga mía

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