Título original: Nessuno si salva da solo.
Autor: Margaret Mazzantini.
Traducción: Carlos Gumpert.
Traducción: Carlos Gumpert.
ISBN: 9788420412689
Editorial: Alfaguara
Editorial: Alfaguara
Colección: Literaturas.
Páginas: 220.
Fecha de publicación: 25 de abril de
2012.
“ El dolor es
transitorio, mientras que el olvido es permanente” (Rabindranath Tagore)
“ Porque también el
amor merece un santuario, una memoria” (“Nadie se salva solo” Margaret Mazzantini).
Tengo
que reconocer que “Nadie se salva solo”, última novela de la escritora italiana
Margaret Mazzantini, me ha conmovido e impresionado como hacía tiempo que,
honestamente, no me ocurría. La autora nos propone una historia descarnada, sin
concesiones, narrada con extrema sobriedad, que termina por dejarnos hecho
jirones el alma tras su lectura, asistiendo, impotentes, a ese inevitable hundimiento sentimental de
la pareja protagonista. A modo de preámbulo, sí me gustaría dejar constancia
que me ha parecido una novela valiente y alejada de los habituales y trillados
caminos por los que deambula la literatura actual. Narración en la que la voz
del narrador pasa, prácticamente, desapercibida para adentrarnos en ese rico y
complejo mundo interior de los protagonistas, en esa crónica anunciada de un
naufragio sentimental. En cualquier caso, más adelante entraremos en un
análisis más minucioso y sistemático de esta interesante novela que, al menos
en mi opinión, ofrece, en su riqueza, muchas facetas y detalles que creo
interesantes a la hora de destacar. Aunque, por otra parte, es cierto que hay
algunos detalles, a los que volveré al
final de la reseña, que me han parecido evitables y que desmerecen este texto.
Por
último y antes de entrar propiamente en el cuerpo de la reseña, me gustaría advertir que para
prepararla he leído “Nadie se salva solo” en su lengua original, por lo que es
posible que algunas citas textuales, que he traducido yo, y que incluyo en este
comentario, a modo de ejemplo, no coincidan exactamente con la traducción que
ha hecho en castellano, para la editorial Alfaguara, Carlos Gumpert. Así mismo
tampoco puedo pronunciarme, lógicamente, sobre cómo ha sido la versión de esta
novela en castellano. Dicho todo lo cual, creo que lo más adecuado y
conveniente, y como viene siendo habitual, será esbozar una breve sinopsis
argumental de “Nadie se salva solo” para así situar al lector y contextualizar
estar reseña. En este caso voy a transcribir literalmente la sinopsis que ha
publicado la propia editorial Alfaguara, que considero bastante correcta.
“Delia y
Gaetano eran pareja. Ya no lo
son, y han de aprender a asumirlo.
Desean vivir tranquilos pero, al mismo
tiempo, les inquieta y seduce lo
desconocido. ¿En qué se equivocaron?
No lo saben. La pasión del
comienzo y la rabia del final
están todavía demasiado cercanos. En
una época en la que parece
que ya está todo dicho, sus
palabras y silencios dejan al desnudo
sus soledades, sus urgencias, sus recuerdos,
y provocan brillos imprevistos al poner
en escena, una noche de verano,
el viaje del amor al desamor.
Aclamada por
la crítica y los lectores, Nadie
se salva solo es una de las grandes
novelas de la literatura italiana actual:
la conmovedora historia de una pareja
contemporánea”.
Margaret
Mazzantini a partir de esta historia tan sencilla e intimista, nos muestra su
dominio y su agudeza para analizar y diseccionar el alma humana. Pero, sin
embargo, la autora, con suma elegancia y delicadeza, se mantendrá al margen y
no tomará partido por ninguno de los dos. Únicamente se limitará a transcribirnos
sus palabras y sus pensamientos más íntimos, manteniéndose al margen de ambos.
“Nadie
se salva solo” es un texto que, prácticamente, es narrado en tiempo real.
Asistiremos a una cena, probablemente su última cena juntos, entre una pareja
que se ha separado y, al menos esa mi opinión, han querido darse una última
oportunidad.
“Hubieran debido ser,
simplemente como eran. Porque eso era lo que más les había herido. La auténtica
ocasión desperdiciada. Que aún esta noche, en esta terraza de un restaurante,
los mantiene juntos. No han sido, nada más, que actores de una pantomima,
repetida una y otra vez”.
Mientras
cenan tendrán a su lado otra pareja de ancianos que se les ve felices. De esta
pareja se servirá a la autora para poner ese contrapunto, por analogía, con el
drama que sufren Delia y Gaetano, y que al final de la novela tendrán su
relevancia.
Los
personajes de “Nadie se salva solo” están fundamentalmente circunscritos a la
pareja de Delia y Gae, como resulta evidente tratándose de una novela tan
intimista. Ambos son personajes complejos, con miedos y carencias, con sueños
de juventud e ilusiones que los años se han encargado de desbaratar. Todas
estas informaciones que nos muestra Margaret Mazzantini nos caracterizan a la
perfección a cada uno de ellos y nos muestran cómo sufren y cómo enfocan ese
trauma de la separación y cómo llegaron a ello.
“Las personas terminan
por convertirse simplemente en lo que son”
En
la caracterización de los personajes Margaret Mazzantini nos va a hablar de los
padres de cada uno de ellos, para así, de alguna manera, darnos más información
sobre ellos. En el caso del padre de Gae, veremos que es un hombre depresivo
que arrastra el trauma de que su padre (el abuelo de Gae) estuvo internado en
un campo de concentración. Esa figura paterna depresiva termina por marcar el
comportamiento y la manera de ser de Gae. Por el contrario, veremos que Delia
ha sido una chica insegura y que ha sufrido de problemas de anorexia.
Otro
de los factores que analiza, con tanta certeza, la autora, es una de las
principales víctimas colaterales de toda separación, que son los hijos. La
pareja tiene dos hijos Cosmo y Nico. Ambos son muy diferentes entre sí y
veremos cómo también intentan asumir esta ausencia de su padre de diferentes
maneras. Cosmo, el mayor, es un niño extremadamente sensible, de hecho, el
propio Gae, se plantea sino será homosexual.
Para llevar a término esta novela tan compleja, desde un punto de vista técnico, la autora recurre a algunas “técnicas”, valga la redundancia, para provocar la transición entre los recuerdos que ambos evocan y el momento actual que viven, o sea la cena en el restaurante. Voy a transcribir únicamente un ejemplo de esa transición, de los muchos que pueblan la novela. “Delia tiene un mechón que le atraviesa la frente. A Gae le recuerda un telón a medio bajar. Desde joven le hubiera encantado escribir para el teatro” (Aquí se aprecia claramente cómo esa impresión que le provoca el mechón de pelo de Delia, le sirve para recordar cuando quiso dedicarse al teatro). Es, precisamente, en estos detalles donde se aprecia el dominio narrativo de la autora que con una gran belleza y elegancia pasa, de un modo casi inapreciable, de un nivel narrativo a otro, sin que resulte rechinante o forzado.
Sin
embargo creo, al menos esa es mi opinión, que la autora en “Nadie se salva
solo”, en su intención por caracterizar a esta pareja joven (aunque no lo cita
deben andar por la treintena) adopta un lenguaje soez y vulgar que, en algunos
momentos, resulta, incluso, escatológico. En algunos momentos regodeándose con
las defecaciones de los niños. Palabras como joder, follar, coño, polla, etc...
que sobreabundan, innecesariamente, a lo largo de toda la novela. Como ejemplo
de este absurda deriva que toma la novela, a mi modo de ver prescindible, voy a
transcribir un fragmento, que creo que ilustra perfectamente este particular
Gae habla de uno “al que se la han hinchado los cojones (que
sufre de orquitis).Gae piensa en cómo se comportaría él si tuviese que llevar
los cojones en una carretilla”
En
sociedades tan machistas como la italiana, (y como la española, como no),
siempre, de alguna manera se piensa que ante una ruptura sentimental la culpa
es, fundamentalmente, de la mujer. La autora nos pone en boca de la madre de
Delia, esa lamentable creencia, tan asumida, tan interiorizada
secularmente, en estas sociedades,
cuando le confiesa a su ex yerno Gae lo siguiente:
“ La madre de Delia
dice: “Delia es una mujer interesante, compleja, inteligente, difícil, bla,
bla, bla.” Mientras que en los subtítulos que aparecían por debajo: “Perdona,
he traído al mundo a esta desequilibrada y has tenido la mala suerte de dar con
ella. Pero intenta resistir.”
Otro
de los puntos que me ha parecido muy interesante de “Nadie se salva solo” es el
final. Un final en pianissimo, y es precisamente ese final
tan en “sordina” lo que provoca un fuerte efecto dramático que, personalmente,
me ha encantado. Creo, sin duda alguna, que “Nadie se salva solo” es una novela
que narra las ilusiones perdidas de toda una generación, la de los actuales treintañeros, que comprueban la
dureza, despiadada muchas veces, de la propia vida. Y de cómo, por desgracia,
los errores que se cometen no tienen una segunda oportunidad para arreglarlos.
A lo largo de toda la novela Margaret Mazzantini maneja con mucha inteligencia y destreza los “tempos”
narrativos, dosificando ese derrumbe sentimental de la pareja.
Creo
que “Nadie se salva solo” es una novela muy escrita y que, sobre todo con el paso
de los años, se irá revalorizando, porque aborda de un modo veraz y sentido
toda esa tragedia personal que acaece cuando llega una ruptura sentimental. El
rencor, la desconfianza, el dolor, los reproches... toda ese piélago de
sensaciones que la autora ha sabido plasmar con mucha veracidad y belleza en
esta novela. Particularmente me congratula que “Nadie se salva solo” ha sido
ganadora de los premios Rapallo-Carige, Strega, Grinzane Cavour, Città di Bari, Prix Littéraire Européen Zepter y Supercampiello, y bendecida por la
crítica especializada. Pero este reconocimiento se ha visto también plasmado en
que ha sido traducida a 35 idiomas con más de 4.000.000 de lectores, aupando a esta novela
a una de las más vendidas de lo que llevamos de año. Y, como comentaba, me
congratulo de ello, porque esta novela, como se ha visto en otras novela ya
reseñadas con anterioridad en este blog, no es un mero producto de marketing
diseñado para vender libros, sino que se trata de una más que apreciable obra
literaria.
Otro
tema que me gustaría destacar, es que la autora ha contado esta hermosa y
dramática historia en sólo 220 páginas. Con esto quiero alabar la honestidad de
Margaret Mazzantini que no ha alargado artificialmente la novela, forzando y
retorciendo el argumento hasta alcanzar las 500 páginas. Por eso, en este caso,
puedo decir que no he encontrado que le sobren muchas páginas a esta novela.
Como ya sabéis los lectores habituales de mis reseñas, estoy muy en contra del
“engorde” artificial de las novelas, en aras a las presiones editoriales y
comerciales. Creo que la historia no debe alargase artificialmente, porque le
perjudica en su fuerza dramática. En “Nadie se salva solo” la autora ha hecho
un ejercicio de contención narrativa, para contarnos esta historia.
Como
comentaba al comienzo de esta novela, tras su lectura quedé bastante conmovido
e impresionado. La novela destila autenticidad y dolor y cómo, a veces, sucede
que en las relaciones, las cosas terminan por envenenarse fatalmente y resulta
imposible reconducir las situaciones.
“Nadie se salva solo” es, en mi opinión, la crónica de una generación,
que tal vez ha tenido la fortuna de tener una baja tolerancia al fracaso, y
cómo se ha de enfrentar a él cuando llega.
A
modo de resumen, y para no alargarme ya mucho más en esta reseña, a pesar de
dejar muchas anotaciones en mi cuaderno de apuntes, creo que es una novela en
la que todos, en mayor o menor medida, nos vamos a sentir reflejados y
retratados. Tal vez porque aborda una cuestión intemporal que siempre afectará
a todos los seres humanos. Y esa es una de las características distintivas de
la auténtica obra de arte y es que son intemporales y que, por muchas
generaciones que pasen, siempre serán actuales y vivirán en la memoria de sus
lectores. A pesar, como ya he referido, de algunos defectos, que hubiese sido
muy sencillo subsanar, que lastran y perjudican mi valoración final, de una
novela que hubiese podido ser casi redonda. Y es una pena, porque “Nadie se
salva solo” es una novela diferente, y desde un punto de vista técnico casi
“experimental”. Por último me gustaría advertir a los lectores que, a pesar de
que a mí me ha gustado mucho, entiendo que no es una novela para todos los
lectores, porque es una novela intimista y en el que la acción se desarrolla
con lentitud y con una narración intimista e introspectiva.
Dicho
todo lo cual, y teniendo en cuenta todo lo referido con anterioridad a lo largo
de esta reseña, creo que, honestamente, la puntuación más ajustada y que más
justicia haría a “Nadie se salva solo” de la escritora italiana Margaret
Mazzantini sería de un 8,25/10.
© Luis Alberto Cao
(Para ilustrar esta reseña os dejo una divertida recensión de la novela "Nadie se salva solo" a pesar de ser en italiano creo que se entiende bien y es muy divertida)
Muy buena tu reseña es una novela que me apetece mucho leer. Gracias por tu trabajo que nos enriquece tanto y nos ayuda a entender un poco más la literatura, lo explicas todo fenomenal. Ana
ResponderEliminarHe leído de esta autora, No te muevas y La palabra más hermosa. Las dos me han gustado mucho, una de ellas está comentada en mi blog.
ResponderEliminarSobre el estilo y la calidad de la escritura de la autora estoy totalmente de acuerdo. Sabe, además, tratar los temas de forma peculiar, sin caer en los tópicos al uso.
Muy de acuerdo contigo en mi rechazo a alargar las novelas a las 500 páginas.
Esta novela la tengo pendiente de lectura, tu post me anima a leerla lo más pronto posible.
Un abrazo!!
Muchas gracias amiga Laura Uve por tu interesantísimo y atinado comentario. Es un placer para mí coincidir con tus opiniones, sobre todo viniendo de una compañera blogera. Gracias, de nuevo, por tu comentario. Un abrazo
ResponderEliminarVaya querido amigo!!hemos tenido una extraña "conexión", acabo de elgir dicha novela para mi próxima lectura, acabo de terminar Diez mujeres "de Marcela Serrano...yo ya saqué mi conclusión..esperaré tu opinión....SAluditos!
ResponderEliminarGracias por tu blog y tus opiniones. Como generalmente coincido contigo en tus valoraciones de libros que también he leído, voy a ahorrar tiempo dejando apartados algunos que me producían cierta curiosidad.
ResponderEliminarEste libro lo pongo en mi personal y cada vez más larga lista de espera, los anteriores de esta autora me encantaron. Saludos. Daniel.
La novela no es para tanto. A mí no me ha gustado. Desde luego, la traducción es nefasta e insufrible.
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